martes, 13 de enero de 2015

LA GRAN EXPEDICIÓN

                                               LA EXPEDICIÓN




Pudiera haberse denominado también caminata, cambio de lugar con una meta, excursión sin un final concreto. Sin embargo este hombre de talento y pocas luces, le llama expedición, hombre cada cual le da el color que quiere a su tema.
Él le llama expedición porque cuando va a hacer algo importante, y conste que llevar a cabo ese cambio, es de verdad, una acción de envergadura extrema, va a la aventura, como en cualquier situación parecida llevaba al campo de la investigación o el descubrimiento  de nuevas andaduras, cartografiar territorio, establecer contacto con otros pueblos y culturas.

Pues anda que le hace falta pretexto alguno para coger, cargar la mochila con las cosas necesarias y tirarse como quién dice, al monte. Puede que no tenga muchas luces, en cambio su simpatía es de aquello más depurado, no le cuesta conectar con la gente tengan el talante que sean. Eso es porque ha conocido a mucha, quizás en ocasiones, como él mismo reconoce, ha salido demasiado, a veces cuando físicamente no ha podido marcharse de su casa, ha recorrido con la imaginación, poniéndose en la piel de esos personajes anónimos, desparramados por la tierra. Su consciencia de lo que puede encontrarse allá donde vaya, le hace ser un tipo extraño, para algunos que lo conocen, sin anclas, sin ataduras, y eso lo lleva a no vacilar cuando toma una decisión.

La última vez que lo vi, me dijo que se iba a una tierra donde reina el frío, no sé exactamente del lugar del que me hablaba, luego con una llamada de móvil, me hizo saber que andaba por tierras que no me gustaría pisar en determinadas épocas. Me mostró unas fotos enviadas por teléfono móvil y vaya… si eso parecía el polo norte, sin focas ni osos, eso sí, pero nieve, nieblas y su pose en la calle donde vivía, que de veras parecía estar en el confín del mundo.

Uno que es mediterráneo, pensaba… pobrecillo, este se queda más tieso que la mojama en cuatro días. Pues oye resulta que no, que la cosa le funcionaba, que simpatizó con aquellos hombres y mujeres que viven sin dificultad en esos lares, se adaptó bien a su estilo de vida, es más, a algunos de los que han nacido allí, les enseñó más de cuatro cosas que desconocían. Costumbres sanas, comidas, maneras prácticas de combatir el frío…, cosas que quieras que no, la gente agradece si las lleva a la práctica y ve el beneficio.

El caso es que la expedición duró más tiempo del que él mismo esperaba, cuando eso ocurre, la gente de la que se despidió en su día fue olvidándolo. Hasta hubo alguno que dijo que se había olvidado de la familia y los amigos, no es cierto, a mí me llama periódicamente y me anima a seguir con mi vida, me felicita, me pregunta por los míos.
No soy un amigo especial para él, de manera que me imagino que quién no hable con él, será porque le duela que no haya vuelto, o le guarde rencor por las habladurías que los demás digan de él sin haberlas corroborado.

Su gran expedición es solo suya, a nadie debería importarle los porqués de porqué decidió marcharse y no ha vuelto, nadie es dueño de nadie a pesar de enfermedades que manifieste el huido, todos tenemos el derecho de morir donde queramos. Podemos argumentar sobre lo que sería más o menos conveniente que hiciera, pero esto es solo conjeturar, seguro que muchos deciden pensar que se ha vuelto loco, otros, que hay una mano oscura que lo maneja.

A su favor he de decir que apruebo lo que hizo, que hay algún motivo para irse de expedición a ese lugar lejano y duro, no puedo juzgarlo no soy quién para hacerlo, a mí me asaltan dudas a veces acerca esa larga excursión que ha decidido hacer, en cambio lo comprendo, cuando nos veíamos, su rostro me decía que algo no andaba bien, que algo se traía entre manos, y mira por donde… se hizo realidad, se manifestó este malestar que se reflejaba hasta en su ánimo, no le pregunté jamás a que se debía.
Cuando nos despedíamos siempre me decía…, a este le pasa algo gordo, ya verás, sino al tiempo, en su cabeza está danzando algo que sin saber que es, va a resultar en una de esas aventuras que emprende en solitario. Y así fue, ahora me doy cuenta, que es difícil querer leer entre líneas la mente de las personas.

Por eso a los aventureros que no saben si su lugar es el apropiado, pongo a mi amigo como ejemplo, es un todo camino y por lo que sé hasta ahora de él, es feliz al fin de cuentas, eso es lo que importa.



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