CABEZA ALTA, MENTE FRÍA
La
decisión está tomada, sin querer perjudicar a nadie creo que ya es tiempo de
alzar la cabeza, discurrir por mí mismo y dejar de pensar en los demás como
antes lo hacía. Hubo un tiempo en el que yo mismo me exigía esfuerzos concretos
para no perjudicar a nadie, para tratar de adaptarme a los demás, ahora me doy
cuenta que este tiempo ha pasado.
Es
como si hubiera cambiado de naturaleza, de espíritu, de ser un caminante a
remolque de las circunstancias ajenas he tenido que desandar parte del camino,
lo que ha representado un doble esfuerzo, para volver con ánimos y luchas
internas, a recolocarme en el que creo que es mi lugar.
El
mejor amigo que jamás he tenido en la vida, me dijo un día al regresar del trabajo
a casa… Quiero decirte algo que va a
serte muy útil en tu andadura por la vida. Ignora a los que te ignoran, no te van
a ayudar en nada, ama a quién te ame mientras no quiera convencerte de que
estás equivocado en tus convicciones, cuando te dejen déjalos, y ve siempre con
la cabeza alta.
Eso
es difícil… complicado. No, todo lo
contrario, comienza por saber cómo piensan, eso solo se logra a base de
conversar de conocer a la otra persona, de ese modo adquieres sabiduría
práctica, valora luego lo que se ha hablado, reflexiona sobre ello.
Así
lo hice durante años, evidentemente cometí errores, y estos pesaron a la larga,
por otro lado me dieron experiencia, me ayudaron a tener la mente fría, a
pensar con el corazón y la mente, unidas, como si se tratara de un todo. En la
vida de toda persona y en consecuencia en la mía propia, hay momentos en los
que desfalleces, te cansas o te cansan, puede que incluso te agotes al seguir
esta regla que mi mejor amigo me sugirió en su día.
Me
descuidé, me dejé llevar, la culpa fue solo mía. En este sentido me senté como
un lagarto al sol, bueno… veremos qué pasa, pensé, dejé pasar demasiado tiempo,
cuando desperté de esta especie de letargo, los demás organizaron mi vida de
tal modo y manera, que no pude más que seguir la senda que me señalaban.
¡Mente
fría amigo mío…! me decía mi amigo, y eso significa estar siempre alerta, ya
pero es que…, ni es que ni nada, te está abandonando, te están procesando como
si de un salchichón se tratara, verás cuando te des cuenta, te estarán haciendo
rodajas y vendiéndote en cualquier supermercado a peso.
Bajé
la cabeza y asentí, no podía hacer otra cosa más que darle la razón, pero a
todo eso me trató con dureza para que despertara. Pues bien no lo logré, perdí
el mando, perdí la cabeza, perdí el sostén de mi vida, me quedé sin
convicciones, mi espíritu me abandonó como si de un alma muerta se tratase.
He
retomado después de no sé cuántos años, las riendas de mi vida, he dejado por
el camino muchas herraduras gastadas, antes tiraba del carro, ahora no, ahora
dependen de mí los que en su día me despreciaron.
No
los odio muy al contrario, les agradezco que me hayan ilustrado, pero ya no les
debo nada, he saldado mi cuenta con ellos, les he explicado las razones del
porqué camino de nuevo con la cabeza alta, con la mente fría.
Todavía
oigo a mi alrededor alguna queja, es normal antes dependían de mí, ahora voy
sentado en el carro, mientras antes, tiraba de él.
En
conclusión recomiendo, a todo aquel que quiera mantenerse en pie, que pondere
bien sus fuerzas, que se preocupe de atender sus propias necesidades antes de
atender las ajenas, si no eres fuerte tú, nadie lo va a ser por ti. Modera los
impulsos que te lleven a desmedirte, atiende tus propias alarmas, nuestro
organismo tiene muchas y variadas armas para poder hacerlo. Y como decía mi
mejor amigo, ante todo, cabeza alta y mente fría.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario