miércoles, 3 de agosto de 2016

ENTRE LUCES Y SOMBRAS

                                                ENTRE LUCES Y SOMBRAS

Así es como veo pasar la vida, sin poder evitar que pasen determinadas cosas y deseando que ver otras desde la lejanía, pero inevitablemente, los días van cayendo del calendario cual hojas que se desprenden de la copa de su árbol porque el otoño se acerca.
Me pregunto cuando llega la noche… ¿Qué ha producido este día que termina, que hubieras podido cambiar de todo cuanto ha pasado? Lo cierto es que nada puede ser diferente del día anterior, me despierto, paseo, camino y hablo con las gentes, con más o menos apetito como, mi apetito ahora está cambiando ostensiblemente, algunos alimentos ya no me satisfacen, me veo a mí mismo caminando en un sendero lleno de luces y sombras, apartando con los brazos todo aquello que se interpone en mi camino. Fantasmas del pasado que no deseo que desaparezcan, acontecimientos del presente que deseo con toda el alma que se anclen en mi corazón.
Se me hace difícil pensar en el futuro, en un futuro que puede ser mi perdición, el caso es que temo al futuro porque no sé si traerá consigo luces o sombras, temo a las luces que rompen la realidad de las cosas, las disfrazan, maquillan la realidad de todo aquello que nos rodea. Por otra parte, temo a las sombras porque traza determinados contraluces que distraen la realidad de todo aquello que no debiera distraerme de los objetivos de mi vida. Nunca se es suficientemente mayor para tener objetivos en la vida, yo los tengo, pero ahora dudo en poder alcanzarlos, el tiempo pasa demasiado deprisa.
Ha llegado el momento de ser sinceros con nosotros mismos, las luces se confunden con las sombras. Cuando eso ocurre, te encuentras como yo ahora, en una irrealidad, un sueño que ni siquiera sabes si es tuyo, o lo has tenido que robar a alguien para hacerlo tuyo. Antes, hace de eso mucho tiempo, distinguía claramente las luces de las sombras, estaba capacitado para poder interpretar todo lo que sucedía a mí alrededor. Ahora ya no, no tengo ni tiempo ni ganas de hacerlo, dejo que me engullan las luces unas veces, otras veces, son las sombras las que se apoderan de mi voluntad, exprimen mi voluntad y ni siquiera me miran cuando pasan cerca de mí.
Es triste y sin embargo a la misma vez gozoso, poder siquiera poder escribir acerca de este asunto, todavía me queda voluntad, aun me quedan deseos de poder explicar lo que pasa a una velocidad de vértigo, todo lo que experimento. Las luces… ¿debería interpretarlas como buenos recuerdos, experiencias gozosas? En caso contrario ¿cómo interpretar las sombras, como desaciertos en la vida, errores que ya no se pueden reparar de ninguna forma? La vida de cada cual debe dar la respuesta a estas cuestiones, nadie, ningún siquiatra ni ninguna otra persona de nuestra confianza puede dar respuesta a estas interrogantes. Debemos ser lo suficientemente valientes, atrevidos si es el caso, para saber que somos nosotros mismos los que debemos dar respuesta a estas cuestiones, que lejos de ser complicadas deben ser sencillas, son nuestras vivencias, nuestras experiencias, nuestra lucha.
No hay nada programado en nuestros caminos, todo es improvisación, extemporáneo, siendo eso así, nadie mejor que nosotros para saber qué hacer y cómo hacerlo, si hemos cometido errores importantes, somos nosotros los únicos que debemos ponderar la importancia de esos errores y que nadie más está autorizado a juzgar ese error o errores. La sinceridad y franqueza con nosotros mismos nos enriquece, dignifica nuestra personalidad y pule las imperfecciones de carácter.
Ese es el motivo por el cual nuestra vida está llena de luces y sombras, al sincerarnos con nosotros mismos aceptamos las consecuencias que conlleva esto, ¿estamos dispuestos a hacerlo?

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