AL FIN PASÓ
Me
cago en todo, menos mal que la gente ya se han terminado las uvas, ya es año
nuevo, bueno depende de para quién porque lo que es para mí… este 2015… va a
comenzar siendo la misma mierda que el año pasado.
Se
dirige a su contenedor diario y rebuscando entre las bolsas de la basura
encuentra unos yogures caducados de hace tres días. ¡Coño, y son copas de
Danone de chocolate y nata por encima, joder que suerte!, mira por donde una
caja de tomates, ufff, estos tengo que escogerlos que algunos están tocados,
cagaos de las moscas vamos.
Bueno,
bien visto, y comparado con otras fechas que son más chungas por el tema de la
economía de la gente… pues que quieres que te diga la cosa va de puta madre
oye.
No
habla con nadie, habla consigo mismo, arguye que es su mejor amigo y de ahí no
lo saca nadie. Mira ahora nos vamos a buscar pan camino del banco, nos sentamos
calentitos y nos damos un banquetazo que cojones. Se ha sentado en el banco de
la calle, en la esquina de un parque, debajo guarda sus pertenencias que otro
compañero de fatigas le cuida mientras está fuera, en busca de futuro. Pasa una
pareja por delante de él buscando un poco de intimidad, les pide un cigarro y
el chico le da dos, hay gente que se cree que de ese modo paga peaje para hacer
lo que quieran dentro de la propiedad ajena.
María
le ha dado al pasar por delante de la tienda, una barra de pan de medio y una
lata de atún, la guinda de la cena de año nuevo. No se puede pedir más, su cara
expresa toda la alegría que caracteriza a los sin techo, que llevan bien el
hecho de ser unos marginados, el resto de sus vidas. Al fin y al cabo… ¿Qué
traen consigo las doce campanadas de fin de año? Nada en concreto, trompas que
se purgan en la calle, esquinas orinadas por chicos y chicas, atracones de
comer en casa y luego ir al cine o a una sala de fiestas, a ver tías en
pelotas. Con un poco de suerte, si eres comedido tu mujer te dejará echar un
polvo de los buenos por aquello de… Año nuevo vida nueva. A lo mejor este año
que comienza, se querrán un poco más y hasta se hagan cada uno un tatuaje en el
brazo, cada uno con el nombre del otro en el bíceps.
Bueno
Pedro, al fin pasó este año, venga hombre no te lamentes, las cosas son como
son, ya tendrías que estar acostumbrado joder, llevas dos años viviendo en la
calle, tendrías que tener asumido que si hay cambios van a ir a mejor, la justicia
es lenta pero ya verás cómo al final algún juez te escucha. ¡Hostia se me ha
terminado el vino… que putada!, bueno pues a palo seco que nadie se muere por
tragar el bolo sin beber.
Se
cuenta unos cuantos chistes de cuando estaba en casa con los amigos, de cuando
venían a celebrar las navidades la familia, cuando su hijo Ramoncito se colgaba
del pantalón, insistiéndole en preguntarle si los reyes magos de oriente, le
traerían todo lo que pidió en su carta. Teresa conoció en mala hora al
encargado de la fábrica de helados donde trabajaba, se enamoró perdidamente de
aquel tramposo asalta familias.
Pedro
debes irte de casa, ya no estoy enamorada de ti, por mucho que lo he intentado
no puedo vivir más tiempo contigo, me voy de casa. He encontrado a una persona
que quiere de verdad, y me da todo aquello que me falta contigo.
Oye,
¿y cómo pago yo el piso…?
Ya
no es problema mío Pedro, dáselo al banco y te lo quitas de encima.
¿Y
Ramón que piensas hacer con él?
Llevármelo
conmigo y si me lo reclamas, que un juez decida que parte te corresponde a ti en
este asunto, asumo que eres su padre, eso es cierto.
Al
fin pasó este final de año, plantearse perspectivas nuevas en las
circunstancias que él está es poco menos que imposible, pero seguirá intentando
ser, existir, mantenerse con vida, sin desesperaciones y sin dar problemas a
nadie, no ha perdido la esperanza de volver a ser algo más de lo que hoy es. No
le importa nada que la gente lo mire por la calle, que se aparten cuando pasa
Pedro con el carrito de la compra lleno de cosas, que a menudo no puede dejar en
su parte de parque, cuando no hay vigilancia alguna.
