YA NO MUERO DE AMOR
Antes
sí, antes era un necio, interesado en el sexo, en las mujeres hermosas y hasta
creía que las amaba, pero… casi nunca encuentras todas las respuestas, en la
mujer a la que le das esa confianza. Entras con el deseo carnal entremezclado
con alientos de una mejor vida, disfrutas de los cariños, de los secretos que
el sexo te ofrece, para terminar siendo un común denominador que está en boca
de casi todas ellas… “Los hombres son
todos unos cabrones”.
Aceptando
que eso fuera así, hay sin embargo paradojas en la convivencia del matrimonio
que echan al traste los deseos del amor, ante y sobre todo, los hijos, y más
cuando no son tuyos, que los heredas, como podrías heredar una finca llena de
ovejas y cabras. Con la diferencia que no son tuyas, solo les puedes gritar desde
lo lejos para que no se descarríen, y cuando la dueña del rebaño te oye, te
pueden pasar dos cosas, que te den un palo o que te dejen de lado y te pisoteen
como una mierda de vaca.
También
hay que estar dispuesto a esto, la amas, la deseas y la quieres, es un conjunto
de pequeños valores que por ser muchos y pequeños se hacen un solo y único
grande. Pasas a ser el mejor entonces, salvo cuando del rebaño sale una cabra
fea y mala y te empitona cada vez que puede. El amor entonces comienza a
quebrarse, como las ramas en invierno, que no pueden resistir el peso de la
nieve.
Hubiera
muerto por ella, pero hace mucho de eso, ya pasó esa época de encantos y de
arrumacos, de acercamientos sinceros, que hacen que el calor de su cuerpo, te
haga vibrar como una cuerda de instrumento cuando lo toca una mano experta.
Ahora ya no muero por ella, me ha mentido, me ha faltado el respeto, ya me pasó
en otro viaje estelar que parecía ser el bueno el definitivo, pero que va, nos
dimos unos cuantos paseos por los cielos estrellados y luego cuando volvimos a
vernos ya no éramos seres etéreos, de carne y hueso descubrimos que somos, y se
terminó la paz, la quietud, el deseo, que siempre debe estar alimentado por un
profundo amor que defienda el pabellón del amor.
Lo
jodido de todo esto, es que solo quedan flecos comerciales con tú pareja, ¿Qué me
darás, que te doy, cuándo y cómo? Si el amor se termina no quedan obligaciones,
¡digo yo vamos!, solo queda desde mi punto de vista un vago recuerdo de cosas
hechas y sin hacer, de alegrías y desprecios, de pasar necesidades que el más
débil debe pagar, solo eso. Miro a mi alrededor y solo veo intereses de dinero,
¡Es que tú me prometiste…! ¿Y lo que me prometiste tú, donde queda esto? No
hagas caso mamá… nosotros te ayudaremos. Bien decís os dio la vida y todo lo
que ella contiene, recordad por un momento la época en que nos amamos sin
terciar nadie por medio.
A
no, eso no, mi rebaño es mío, los conozco bien y jamás se metieron en nada, jamás
dijeron nada de ti o de mí, te lo prometo.
Y
resultó todo una gran mentira, dejaron de querer a alguien porque humillaba a
la madre de los leones vestidos de corderos, dejaron que el cariño desmedido a
su madre, los cegara para no dejarles ver sus defectos, junto con sus
cualidades claro está, porque cualidades todos tenemos. Ya no puedo pasado todo
esto morir de amor por nadie, vuelvo a los orígenes del homo sapiens, ¡joder como
vivían esos!, al mal tiempo buena cara, a cazar por las montañas, y si por el
camino ven a alguna corderita suelta, se
la meriendan en un instante, cruda como debe ser, de eso saben también, algunos
de los de tu camada.
Nuestro
instante de la vida ya ha pasado, nuestra oportunidad la hemos destrozado, como
quién derriba su plaza fuerte, y los que se sostienen lo hacen porque hay niños
de por medio, nietos que no quieres perder, criaturas que de nada tienen la
culpa. Hablar se ha hablado mucho, contrastado pareceres también, lo peor de
todo es que los hijos han sido para algunas madres, órganos de consulta,
oráculos de confesión, consejeros mal informados a quienes les llegan las
noticias deformadas. Y así, no se llega nunca a saber, en qué aciertas o en que
fallas. La integridad es la madre de la honradez, y mis amores, al margen de
los fallos que yo he cometido, los han cometido a su vez sin haberme dicho
nada.
Ahora
estamos solos y lejos, comprometidos a medias, con toda una serie de flecos que
cuelgan de la colcha que cubre una cama vacía, ¿Qué puedo hacer para joderlo…? ¿Qué
puedo hacer yo para que se dé por aludida? ¿Utilizo los poderes que en su día
me dio por voluntad propia? No, no lo hagas ya no los tienes, han sido revocados
por un notario local del lugar donde vivo, no juegues esa carta, está fuera de
la baraja. Solo queda una salida, seguir siendo la que eras hasta ahora, seguir
teniendo comunicación conmigo, solo eso es suficiente para que el recuerdo de
tu voz perdure en mí. Besa de mi parte a mi nieto y a mi perro.
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