ENTRE LUCES Y SOMBRAS
Así es como veo pasar la vida, sin
poder evitar que pasen determinadas cosas y deseando que ver otras desde la
lejanía, pero inevitablemente, los días van cayendo del calendario cual hojas
que se desprenden de la copa de su árbol porque el otoño se acerca.
Me pregunto cuando llega la noche… ¿Qué
ha producido este día que termina, que hubieras podido cambiar de todo cuanto
ha pasado? Lo cierto es que nada puede ser diferente del día anterior, me
despierto, paseo, camino y hablo con las gentes, con más o menos apetito como,
mi apetito ahora está cambiando ostensiblemente, algunos alimentos ya no me
satisfacen, me veo a mí mismo caminando en un sendero lleno de luces y sombras,
apartando con los brazos todo aquello que se interpone en mi camino. Fantasmas
del pasado que no deseo que desaparezcan, acontecimientos del presente que
deseo con toda el alma que se anclen en mi corazón.
Se me hace difícil pensar en el
futuro, en un futuro que puede ser mi perdición, el caso es que temo al futuro
porque no sé si traerá consigo luces o sombras, temo a las luces que rompen la
realidad de las cosas, las disfrazan, maquillan la realidad de todo aquello que
nos rodea. Por otra parte, temo a las sombras porque traza determinados
contraluces que distraen la realidad de todo aquello que no debiera distraerme
de los objetivos de mi vida. Nunca se es suficientemente mayor para tener
objetivos en la vida, yo los tengo, pero ahora dudo en poder alcanzarlos, el
tiempo pasa demasiado deprisa.
Ha llegado el momento de ser
sinceros con nosotros mismos, las luces se confunden con las sombras. Cuando
eso ocurre, te encuentras como yo ahora, en una irrealidad, un sueño que ni
siquiera sabes si es tuyo, o lo has tenido que robar a alguien para hacerlo
tuyo. Antes, hace de eso mucho tiempo, distinguía claramente las luces de las
sombras, estaba capacitado para poder interpretar todo lo que sucedía a mí
alrededor. Ahora ya no, no tengo ni tiempo ni ganas de hacerlo, dejo que me
engullan las luces unas veces, otras veces, son las sombras las que se apoderan
de mi voluntad, exprimen mi voluntad y ni siquiera me miran cuando pasan cerca
de mí.
Es triste y sin embargo a la misma
vez gozoso, poder siquiera poder escribir acerca de este asunto, todavía me
queda voluntad, aun me quedan deseos de poder explicar lo que pasa a una
velocidad de vértigo, todo lo que experimento. Las luces… ¿debería
interpretarlas como buenos recuerdos, experiencias gozosas? En caso contrario
¿cómo interpretar las sombras, como desaciertos en la vida, errores que ya no
se pueden reparar de ninguna forma? La vida de cada cual debe dar la respuesta
a estas cuestiones, nadie, ningún siquiatra ni ninguna otra persona de nuestra
confianza puede dar respuesta a estas interrogantes. Debemos ser lo
suficientemente valientes, atrevidos si es el caso, para saber que somos
nosotros mismos los que debemos dar respuesta a estas cuestiones, que lejos de
ser complicadas deben ser sencillas, son nuestras vivencias, nuestras
experiencias, nuestra lucha.
No hay nada programado en nuestros
caminos, todo es improvisación, extemporáneo, siendo eso así, nadie mejor que
nosotros para saber qué hacer y cómo hacerlo, si hemos cometido errores
importantes, somos nosotros los únicos que debemos ponderar la importancia de
esos errores y que nadie más está autorizado a juzgar ese error o errores. La
sinceridad y franqueza con nosotros mismos nos enriquece, dignifica nuestra
personalidad y pule las imperfecciones de carácter.
Ese es el motivo por el cual
nuestra vida está llena de luces y sombras, al sincerarnos con nosotros mismos aceptamos
las consecuencias que conlleva esto, ¿estamos dispuestos a hacerlo?
-----------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario