DINERO Y BIENES
Dicen
que hay un dicho que reza de la siguiente manera “Año de nieves, año de
bienes”, pues bien, el año del que hablo fue el pasado, oye que no nevó casi en
ningún lugar de Europa, menos en los polos, ahí siempre nieva de lo lindo, es
lo suyo, invariablemente tiene que nevar para que haya osos polares y los de
National Geografic puedan ir a hacer fotos comiéndose a las focas cuando salen
de la hibernación.
Bueno
el asunto es que curioso como pueda parecer, no sé si tiene sentido o no el
asunto, ese año sin nieve alguna por ningún lado, a mi amigo Javier le tocó la
lotería del niño, un buen pellizco, sacó un pleno al quince con dos amigos que
se pagaba un huevo de pasta y para más inri, heredó una propiedad en Sierra
Morena, al lado de unas pistas de esquí.
¿Qué
pasó me preguntas…? que lo tuvimos que ingresar porque por poco la palma,
cuando lo del niño nada, alegría y jolgorio, todo fue a las mil maravillas, se
compró un coche nuevo porque el que llevaba era una mierda con ruedas, la
verdad es que le hacía falta, una moto, ¡que ilusión tenía de tener una Honda
de esas de 1000 cmts cúbicos!, y luego comenzó a hacer planes para irse de casa
a vivir con su chica a una urbanización cerca de casa de sus padres. Hasta aquí
todo normal, lo lógico en una persona normalita, currante, que es uno más de
los pocos millones que tiene trabajo y que termina nadando en dinero. Pero es
que cuando acertó con Alejandro el pleno al quince en la quiniela aquel fin de
semana del derbi Real Madrid, Atletic… la cosa ya fue de susto. Le cogió un
jamacuco en el bar viendo el partido, y escuchando con los auriculares el
término de dos partidos más que estaban en juego… que se nos moría.
Yo
ya vi que se le ponía la cara tensa después de la tercera jarra de birra, pensé
que le habrían sentado mal los calamares o los boquerones fritos que Emilio nos
sirvió, nada, la verdad es que solo pensaba que era imposible que el Madrid
empatara, y empató. La madre que me parió, lo metimos en el coche del Cejas y
lo metimos en urgencias, ¡la leche que susto nos dio el desgraciado! Digo bien
al decir desgraciado, porque a partir de ese día le llovieron además de
millones, más amigos de los que hubiera podido imaginar en la vida.
Su
vida dio un giro de trescientos sesenta grados, comenzó a disparatar, dejó el
trabajo a la fuerza, tenía que poner orden a su vida, hablar con asesores
financieros que salían de debajo de las piedras, directores de mil bancos que
hacían cola a la puerta de su casa…
Manoli
comenzó a comprar y comprar cosas, que luego regalaba a las amigas que también
salieron de todos los rincones imaginables, una pena. Entonces, a comienzos del
año nuevo, con una nevada que cayó de un par de huevos, con nieve hasta las
rodillas andando por la calle, se cumplió el dicho, ves, eso ya era más normal,
“Año de nieves, año de bienes”. Se murió su tío Bernardo, un crapulilla de
medio pelo de ochenta y cuatro años, que había trabajado con chatarras toda su
vida, y que vivía en Granada, en Sierra Morena con una modelo de lencería. Una
casa flipante, con decenas de hectáreas de terreno a su alrededor. Toma ya,
heredero único, Javier fue el único de toda la familia que lo visitaba tres o
cuatro veces al año para saber cómo estaba, si le hacía falta algo, lo llevó
unas cuantas veces a la capital para arreglar asuntos financieros… ¿A quién iba
a dejarle lo que tenía…? A Javier era evidente, porque el resto de la familia,
despreciaba el estilo de vida que llevaba Bernardo, siempre rodeado de
bellezones, subiendo a las pistas de esquí para acudir a comidas y cenas de
gente importante, con tías imponentes. Eso sí, nunca quiso estar al lado de
chavalas con plásticos postizos ni cosas parecidas, les hacía castings el
cabrón, si no cumplían los requisitos que él exigía, les decía que se
marcharan, las echaba de su casa sin contemplaciones. ¡Anda que el abuelo era
tonto, sabes!
