sábado, 20 de agosto de 2016

UN TODO PARA MUCHOS

                                                             UN TODO PARA MUCHOS

Soy amigo de un divorciado como yo, de un enfermo de cáncer que está en las últimas, de una pobre muchacha a la nadie le ha enseñado más que a ganarse la vida prostituyéndose por cuatro reales. Soy amigo de esta gente, y de otra mucha, que viven situaciones como estas pero que no se conocen, gentes sencillas que llevan vidas desconocidas para gran parte del barrio donde residen, que se consideran dignos de compartir lo que tienen, las cualidades y los defectos con todo el mundo; ellos forman parte del mundo, de manera que con todo el derecho, exigen su espacio entre los muchos, vayan o no perfumados.
Considero un privilegio tener esta relación con esta clase de personas, mucha gente diría que con esa clase de personas no tiene nada que ver… Qué vergüenza si me viera alguien que me conoce hablando con esa puta, se me caería la cara de vergüenza al suelo. Son las mismas que sin embargo por la noche, al amparo de la luna, tienen que hacer todo aquello que su marido les exige con el fin de poder mantener unida a la familia. No es que plantee esto en forma de queja, pero la realidad nos da la razón a los que dudamos de la sinceridad de determinadas palabras, invitaciones, iniciativas para hacer lo que quiera que sea. Todo forma parte de un infinito plan de abordar las conciencias de la gente, y revenderlas luego, al mejor postor.
Puede que no sepamos nada de este asunto, o que lo sepamos y por insultante que sea pasemos de puntillas por encima de esos defectos. Muchos ni siquiera ya lo consideran defectos, lo ven como parte necesaria de un status, que nos libera de prejuicios y sinrazones, que de otro modo no dejarían que nos moviéramos con determinada libertad hacia los objetivos que cada cual tiene.
Años atrás esto era impensable, nadie cedía a sus trabajadores, para que otro competidor los usara en los quehaceres de la fabricación de una nueva máquina o cualquier otra cosa que revolucionara el mercado. Ahora esto que parecía imposible, se exige, con tal de hacer que las personas, estemos dentro de esta esfera sin posibilidad de escapar, hasta que no reciba nuevas órdenes que le digan que sin más dilación debe estar de nuevo en el punto desde el que lo enviaron. Me dice un amigo mientras hablamos de estos asuntos… Mientras no nos reclamen a la mujer como pieza esencial es este cambio.  Todo se andará viejo, todo se andará. Somos esos dados que hemos caído en la ruleta y que para cuando pierde la inercia que al principio tenía, tratamos desesperadamente de sujetarnos a las paredes de la casilla donde hemos ido a parar, no queremos caer pero la inclinación y la falta de fuerza nos hacen caer, y casi nunca al número que nosotros queremos. Se nos ha usado como dados tantas veces, que ya sabemos de memoria que es lo que esconden determinados números.
Somos diminutas esferas, que van sin rumbo dentro de otra mucho más sofisticada, que unas veces es redonda y otras adquiere aspectos engañosos que nos llevan donde llamamos la atención para en suma, ser los artífices de este complejo mundo que bien pudiera ser una gran bola de papel que termina por atropellarnos.


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