domingo, 7 de agosto de 2016

PARA TODO HAY QUE DAR LAS GRACIAS

                                           PARA TODO HAY QUE DAR LAS GRACIAS

¿Me podrías dar un vaso de agua por favor? Por eso no hace falta dar las gracias hombre, un vaso de agua no se le niega a nadie…  Claro que sí, si no me hubieran enseñado a dar las gracias por un vaso de agua, mal podría darte las gracias si me salvaras de morir ahogado.  Hombre no es lo mismo, son asuntos completamente diferentes.  No lo creas, dar las gracias nace del corazón de las personas, el agradecimiento es una cualidad que nos enseña a ser altruistas, con este comportamiento contagiamos a los demás a ser personas agradecidas.  ¿Y si aun así no te dan las gracias?  Eso es harina de otro costal, es asunto suyo, son los que se comportan así, los que deben revisar su conducta, y estar atentos a los resultados de su comportamiento.  Bien, sin embargo hay cosas que se dan por sentado, por ejemplo dentro de la propia familia no existe él gracias por cualquier cosa de manera continua.  Pues mira, ahí es donde creo yo que debe nacer la imagen de las gracias por cualquier cosa, es en la mesa cuando alguien te pide que le pases el pan, o cuando pides un trozo más de tarta, que se debe estar más anuente a dar las gracias, porque de esta forma resulta más fácil luego, cuando tratas con otros de afuera, con personas que no pertenecen a este círculo íntimo, practicas lo aprendido en tu propio hogar.
Se supone que agradeces lo que los demás hacen por ti en cualquier circunstancia, pero no es ese siempre el caso, muchos piensan que forma parte de tu obligación el que hagas determinada cosa, incluso si se te paga por ello, pero si no te dan las gracias… llevan mal camino, estas personas que no dan las gracias por pequeñas cosas o grandes, poco a poco pierden el norte, tienen muchas más posibilidades de llegar a ser personas irritantes, despreciativas que descartan  dar las gracias, terminan por no saber bien donde  viven, con quién comparten cuanto tienen y que además, olvidan que tan importante como esto, dar las gracias, es igual de importante saber decir después, por favor.
Puede que tomes esta conversación como una lección de moral, no lo pretendo, de veras que ese no es el caso, pero da gusto el saber que estás hablando con una persona educada, que sabe estar, que ofrece seguridad allí donde vaya porque conoces como va a reaccionar ante diferentes circunstancias, especialmente en aquellas que requieren el saber pedir las cosa por favor, dar las gracias luego. Da que pensar a los demás el comportamiento ejemplar de una persona con estas características, les invita involuntariamente a fijarse en una persona así.
No se trata de discriminar a los que no saben desarrollar estas cualidades, ya dijimos al principio, que son cualidades que deben aprenderse, luego, practicarlas y llevarlas a cabo en diferentes ambientes, luego, poco a poco, recoger los frutos de lo uno va sembrando por dónde camina. Desgraciadamente, hay a quién jamás se le ha enseñado este tipo de comportamiento, pero que cada cual piense en este asunto, jamás es tarde para aprender a cambiar de costumbres, llevando consigo, en la mente, que no es imposible cambiar.
También es cierto que es difícil dependiendo de la edad que se le ha pasado la edad para ponerse como un estudiante a aprender lecciones de ética, nunca es tarde, siempre se está a tiempo de probar que efecto causa en los demás el pedir por favor y las gracias después. Ponerlo en práctica cuando se acostumbra a ello, produce en uno mismo, un gran placer.


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