viernes, 19 de junio de 2015
SI HAY QUE MORIRSE, SE MUERE UNO Y YA ESTÁ
SI HAY QUE MORIRSE, SE MUERE UNO Y YA ESTÁ
Hay personas que no saben ni morirse leches, andan todo el tiempo por ahí diciendo que se mueren, y dan la lata todo lo que pueden y más. Muchoss hemos conocido a gente así, se pasan la vida como un alma enpena y no dejan mientras tanto, de decir a todo aquel que le pregunta por su estado de salud, que se están muriendo.
El caso es que muchos de estos mueren de viejos, con achaques claro, cuando se hacen viejos hechan de menos, aquellos tiempos en el que vivieron aventuras extraordinarias. Aunque quién los conoce bien pasan de estas historias y cambian de acera cuando los ven que vienen en su dirección. Es incomprensible que las personas se escuden diciendo, que tienen una enfermedad grave, que les queda poco tiempo, y lo proclaman como el que vende retales en un mercado a voz en cuello. ¡María... mira que cosas guapas que tengo para ti, compralas si te quieres hacer un vestido de princesa...!
Uno que se tiene que morir no anda por la vida de esta manera, cuando le llega su hora se muere y punto, no quiero decir que todos tengamos que ser iguales en este sentido, hay quién incluso se recrea dando explicaciones, de como prospera su enfermedad. Cuando se mueren se mueren sin estilo, así es como lo califico yo, no hace falta darle tanta pompa a la muerte, bastante tenemos ya los humanos, con llevar la muerte a diario, pegada a los talones.
Además, es fácil imaginar el suplicio que causa esto en el resto de la familia, todos pendientes de saber si es cierto o no que se muere de verdad. Todos tenemos que morir un día u otro, ya está bien con andar por ahí, con el rollo de que se está muriendo. Un amigo mío decía, que el que alardea de su muerte, es un flojo y no tiene sentimientos, que a la muerte hay que hecharle un par de huevos, y si la palmas pues bueno, te entierran o te incineran.
La gente que ya no tiene propósitos en la vida, porque se le han agotado las posibilidades de andar de juerga, bailar, cambiar de pareja de forma continuada, y esos, los ex compañeros de correrías de la probable finada, estos, no van a ir al entierro, irán hijos y nietos eso sí que es posible que lo hagan, pero los que retozaron con la muerta o muerto en vida, nada de nada.
La vida sigue y no pueden pretender ser siempre el centro de atención, el hombligo del mundo. Es po eso que si lo piensa uno bien, lo mejor es, morir en silencio sin levar una orquesta detrás que anuncie a bombo y platillo que ahí delante va aquel ser que fue... lo que quiera que sea. Quién sabe si con el tiempo el papa lo beatifique.
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