VENTANAS SIN CORTINAS
Cuando estes triste, deja que el sol entre por tus ventanas, la tristeja hace que las sombras que invaden la casa, se transformen en fantasmas del pasado, te recuerdan que aquella mujer a la que amas, a la que todavía no has olvidado, está presente en tu mente.
Esa es una buena razón para arrancar las cortinas, sin esperar que pase por delante de la acera donde vives, solo dejar que el sol caliente tus sentidos, no la olvidarás, cierto, pero por lo menos tendrás el atractivo sonido de la ciudad, la vida. No pretendas saber si ella siente lo mismo que tú, eso es pretender demasiado, pero aun así, te llegarán los ecos de su respiración.
Tampoco te importe, que la gente que pasea, compra y corre por toda la ciudad, te miren, se asomen a los marcos de tus ventanas, solo verán a un alma despojada de complejos, llena de esperanza, con el espíritu amplio, con los brazos abiertos esperando, que en un momento u otro, decida llegar hasta tu puerta y llame con los nudillos para saludarte. Es posible que esto no suceda nunca, es imposible saber lo que hay en la mente de aquellos a quienes hemos amado, al margen de situaciones que hayan puesto en peligro nuestra relación. A quién se ama es la persona en sí, nunca a los que la rodean, por lo menos del mismo modo. A quién esperas, es un ser especial, que formó parte de todas aquellas andanzas que nadie más fue capaz de entender salvo vosotros dos.
Pero no te inquietes, es posible que tarde en llegar hasta tu ventana, por si eso pasa, por si en alguna ocasión sucede que mira hacia tus ventanas y te ve, siente curiosidad y llama a tu cristal, que te encuentre con las cortinas abiertas, que no tenga dudas en llegar hasta ti y que tu sonrisa sea franca y abierta.
Entonces si eso sucede, saca del frigorifico esa botella de cava e invítala a pasar a brindar por ese encuentro, aunque sea fugaz y breve, solo piensa en que el encuentro ha sido posible, gracias a que tus cortinas estaban abiertas de par en par, esperando toda una vida ese momento, sin esperar que se quede a tu lado, eso no se lo propongas nunca, déjala hablar, tiene muchas cosas que decirte después de tanto tiempo. Luego, cuando te diga que se marcha a su casa, junto a su familia, ayudala a ponerse el abrigo, hace frio fuera, comienza a llover, estás obligado a darle tu paraguas, insíste en ello, verás que no lo rechaza, en el fondo de su alma quiere tener un recuerdo tuyo.
Y a partir de entonces, no dudes que las cortinas deben mantenerse abiertas, un día, el que menos esperes, volverá, sin querer pasará por delante de tu casa, por accidente, pero volverá a verte, los recuerdos no son baratos, esa es la razón por la que debes esperar con esperanza su regreso, sin esperar nada más que ver sus hermosos ojos, su figura y ese porte que a pesar de el paso de los años, no has olvidado.
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