Un
notario se puso en contacto con Javier y le comunicaron que su tío había
muerto, que tenía una póliza de seguro de vida a su nombre y que lo había
nombrado heredero universal de todos sus bienes. Se le cayó el mundo encima al
pobre Javier, ya no tenía manera alguna de escapar de aquella maldición, estaba
sucumbiendo al poder del dinero y los bienes. Ofertas recibió muchas por la
casa de Granada, Un par de bancos se interesaron por parte del dinero que tenía
depositado en una famosa entidad bancaria diciéndole que le doblarían los
intereses a diferencia del otro en el que tenía tres millones de euros. Eso,
cada día cansa, a menos que pongas al frente del rollo de administrar el dinero
a un experto, pero aun así, hay que vigilarlos, algunos de estos comienzan a
ofrecerte posibilidades de inversiones, y como le pasó una vez, sin saber cómo,
se encontró declarando delante de una jueza por un caso de corrupción.
Sí,
como lo oyes, un mamón lo metió sin darse ni cuenta, en un pufo de no sé cuanta
pasta que se había utilizado para edificar un complejo deportivo que nunca se
terminó y que costaba bastante más del precio que se había proyectado. Javier
recordaba que había estado en el terreno donde se iba a hacer un pequeño
complejo deportivo en un pueblo, ya no recordaba donde, ¡con tantas cosas que
tenía en la cabeza…! Menos mal que no lo imputaron, la jueza se dio cuenta que
no pertenecía a ningún partido político, ni estaba afiliado a ningún sindicato,
que si no…
Parece ser, que ahora vive en algún lugar de
Francia, viene de vez en cuando a ver a sus padres, sin Manoli claro, esta
chica es un peligro, si la deja sola un momento, en terreno nacional digo, al
cabo de dos minutos ya sabe todo el mundo donde viven y Javier quiere estar en
el más absoluto anonimato. ¡Qué pena leches, unos tienen que emigrar para
ganarse el pan currando como borregos fuera de España, y él por tener
demasiadas cosas! Un día quedamos en una taberna del barrio viejo de nuestra
ciudad, no puedo decir donde porque me ha puesto esta condición, llegó con su
Ferrari y lo metió en un parking al lado del bodegón donde nos tomamos unas
sidras y tapas.
Vestido
como un dandy, entró en el lugar, traía una cara que era todo un poema, los
ojos hundidos, con unas ojeras espantosas, traía bajo el brazo un paquete de
regalo, no deparé en él, solo observaba a Javier, dos chavalas se quedaron
mirándolo y le dijeron algo sin que él hiciera caso, es el barrio de las
meretrices de la ciudad, era normal. Entró en la sidrería y me buscó con la
mirada, le llamé y levantó el brazo respondiendo a mi llamada, los dos
caminamos uno en dirección al otro y me dio un abrazo intenso, auténtico. ¿Cómo estás Javier, como te van las
cosas…? Pues si he de decirte la verdad
mal tío, desde que tengo lo que tengo soy un pobre infeliz. Venga hombre, estarás de coña ¿no? Para nada, Manoli es una desconocida para
mí, allí en Francia la gente es completamente diferente a nosotros, no tienen
sentido del humor, los amigos que tenemos tienen las mismas intenciones que los
que salieron como champiñones cuando caí en la desgracias de tener dinero… no
sé Javi, creo que lo mejor que puedo hacer, es desaparecer. No jodas, no hagas ninguna tontería
¿vale? No, no es eso, no me has
entendido, he pensado irme a vivir a una isla, como Robinson Crusoe oye, playas
limpias, vida tranquila y con el dinero y los bienes que hagan lo que quieran,
no me ha traído más que problemas. Por cierto, esto es para ti, te lo he traído
como regalo de despedida, es a la única persona a la que le puedo dejar algo por
ser un buen amigo.
