PERRO DE ALQUILER
Al
principio, cuando un amigo que viaja mucho, me hizo saber que había algunos
lugares del mundo donde la gente alquila perros para pasear como el que alquila
una bicicleta para recorrer determinadas partes de una ciudad no me lo creía.
Me enseñó unos videos de lo que me estaba contando, me quedé estupefacto, no
podía comprender la razón de aquel comportamiento.
¿Sabes
qué pasa?, que hay mucha gente a quienes les gustan las mascotas pero no las
pueden tener en sus casas, de modo que van a determinados sitios, normalmente
son parques, y ahí hay un señor o señora, que se los alquila para que puedan
pasearlos. De ese modo todos quedan contentos, juegan con los niños si los
tienen y hasta hay quién alardea de tener una mascota a la que por determinado
tiempo les pertenece.
¡Qué
fuerte nene!, luego cuando pasa el tiempo de alquiler, supongo que todos los
deben devolver.
Eso
ya no lo sé, lo que si te puedo garantizar es que algunos de esos animalillos,
van a parar a la cazuela de alguna casa, supongo que cuando crecen mucho o se
hacen muy mayores, los deben de vender para carne. Oye, que más de una vez
yendo en taxi, han pasado bicicletas con unas cestas detrás llenas de perros
hacinados, para llevarlos a vender para carne, eso me lo dijo un taxista que me
aseguró que está muy bueno bien condimentado, que ellos comían perro un par de
veces al mes.
Seguro
que son asiáticos… hace tiempo que vi un programa en la tele, de cómo eran
apreciados en Corea, los colgaban por las patas de atrás con ganchos y luego
los sumergían el ollas de agua hirviendo, así los despellejaban más rápidamente
y quedan más tiernos.
Entre
la conversación, surge el tema de a qué van a dedicar sus esfuerzos en el
futuro, ambos quedan de acuerdo, después de hablar acerca del desarrollo de sus
estudios, los dos en sus casas, tienen mascotas, Bruno tiene incluso un par de
caballos a los que mima con todo el cariño del mundo, en ocasiones duerme
incluso con ellos, también tiene perros y otros animales propios de una
propiedad rica y en consecuencia amplia, de varias hectáreas. En lo que
respecta a Gorka viene también de muy buena familia, ya sus abuelos, tenían una
sombrerería en Madrid de las más famosas, servían en su día a la casa real, eso
traía al negocio pingues beneficios, pues todas las familias que se lo podían
permitir, pasaban a formar parte de la clientela fija de la casa Anselmo e
Hijos.
Dirigen
sus estudios a la escuela de veterinaria, allí sin demasiado esfuerzo aunque
pasando unos cuantos intentos meses diseccionando animales, para conocer los
motivos de su muerte, obtuvieron al final el título de veterinarios. Las
perreras están saturadas de animales a los que es difícil mantener, de manera
que es con ellos con los que se enseña a los futuros veterinarios. Pero los dos
han hablado del asunto, no quieren ser animales alquilados para hacer aquello
que no les gusta, quieren respirar aire puro, estar en contacto con la
naturaleza y así poder dedicarse a la auténtica veterinaria, que para ellos es,
ayudar a traer terneros al mundo, caballos cuando una yegua está en
dificultades para hacerlo por sí sola, curar a animales que son esenciales para
la gente del campo.
La
familia está desolada, ellos querían montarle una clínica veterinaria a su
hijo, lo tenían todo dispuesto, de hecho, una amiga íntima de Gorka se ofreció
para trabajar junto a él, tiene los conocimientos necesarios para llegar a ser
una buena veterinaria.
Gorka
ha escogido tirar al monte, como las cabras, allí se convence así mismo será
más feliz que trabajando en la ciudad tratando a señoras puntillosas que están
convencidas que su periquito tiene fiebre, o se ha contagiado de alguna
enfermedad maligna.
Bruno
y Gorka sobre un mapa pirenaico, escogen el lugar donde hay menos veterinarios
trabajando y en consecuencia, el lugar adecuado para desarrollar sus aptitudes.
Bruno escoge el norte de la península mientras Gorka se decide los Pirineos. No
esperaban que sus trabajos fueran tan duros, los vienen a buscar a las tantas
de la madrugada, con unas tormentas de aquí te espero que les ponen los pelos
de punta. Los criadores de caballos, ganaderos, animales que no saben de horarios
ni de descansos, necesitan su ayuda para poder parir a sus potrillos, terneras
que están en mala posición en las matrices de sus madres. A menudo, duermen en pesebres
al lado de sus clientes, sobre la paja, envueltos en sacos de dormir esperando que
llegue alguna reacción de parte de la madre parturienta.
Esa
es su vida, y es satisfactoria, les gusta a ambos por igual esta manera de vivir,
es doblemente plena. La gente los tiene en alta estima, saben que pueden
confiar en ellos a cualquier hora del día o de la noche. No todos pueden
pagarle como merecen, pero no les importa, Catalina que es viuda y no tiene
medios, ha ido a buscar a Bruno para que ayude a parir a la cerda que tiene, es
su único sustento aparte de un par de cabras, que le dan los medios necesarios
para tirar adelante, después de la muerte de su marido. Todo ha ido bien, los
diez lechones han nacido sin problema alguno y eso que la madre se ha puesto
muy nerviosa durante el parto.
Al
día siguiente, Flora su hija se ha acercado a casa y le ha traído parte de la
matanza del año anterior, y unas botellas de aguardiente que su padre hizo,
hace ya de eso unos cuantos años.
La
familia los ha visitado, ha habido opiniones para todos los gustos, pero lo
cierto es que viendo sus caras, el tarto que tienen con las gentes de estas
aldeas y pueblos, no pueden menos que pensar que ha acertado en su deseo de ser
buenos veterinarios.
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