martes, 2 de agosto de 2016

LA INCOMPRENSIÓN

                                                      LA INCOMPRENSIÓN

No es fácil comprender todo lo que sucede a nuestro alrededor, unas veces porque son cosas que nos pillan de sorpresa, en otras ocasiones porque no tenemos un panorama completo de los acontecimientos de los que solo sabemos, nos  informamos por televisión por ejemplo. ¿Cómo es que esta chica se viene aquí a vivir sola siendo que los padres viven a cien metros de su casa? Esto es solo un ejemplo, pero lo cierto es que hay muchas cosas parecidas a esto que escapan a nuestra imaginación, y que en consecuencia, se nos  hace difícil entenderlas.
La incomprensión lleva a la duda, a la sospecha, a hacer juicios de cosas que en realidad desconocemos. Entre nosotros, me refiero entre la familia, se habla de estas cosas pero no se pueden sacar conclusiones por las razones ya expresadas antes. Aun así, nos empeñamos a veces en juzgar las acciones de los demás, dejamos de ser comprensivos, nos anticipamos a las situaciones que nos rodean, sin saber siquiera que es lo que en realidad ha pasado para que una persona se marche de su casa, se emancipe.
Hay una cosa que es clara, es inimaginable los motivos que se esconden detrás de determinadas acciones, eso de por sí debería hacernos pensar en qué posición estamos nosotros en comparación con el caso. Hay quién quiere hacerse el profeta anticipándose a lo que puede o no suceder, malo, eso es malo, muy malo, ni somos profetas ni somos jueces, lo que le pasa a nuestro vecino nos puede pasar a nosotros mañana, la felicidad que nos rodea hoy puede ser desgracia pura y dura mañana, y a veces, sin saber por qué.
Esa realidad  debería hacer que fuéramos más comprensibles, a medida que alguien se esfuerza por desarrollar esa cualidad, nos hacemos más comprendidos por los demás, es, un toma y daca, un modo práctico de saber hasta qué punto somos tolerantes, y por qué no decirlo, magnánimos con el resto de personas que nos rodean. La comprensión hace que uno sea tolerante y tolerado, esa cualidad desarrollada al máximo, hace que aquellos que están a nuestro alrededor respiren un aire de liberación y alegría de corazón.
Por el contrario, la incomprensión endurece nuestras facultades, facultades que todos tenemos pero que no queremos exteriorizar, no debe nadie avergonzarse por ser tolerante, quién por el contrario esconde esta cualidad, se descalifica para llegar a ser una persona ecuánime con un pleno sentido de la responsabilidad, que conlleva el ser uno más, dentro de la sociedad. ¿Podemos imaginarnos a un labrador ataviado con una toga y facultado para emitir un juicio maza en mano? No, es impensable, pues del mismo modo aquel que no quiere desarrollar la comprensión se encontraría en esta situación. Sin saber nada sobre magistratura, difícilmente puede emitir sentencias sobre cualquier asunto que se presente ante él, es lo mismo de cualquiera  de nosotros que nos negáramos a ser poco o nada comprensibles, es una exigencia en la vida de las personas ser así. Se nos enseña a no devolver mal por mal a los demás, normalmente, este es el caso de los que sabiendo que debemos ser considerados y tolerantes, nos negamos a serlo.
Esa es la principal razón para coexistan la ley y la aplicación de esta, guste o no, a aquel que se le administra. Cierto es que la ley es una cosa y la comprensión de la misma sean diferentes asuntos, sin embargo esto no le quita ni poder ni autoridad al poder de la comprensión en sí, como cualidad indivisible y universal.


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