GRANDE ES EL MAR
Me lo has dado todo siempre por el simple placer de dar, sin
condiciones ni exigencias, solo eso, dar. Luchamos desde el principio de
nuestra juventud por tenernos y eso… es muy importante para mí, poco a poco,
cual si fuéramos una máquina que se va poniendo en funcionamiento los
engranajes de ese gran molino que todo lo puede, fuimos haciendo fuerza, y
cedieron, todos aquellos que exigían explicaciones de por qué nos unimos se
quedaron boquiabiertos.
Amigos, familia, conocidos del barrio no dieron tregua, pensaron en una
unión efímera, en una pulsación de dos corazones jóvenes que ni siquiera sabían
cómo solucionar el más mínimo problema que pudiera surgir en la vida.
A medida que pasaba el tiempo, con nuestros más y menos, desamarramos
nuestro barco y pusimos rumbo a un puerto, cual era nuestra costa, nuestro
objetivo no lo teníamos claro entonces, solo teníamos seguro el amor mutuo que
desde hacía años veníamos cultivando. Personalmente sentía adoración por ti, y
de alguna forma que no adivino a acertar que fue, resistimos los embates de las
tormentas que amenazaban con hundir nuestro amor.
Tiempos difíciles aquellos, había ocasiones, seguro que las recuerdas
que nos quedábamos parados en mitad de aquel océano sin ver el sol, sin tener
guías seguras, de adonde iríamos a parar, a que puerto. Cambiamos de barco
decenas de veces, cuando no era un trabajo que fallaba, era una vivienda mal
escogida, pero eso nos enseñaba, y el querernos nos unía.
La llegada de los hijos hizo el resto, alegraron nuestras vidas y las
transformaron de forma, que a partir de entonces, nada nos parecía imposible,
ver a nuestros cachorros al lado nuestro, criados con buenos principios, es lo
que en definitiva, según mi parecer, ha vuelto a encender el rescoldo que quedó
medio encendido de nuestro amor.
Después de eso, malas decisiones mías, hicieron que abortaran
determinados planes conjuntos. No puedo esconder más tiempo la cabeza bajo la
arena, es demasiado grande ese mar para pasar desapercibido. Lo hecho, echo
está, ha pasado demasiado tiempo como para poder pedir perdón a todos, sabes
que en lo más profundo de mi alma, lo pido, de corazón porque ansío teneros
junto a mí, o dicho de otro modo, que vosotros me tengáis a mí si queréis que
vuelva a formar parte de la familia, la auténtica, la genuina.
La vida cambia demasiado aprisa, los años pasan, nuestros hijos ya son
hombres, saben lo que es la vida, todos de un modo u otro pasan por
circunstancias complicadas, más o menos llevadas con honor y tolerancia.
¿Qué más pudiera añadir a estas palabras, un hombre arrepentido que
quiere reparar aquel barco original, que salió una mañana de un buen puerto? Pretendí
ser capitán, ahora veo que esa tarea fue demasiado grande para mí, espero que
el amor que al principio nos hizo andar con paso firme, nos ayude a hacernos a
la mar con un mascarón de proa nuevo, no es una imagen, es un conjunto de voces,
que junto con velas nuevas y buenos remos, en caso de tormenta, nos ayuden a
llegar allá donde queramos.
------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario