sábado, 6 de agosto de 2016

RECREANDO EL CORAZÓN

                                                    RECREANDO EL CORAZÓN

He nacido con él en el centro de mi pecho, a medida que palpita me ayuda a ser más consciente de cuanto me rodea y sin saberlo todavía, me hace más feliz. Huelo la piel del pecho de mi madre que cada X tiempo me aprieta contra su pecho y me invita a que succione el líquido que de él sale.
En esos instantes mi corazón se exalta, palpita con mayor fuerza, luego se ralentiza y comienzo a sentirme satisfecho físicamente, mis otros órganos comienzan a trabajar con mayor normalidad y destreza, es como si mi maquinaria carnal fuera engrasada por esa deliciosa leche que me alimenta, que me hace crecer, pero todavía no soy capaz de saber agradecer a mi madre, todo lo que hace exclusivamente por mí. Ella está todo el tiempo pendiente de mí, me vigila, me limpia, me acuna y me canta nanas que me ayudan a conciliar el sueño. Estoy creciendo, lo notan especialmente la fuerza de mis brazos y piernas, que aunque no están bien sincronizados se esfuerzan por agarrar cosas con determinada firmeza lo mismo que mis piernecitas, quieren desdoblarse, ponerse firmes para poder dar los primeros pasos, mi corazón se desdobla en un esfuerzo continuado y acelerado que me permite poco a poco ir haciendo, algunas de las cosas que naturalmente pretendo.
Es como si ese corazón que se me dio inicialmente, se recrea, se renueva y adquiere como el resto de los órganos de todo mi cuerpo las dimensiones adecuadas. ¡Qué maravilla… cuan agradecido estoy a mis padres por haberme concedido este privilegio! un corazón sano y fuerte para poder llegar a ser una persona completa, un hombre que tenga las cualidades necesarias sentir con todas mis fuerzas los deseos de ser mejor, crecer, en una palabra, ser como ellos quieren que sea dentro de los parámetros normales, una persona de bien. Mi corazón agradecido les dice a mis padres en silencio… “Mil gracias por ser como soy gracias a ese corazón que me disteis en su día, y que ahora, agradecido, quiere hacer por vosotros, todo aquello que sea posible para que tengáis una vida feliz”
Se me ha dado una oportunidad única en la vida, la de hacer que mí corazón, lata con más fuerza cada día qué pasa, que aprecie cada momento que respiro, que vaya poco a poco a transmitir a los demás, el aprecio que tienen al vivir sus vidas, tengo muchas obligaciones contraídas gracias a ser una persona con un corazón bien entrenado, este corazón mío, recreado a medida que pongo en práctica lo aprendido, y lo que me queda por aprender, me hace pensar, reflexionar, en la gracia que se me dio al dar a luz mi madre, que como resultado de ese parto doloroso además de largo, treinta y seis semanas exactas, se abrieran por completo mis pulmones al nacer gracias al impulso del corazón que redistribuyó los fluidos, hasta el punto de llegar un ser viviente.
Pasados los años, me veo fortalecido, para afrontar cualquier acontecimiento que pudiera surgirme durante la vida, una vida ya un poco desgastada eso sí, pero mantenida por una magnífica bomba que no deja de mover mi cuerpo, más mal que bien ahora mismo, pero sigo vivo, y en consecuencia, consciente que todavía puedo con dos sencillas frases, mover el corazón de alguien, que todavía no ha llegado a apreciar lo que representa el reconstruir su propio corazón, a base de aprecio por todo lo que el resto de personas que lo rodean a uno, a ser agradecido, reconsiderar que todo lo vivido es instrucción, es reconstrucción, sí, a pesar de los acontecimientos negativos que puedan entorpecer nuestras opiniones o perspectivas de futuro, por cierto, siempre un futuro incierto y fugaz, como el paso de una estrella fugaz a través del cielo.
De modo que de nuevo, gracias padres por poder estar juntos aunque por alguna razón natural, estemos separados.


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