domingo, 9 de noviembre de 2014

DE MAYOR QUIERO SER...


                                               DE MAYOR QUIERO SER…



¡Bombero!, le dijo Alejandro a su padre. Este sentado en el sofá de casa leía una mañana de domingo el periódico, en pijama y zapatillas de andar por casa. Alejandro a sus pies sobre una alfombra, juega con el camión de plástico que le han regalado sus abuelos la semana pasada que fue su santo. Ha ido a comer a casa de un hermano del padre, tío de Alejandro, se ha llevado el camión bajo el brazo.
-¿Dónde vas con el camión Alejandro?
-A enseñárselo a mis primos, quiero que sepan que seré bombero y tengo que explicarles como apagan los incendios, bajan a los gatos de los árboles, acuden a las llamadas de socorro de la gente, todo eso.
-Vaya, veo que está bien enterado de las labores de estos hombres valientes.
-Claro papá, cada día me quedo un rato en la puerta de las cocheras que hay camino de casa, cuando salgo del colegio he, no creas que hago novillos.
-Más te vale porque de otra forma, si no estudias mucho poco podrás hacer en el cuerpo de bomberos. Hay que saber mucho y estar siempre en buena forma física, eso también es muy importante.
-¿Tú crees que puedo ser un buen bombero mamá?
-Claro hijo, podrás ser lo que quieras cuando seas mayor, eso sí, tienes que seguir el consejo de tu padre, él sabe lo que es trabajar duro. Ha tenido que estudiar para ser cajero del banco, no creas que para cualquier oficio cogen a cualquiera, para cada profesión se necesita lo suyo.
-Riro, riro, riro… sigue haciendo ruido con la boca Alejandro yendo dentro del coche camino de la casa de sus tíos, representa en su imaginación alarmas y fuegos y solo habla dándose órdenes a sí mismo y a otros compañeros: Tú ve para allá que sale mucho humo, a ver si hay alguien detrás de esas ventanas, pueden haber niños. ¡He tú, ven aquí y abre la llave del agua, que esos dos están esperando sosteniendo la manguera, para echar agua en el tejado.

Los padres lo observan divertidos por el retrovisor del coche, pone cara seria cuando lleva a cabo esta operación de apaga fuegos. Sus primos lo han recibido contentos, van a jugar con el camión de Alejandro, o eso creen ellos, porque lo que es el camión Alejandro lo lleva bajo el brazo todo el tiempo, a pesar de las protestas de sus primos a los mayores. Los hermanos y cuñadas tienen cosas de que hablar que corresponden a las personas mayores, se ven de vez en cuando solo, y eso hace que las charlas sean de lo más diversas y dicho sea de paso, se usan como motivo de conversación para la próxima comida en casa de alguno de ellos.

Alejandro se porta muy bien en la mesa, encima del pantalón mientras come la sopa, el camión de bomberos descansa, en el camino a casa de sus tíos ya a ha hecho un servicio, ahora que los bomberos descansen porque de vuelta a casa, se encontrarán con otro caso que solucionar, seguro. A última hora de la tarde los parientes se abrazan y se besan, él hace lo mismo muy deprisa, quiere subir al coche, sabe que hay trabajo que hacer.
-Va papá… vamos ya.
-No seas mal educado, espera un poco, ya vamos.

Cuando los padres entran en el coche, está con los brazos cruzados en el asiento de atrás con el cinturón puesto y el camión reluciente, pintado de rojo chillón a su lado, con cuatro bomberos dentro, bien equipados y la escalera encima del techo bien asegurada. Parece que está enfadado con el oficial, no mueve ni un músculo hasta llegar a casa, baja el primero del coche cuando entran en el parking y se va camino del ascensor.
-Vaya con el bombero… ¿has visto Tere?, se conoce que no era ninguna alarma importante la que tenía que atender Alejandro.
-Sí ya veo, bueno es que los bomberos se pasan muchas horas sin hacer nada también. Un día de estos lo tienes que llevar al parque de bomberos para que vea de verdad como se trabaja allí.
-Sí es buena idea, tenemos un par de clientes del banco que tienen sus cuentas en nuestra entidad.
-¿De verdad me llevarás papá…?
-Claro, el próximo sábado si te parece bien. Allí los verás en su salsa, pero no te prometo que los veas en acción, eso depende de las circunstancias.

La visita al parque ha determinado que va a estudiar hasta el final con tal de hacerse bombero. Con los años, éxitos y frustraciones, ha logrado ser bombero, tal quería, tal ha sido. Ahora su vida está llena de significado, a veces pone su vida en peligro, los bomberos hacen toda clase de trabajos, algunos de ellos ni los imaginaba.
Dentro de la taquilla que le corresponde, descansa el camión de bomberos que ahora cada vez que entra de guardia le sonríe, a él le parece que le dice “Gracias amigo por ayudarme a estar donde me pertenece”.


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