Siempre
sonríe, a todos los que le conocen, por ir de vez en cuando a pedirles cosas
imprescindibles para vivir como lo hace, sus motivos son buenos, y hasta en
ocasiones, tres o cuatro tiendas, le han pedido ayuda para que ayude a cambiar
el escenario de los aparadores. Eso para él es un regalo del cielo, lo ven como
persona que es, no un mendigo que se pasa la vida de forma ociosa, pidiendo a
todo el que pasa unas monedas. Se ha puesto a nevar un poco, esta noche
advierte la tele, las temperaturas caerán en picado, busca un lugar donde dejar
el carro y se apresura con calma, a buscar unos cartones de refuerzo de su casa
caracol, y unos cuantos plásticos, la noche le sorprende con la tormenta de
nieve, no se da cuenta siquiera, que está cerca de donde vive su ex mujer con
su hijo, a tres escaleras del cajero que ha encontrado vacío al principio y que
luego, dos carrileros como él, lo han echado a cajas destempladas, con un cuchillo
de cocina amenazándolo de muerte.
De
un taxi descienden Teresa y Ramoncito. ¡Joder cómo crece mi hijo…!
Hola
Ramoncito, ¿cómo estás hijo?
Teresa
reconoce aquella voz, se vuelve y lo ve, deja escapar un grito silencioso, no
puede evitar que Ramón se le escape de la mano, el niño abre los brazos y se
lanza a abrazar a su padre. Se estrechan ambos como si fueran una sola persona.
¿Se
puede saber qué haces tú por este barrio?
Claro
que lo puedes saber, te cuento, no sabía dónde vivíais, de forma que caminando,
buscando un lugar donde dormir he dado con este cajero que por lo visto ya estaba
ocupado, y al salir os he visto. Me alegro de que me hayan echado fuera, así
por lo menos os he visto, ¿os va todo bien Teresa?
Venga
recoge todo esto y vente con nosotros, no es noche de andar por ahí, te vas a
quedar congelado.
¿Cómo,
me ha invitado a ir a su casa? Qué raro es todo esto, bueno, Pedro de momento
sigue la corriente del río, a ver dónde le lleva. El edificio es muy moderno,
el piso espacioso y francamente bien decorado, sin exceso de muebles y dicho
sea de paso, sin calor humano.
Pasa,
pasa sin reparo alguno, estamos solos. Esta corta frase dicha por Teresa,
manifiesta que en este tiempo de ausencias, ha pasado por cambios importantes,
sin embargo no pregunta, deja que la conversación la inicie ella, fue ella la
que determinó que él se fuera del hogar sin razón aparente.
Bueno,
¿Qué es de tu vida?
Ya
ves, deambulando por la vida como cualquier otro desahuciado, la diferencia es
que hasta perdí el trabajo en la cordelería al perder la casa. Así que, como
puedes ver, ando por ahí, esperando tiempos mejores.
Pues
estamos más o menos en la misma situación, yo tengo tres meses para dejar este
piso, mi pareja nos dejó en paños menores cuando se cansó de mí y ahora… lo
cierto es que no sé qué hacer.
Lo
lamento, ahora mismo me pillas en mal momento, tengo la cabeza demasiado metida
en mi propia supervivencia, si me es posible te ayudo en lo que haga falta,
pero primero debo centrarme, no es fácil salir de la situación en la que me
encuentro y ponerme a resolver crucigramas complicados. ¡Joder que complicada
es la vida…! mejor dicho, la vida no es complicada, nos la complicamos nosotros
solitos.
Tienes
razón… la verdad, no te he invitado a subir aquí porque busque una
reconciliación, pero no puedo cerrar los ojos a esta situación tuya.
Al
fin pasó lo que tenía que pasar, de una familia desunida, se ha pasado a dos, y
esta dicotomía deja de ser comprendida a la vez que asumida por aquellos a los
que la vida castiga por sus propios egoísmos.
---------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario