domingo, 9 de noviembre de 2014

VIVIR TODA LA VIDA



                                            VIVIR TODA LA VIDA



No es fácil aunque parezca que es simplemente una sincronía de lógicas aplicadas. Creo que con el tiempo, las personas sabemos distinguir por nosotras mismas, lo que es la vida de verdad y lo que simplemente es ir llenando un espacio de tiempo, que no tiene significado.
A todos los humanos se nos da la capacidad de vivir, la diferencia es saber si estamos aprovechando el tiempo que se nos dan determinadas capacidades para poder disfrutar de la vida. Con eso no nos queremos referir al disfrute porque sí, sino más bien, a las razones que tenemos para que la vida signifique algo para nosotros.
Nacemos con diferenciaciones bien determinadas, todos los seres humanos las tenemos dentro de nuestro ADN, y es precisamente ese, el que nos da una visión a largo plazo, de lo que podemos o no hacer para que nuestra forma de vivir sea provechosa.

Muchos expertos opinan que de un padre asesino puede salir un hijo asesino, puede ser que sea así, pero hay que admitir que a su debido tiempo se pueden rectificar esas conductas. De ahí que se comprenda esta expresión de Jonathan Swift “Ojalá vivas todos los días de tu vida”. Se puede concluir con toda rotundidad que tenemos los medios, las herramientas para poder hacer de nuestra vida una vida feliz.

Policías y juristas, consideran ahora estas causas de antecedentes de familia como atenuantes para dictaminar las condenas que consideran justas. Frecuentemente se equivocan, se suelta a violadores que reinciden al cabo de poco tiempo, y tienen que volver a ser juzgados por los mismos delitos que los llevaron a la cárcel una primera vez. Esta mala vida es para ellos su modo de vivir, no es extraño escuchar casos de personas que se tiran en la cárcel más de la mitad de sus vidas, y aun después de esto, siguen delinquiendo de una forma u otra. ¿Casualidad, coincidencia…? quién sabe, puede que ni ellos mismos lo sepan.

La vida de verdad existe, sin embargo hay que saber buscarla al margen de delincuencias y palos, se puede ser feliz relativamente, teniendo una familia, criando hijos a la espera de saber que deciden hacer con la inclinación de sus corazones, no podemos entrar dentro de ellos salvo observando lo que hacen, con quién se relacionan, y las consecuencias de sus acciones. Ciertamente, el poder vivir todos los días de nuestra vida es un desafío constante, una carrera de fondo, no es solo la velocidad la que cuenta sino el fondo, el aguante que tenemos para superar los obstáculos que se nos ponen delante.

De ese modo la vida es fácil, los beneficios que se cosechan son aún mayores de lo que nos imaginamos. Que no se ven a corto plazo, que hay que insistir y trabajar en ello toda la vida, cuidar a los hijos y a nosotros mismos es tarea complicada y difícil. Y en cuanto nos descuidamos, puede que los padres nos veamos comprometidos en ese afán de lucha desmedido con resultados crueles para todos.


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