La
caja es de madera de ébano, alargada y forrada de terciopelo azul, en ella hay
un cordón de oro con una cruz de caravaca y un Rolex de oro mazizo. Sé que lo conservarás como un bien preciado,
el regalo de un amigo que no tiene más amigos que a ti. El coche que acabo de
dejar en el parking, si es que lo aceptas es tuyo también, sé que lo cuidarás
como si fuera mío. Cuesta un poco mantenerlo, por si te ves en apuros
económicos, he abierto una cuenta en este banco a tu nombre, he dejado un
dinero para que no te preocupes en trabajar, a ver si tienes mejor suerte que
yo en la vida, a lo mejor es que no he sabido asimilar las riquezas que ofrece
el dinero, las puertas que te abre, las posibilidades que te ofrece. Coño tío, me dejas sin aliento… Pues si te va a más, te recomiendo que tomes
el mismo camino que yo, desaparece, de otro modo te verás envuelto en un ciclón
que no puede parar ni dios, y en el que te verás envuelto como si de un
maléfico mal te hubiera invadido,
Remigio mi administrador, sabe todo lo que debe de hacer en caso de que
decidas aceptar o de no hacerlo.
Aquella
proposición era todo un desafío, sin tener ni puta idea de qué hacer con todo
aquello que supuestamente era mío en el caso de aceptar, me encontré en una
encrucijada, seguro que supo leer mi semblante y los gestos que hacía mientras
me hablaba, me preguntó de golpe… ¿A
qué encuentras como si de pronto te hubieran
enjaulado? ¿Y tú cómo lo
sabes? Porque en determinado momento
yo también he sufrido lo mismo que estás sufriendo tú. Bueno, como sufrir tampoco, no te creas… Sí que sufrirás cuando te veas con tanto
dinero sin saber qué hacer con él, te lo aseguro amigo mío. Pues vaya mierda tío, si no tienes sufres
por tener, si tienes te puedes volver loco, mírate tú, estás que cualquiera que
te oyera diría que estás para ingresar en un manicomio, ¡vaya mierda el invento
de la pasta! Ya te digo… por eso me voy
dentro de dos días a unas islas perdidas.
Pero si quedan pocos sitios en el mundo donde poder acudir que no te
encuentren… No creas, el mundo es muy
grande. ¿Y si vas a un sitio de estos
que llegan los tsunamis? Te lo juro
tío, cruzaré los brazos y me pondré en mitad de la ola cuando toque tierra.
Bueno me voy que me esperan en Francia. Mañana mismo a eso de las dos de la
tarde debes haberte decidido qué hacer con la propuesta que te he hecho. Vale Javier, oye y gracias. No me las des, no creo estar haciéndote
ningún favor, palabra de honor.
¿Qué
iba a decidir sino aceptar el reto Mateo? De la noche a la mañana millonario,
que digo millonario, multimillonario, la gente de su ciudad que conocía en
buena parte a causa del oficio que tiene, pintor de brocha gorda, se quedan
estupefactos. Oye Mateo, ¿te ha tocado
la lotería? No que va, ha sido fruto de
una herencia, un tío mío que desconocía que me tenía en tanto aprecio… Joder con el tío, te debería querer un
montón. Eso parece, creo que al
marcharse y no poder cuidar de parte de sus bienes, se planteó repartirlos
entre él y yo, y fíjate tú, ni siquiera me ha dejado dicho dónde está. Bueno ya sabes, tienes amigos a los que
poder ayudar, cuando te haga falta lo que sea nos lo dices, estaremos encantados
de poderte echar una mano.
Se
repitió la misma historia que con su amigo Javier, envejeció muy deprisa,
quería darle un giro a esa absurda situación de la que le había hablado su
amigo, pero no pudo llegar más allá, de la mitad del camino que Javier le
advirtió que podría soportar. Se ha muerto con solo cuarenta y tres años, un
infarto se lo ha llevado por delante, a un hombre fuerte como un toro de lidia,
a una bellísima persona, a un amigo entrañable para todo el mundo, ha sido tan
repentina su muerte, que no ha tenido tiempo de legar a nadie su fortuna, de
forma que se la ha quedado la hacienda pública, en interés de unos cuantos
corruptos que se han enterado que han llegado a las arcas públicas, un montón
de millones, que pueden ser gastados en mil cosas diferentes sin que nadie se
entere.
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