sábado, 3 de enero de 2015

PERROS DE ALQUILER

                                              PERRO DE ALQUILER



Al principio, cuando un amigo que viaja mucho, me hizo saber que había algunos lugares del mundo donde la gente alquila perros para pasear como el que alquila una bicicleta para recorrer determinadas partes de una ciudad no me lo creía. Me enseñó unos videos de lo que me estaba contando, me quedé estupefacto, no podía comprender la razón de aquel comportamiento.
¿Sabes qué pasa?, que hay mucha gente a quienes les gustan las mascotas pero no las pueden tener en sus casas, de modo que van a determinados sitios, normalmente son parques, y ahí hay un señor o señora, que se los alquila para que puedan pasearlos. De ese modo todos quedan contentos, juegan con los niños si los tienen y hasta hay quién alardea de tener una mascota a la que por determinado tiempo les pertenece.
¡Qué fuerte nene!, luego cuando pasa el tiempo de alquiler, supongo que todos los deben devolver.
Eso ya no lo sé, lo que si te puedo garantizar es que algunos de esos animalillos, van a parar a la cazuela de alguna casa, supongo que cuando crecen mucho o se hacen muy mayores, los deben de vender para carne. Oye, que más de una vez yendo en taxi, han pasado bicicletas con unas cestas detrás llenas de perros hacinados, para llevarlos a vender para carne, eso me lo dijo un taxista que me aseguró que está muy bueno bien condimentado, que ellos comían perro un par de veces al mes.
Seguro que son asiáticos… hace tiempo que vi un programa en la tele, de cómo eran apreciados en Corea, los colgaban por las patas de atrás con ganchos y luego los sumergían el ollas de agua hirviendo, así los despellejaban más rápidamente y quedan más tiernos.

Entre la conversación, surge el tema de a qué van a dedicar sus esfuerzos en el futuro, ambos quedan de acuerdo, después de hablar acerca del desarrollo de sus estudios, los dos en sus casas, tienen mascotas, Bruno tiene incluso un par de caballos a los que mima con todo el cariño del mundo, en ocasiones duerme incluso con ellos, también tiene perros y otros animales propios de una propiedad rica y en consecuencia amplia, de varias hectáreas. En lo que respecta a Gorka viene también de muy buena familia, ya sus abuelos, tenían una sombrerería en Madrid de las más famosas, servían en su día a la casa real, eso traía al negocio pingues beneficios, pues todas las familias que se lo podían permitir, pasaban a formar parte de la clientela fija de la casa Anselmo e Hijos.

Dirigen sus estudios a la escuela de veterinaria, allí sin demasiado esfuerzo aunque pasando unos cuantos intentos meses diseccionando animales, para conocer los motivos de su muerte, obtuvieron al final el título de veterinarios. Las perreras están saturadas de animales a los que es difícil mantener, de manera que es con ellos con los que se enseña a los futuros veterinarios. Pero los dos han hablado del asunto, no quieren ser animales alquilados para hacer aquello que no les gusta, quieren respirar aire puro, estar en contacto con la naturaleza y así poder dedicarse a la auténtica veterinaria, que para ellos es, ayudar a traer terneros al mundo, caballos cuando una yegua está en dificultades para hacerlo por sí sola, curar a animales que son esenciales para la gente del campo.

La familia está desolada, ellos querían montarle una clínica veterinaria a su hijo, lo tenían todo dispuesto, de hecho, una amiga íntima de Gorka se ofreció para trabajar junto a él, tiene los conocimientos necesarios para llegar a ser una buena veterinaria.
Gorka ha escogido tirar al monte, como las cabras, allí se convence así mismo será más feliz que trabajando en la ciudad tratando a señoras puntillosas que están convencidas que su periquito tiene fiebre, o se ha contagiado de alguna enfermedad maligna.

Bruno y Gorka sobre un mapa pirenaico, escogen el lugar donde hay menos veterinarios trabajando y en consecuencia, el lugar adecuado para desarrollar sus aptitudes. Bruno escoge el norte de la península mientras Gorka se decide los Pirineos. No esperaban que sus trabajos fueran tan duros, los vienen a buscar a las tantas de la madrugada, con unas tormentas de aquí te espero que les ponen los pelos de punta. Los criadores de caballos, ganaderos, animales que no saben de horarios ni de descansos, necesitan su ayuda para poder parir a sus potrillos, terneras que están en mala posición en las matrices de sus madres. A menudo, duermen en pesebres al lado de sus clientes, sobre la paja, envueltos en sacos de dormir esperando que llegue alguna reacción de parte de la madre parturienta.

Esa es su vida, y es satisfactoria, les gusta a ambos por igual esta manera de vivir, es doblemente plena. La gente los tiene en alta estima, saben que pueden confiar en ellos a cualquier hora del día o de la noche. No todos pueden pagarle como merecen, pero no les importa, Catalina que es viuda y no tiene medios, ha ido a buscar a Bruno para que ayude a parir a la cerda que tiene, es su único sustento aparte de un par de cabras, que le dan los medios necesarios para tirar adelante, después de la muerte de su marido. Todo ha ido bien, los diez lechones han nacido sin problema alguno y eso que la madre se ha puesto muy nerviosa durante el parto.
Al día siguiente, Flora su hija se ha acercado a casa y le ha traído parte de la matanza del año anterior, y unas botellas de aguardiente que su padre hizo, hace ya de eso unos cuantos años.

La familia los ha visitado, ha habido opiniones para todos los gustos, pero lo cierto es que viendo sus caras, el tarto que tienen con las gentes de estas aldeas y pueblos, no pueden menos que pensar que ha acertado en su deseo de ser buenos veterinarios.



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