sábado, 15 de noviembre de 2014

REPETICIÓN



                                                 REPETICIÓN



Describe las cosas con tanta intensidad, con tanto entusiasmo, que parece que lo revive una y otra vez, creo que tiene una especie de obsesión por los problemas, y en consecuencia por los traumas sufridos. Es una auténtica pena tener que escuchar siempre, continuamente, una y otra vez, las mismas cosas con las mismas palabras.
Supongo que todos, en un momento u otro de nuestras vidas, hemos pasado por situaciones parecidas, pero de ahí a estar siempre repitiendo a todo aquel que se pone delante, las mismas cosas es muy cansino.

En buena medida es porque se pasa mucho tiempo solo, sin tener a nadie con quién compartir las inquietudes, ni nadie que tenga la suficiente fuerza para decirle basta. Basta porque no le hace ningún bien estar siempre en una situación de desesperanza y crispación interna, eso debe de destrozar los nervios, te vuelve loco, hay que poner freno a esta situación.
Puede que tratando de explicarle a esta persona que se está autodestruyendo, te envíe a cagar, o puede que escuche lo que tienes que decirle. Si es así, mi sistema preferido es hacer ver a la persona en cuestión que no conduce a nada estar atormentándose con lo mismo, no vale la pena tratar de poner solución a algo que no está en tú mano hacer.

Supongo que es fácil decirlo, otra cosa bien distinta es ayudar a poner en práctica lo que recomiendas, claro, la primera en actuar debe ser la persona a la que se le sugiere que hacer y cómo poder hacerlo. No uso la palabra aconsejar porque aconsejar es muy difícil, los consejos colocan sobre las espaldas del que los da una gran responsabilidad, si no sale bien, te ves comprometido o puedes meter la pata. Entonces es cuando llega el momento, depende de quién sea el sugerido, que dice…   Ha sido por tu culpa, yo seguí tu consejo y mira ahora… tengo a mi familia dividida.
Conste que esto es solo un ejemplo, lo mejor es dar una serie de pautas y recomendaciones, dejando que la persona decida.

Nunca hay que involucrarse hasta el punto de ser una carga o que la otra persona lo sea para ti. Si las sugerencias, las va llevando a cabo paulatinamente y con esfuerzo, es fácil que se arrime a buscar más. Pero tratando de persuadirla en el momento de que nos repita la misma historia, que esto ya nos lo contó, que tiene que olvidar y progresar hacia praderas verdes, salir de su cueva, comenzar a caminar con una nueva mentalidad.
La memoria es complicada, y más en el caso de alguien que se ha pasado años consigo misma quemándose por dentro encerrada en sus propios problemas. Está comprobado que se hacen personas agresivas, que quieren o buscan venganza en otros, que posiblemente ven malas intenciones, en todos aquellos que se quieren acercar para ayudarla.

Desconfían de la gente, recelan de las aproximaciones y en consecuencia, advierten a todos los que están dentro del círculo de su alcance, a que huyan de determinadas personas. Es hasta normal que adviertan a los que aman de alguna manera que esas otras personas son chismosas, gente que no nos quiere ningún bien, llegando así a monopolizar a aquellos que las ayudan.  Son míos que nadie les diga nada, piensan para sí. A su vez exageran y subestiman a los que los están ayudando divulgando con buena fe, defectos de los demás, todo a su alrededor es malo, es nocivo, quieren retener a estas personas, tenerlas bajo el poder de sus manos.

Pierden el sentido de humanismo que nos debe caracterizar a todos. Entonces, cuando esto pasa, vuelven a las andadas, repiten y repiten los problemas que les acucian con el solo fin de que volvamos a decirles de qué modo deben comportarse.
Es algo parecido a un árbol que no se desea que crezca, se le ponen aros de acero para estrangular su crecimiento, quieren encargarse de su transformación de su educación, de su comportamiento.
Esta actitud lleva al desastre emocional y a la pérdida de sensibilidad, terminan por perder toda oportunidad, de ser dejados en la cuneta de la sinsubstancia. Nadie quiere que gobiernen su vida, acertamos y nos equivocamos todos cada día, mentimos y nos autoconvencemos que lo que hacemos es lo correcto.

Ese es el mayor error que puede cometer un repetidor de la vida.



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