POSIBLEMENTE TUYO
Entiendo
que me veas como una amenaza, tengo tras de mí una historia harto conocida por
ti. Sabes quién soy, de donde vengo, cual ha sido el recorrido de mi vida, es
comprensible que dudes aunque a decir verdad, a mí particularmente no me afecta
la vida que has llevado antes de establecer mi relación contigo. La comprendo,
entiendo tus necesidades, que eras joven y necesitabas sentirte querida por
alguien, por quién fuera, no quiero significar con eso que fueras una fulana,
dios me libre de deducir por tus actos algo así.
En
cuanto a mí, cuando nos conocimos en serio, decidimos sencillamente vivir
juntos, no te escondía nada de lo que había sido, nunca te escondí que fuera
por amor que me juntara contigo, siempre te dejé claro, creo, que te quería,
que el amor podía llegar más tarde, y así fue, tal fue el apego que sentimos de
forma mutua, que nos hizo inseparables, con problemas y alegrías derivadas de
nuestras decisiones. Nos casamos y sin decirnos nada, solo con vernos, con
rozarnos, nuestras almas entraron en esa otra fase del llamado, amor verdadero.
Ignoro
si en todos los casos sucede lo mismo, lo cierto es que no adivino después de
determinados años, como es que nos abandonamos, dejamos que los vientos
cambiantes, nos llevaran allí donde quisieran ellos. No lo comprendo, es como
si de golpe despertara de un sueño raro, de una situación de letargo amargo,
como cuando te despiertas de una anestesia, con la cabeza dormida, el espíritu
quebrado, que cualquiera puede hacer de uno lo que quiera.
Pudiera
ser que aspiráramos ambos a ser propiedad privada, cada cual en su parcela, con
vayas de espinos a cada lado, juntos pero separados, saludarnos, darnos tres
besos, compartir perro, ¿cómo podía él adivinar a quién querer más? No sé
antiguo amor mío, las cosas son propiedad de aquel que la compra, ¿también es
así con las personas? ¿Quieres decir, que por estar casados, somos propiedad el
uno del otro? No sé, quizás tengas razón tú cuando dices que has hecho por mí
lo imposible para que esté como estoy ahora, lejos de ti, conste que con esas
palabras no deseo en ningún momento juzgarte.
Por
mi parte, pienso, que a pesar de estar tan lejos el uno del otro, es suficiente
razón para que ya no nos pertenezcamos, si fuéramos unos niños sería normal
sentir que somos propietarios el uno del otro pero… ¿ahora…? no me parce ser de
personas cuerdas sentir que todavía soy tuyo, ni tú mía. La realidad se impone,
esa realidad me dice sencillamente, que somos dos peonzas que rodamos tiradas
al suelo por diferentes fuerzas, ignoro que fuerza impulsa la tuya aunque es
fácil adivinar por pura lógica que son los que te rodean, hijos, nietos y demás
familia.
La
fuerza que impulsa la mía, es el aire, el fuego, la lluvia, la tierra, son tan
grandes que no tienen punto de comparación alguna. Posiblemente creas que soy
tuyo, pero no es así, solo nos une una dependencia, el dinero, dependes de lo
que me comprometí en su día que te daría mientras pudiera, y el poder es el del
cariño también, cuando acabe por desaparecer del todo, no seré nada para ti,
para mi serás una inestimable amiga a la que siempre quise, a la que adoré en
sueños, a la que deseé con locura, la propia de una persona aún joven y
seguramente malcriado en asuntos del cariño, del amor. Se hace difícil hablar
de estas cosas cuando estás en una situación como en la que me encuentro, no es
que me auto compadezca, es más bien que es bastante incomprensible pasar por
tantas sensaciones diferentes en tan poco tiempo.
Me
recuerda la época en la que estuve cambiando de casa cuatro veces en solo dos
años, en aquel caso fueron cuestión del trabajo la que me obligaba a
trasladarme de manera continua, hasta que llegó el momento que me estabilicé y
logré conservar la vivienda durante diecisiete años. ¡Joder que logro…! pensaba
en mi interior, te has pasao nene, tela, esto es el cielo comparado con lo vivido
anteriormente.
Pues
fíjate tú, lo que piensas que más debe de durar, que por lógica sería el
matrimonio, es como un petardo dentro de una letrina.
Siento
tener que poner este ejemplo de mal gusto, posiblemente innecesario, pero la
realidad se impone, ya no tenemos nada que ver nada el uno con el otro.
Procuraré estar a la altura de las circunstancias, espero que no tomes a mal lo
que te describo aquí con tanta sinceridad, pero indiscutiblemente, los caminos
de dos personas que se separan van a parar a diferentes estaciones, hasta puede
que alguno de los dos se quede en una vía muerta, sin embargo, por si algún día
sucediera que no volviéramos a tener contacto alguno de cualquier tipo, sepas
que te he querido cuanto he podido o sabido, y que ahora, por momentos, mis
sentimientos hacia ti, disminuyen de forma alarmantemente. Es natural, es lo
propio, es lo auténtico visto desde la perspectiva de la vida propiamente vista
desde la lógica.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario