CUENTOS PARA CUENTISTAS
La señora de Florencio… si hombre,
ese gordo que parece vaya a reventar de lo gordo que está, el que lleva el
asunto de las finanzas en el país… pues te lo creas o no, cada noche su mujer,
le tiene que poner pañales, le hace que se cague encima, que se mee le da unos
azotes en el culo hasta hacerle llorar, con un chupete puesto en la boca, lo
hace correr por toda la casa, cuando los niños no están o se han marchado de
fiesta. Dice Clara que se lo ruega, se lo pide, lo necesita, de otra forma no
es persona, que si no fuera por eso, no sabría llevar la responsabilidad y la
confianza que tiene el presidente en él.
Al día siguiente como no se le
ven los moratones que le han quedado en el culo… pues el hombre coge de nuevo
su cartera y se va en compañía de su chofer al trabajo. Clara me ha contado
como si fuera un gran secreto que a veces tiene que buscar asientos más
mullidos del dolor que le causan las heridas de los baquetazos de la noche
anterior… ¿te lo puedes creer…? es de locos Pues oye… me dice mi vecina Clara
que si no fuera así, no funcionaría, que el hombre va a golpes de fusta, ¡y
bien que le da no, creas! Hace un par de noches que tenían que tomar unas
decisiones importantes en el gobierno, le dijo a su mujer… Hoy me tienes que
dar de lo lindo, sino mañana se me va anotar cuando me vean los amigos.
¿Y tú que le contestas, cómo
reacciones ante esta circunstancia, porque esto que doler que te cagas? Verás
te voy a contar un pequeño secreto, hace cosa de un año, mi marido y yo nos fuimos
de vacaciones a una casa rural, oye, comenzamos con el rollo de que si tú me
das, yo te doy, eso con la toalla de baño doblada y mojada, ¡pasamos un rato de
miedo…! Acabamos hechos polvo, nos cansamos como burros tirando de un arado,
pero lo pasamos de bien, que ni te cuento… Eso son juegos de adultos que deben
de quedar entre adultos, bueno… allá aquel que lo quiera contar, yo te lo digo
a ti porque te tengo confianza, somos amigas de toda la vida.
Y si por lo que sea, se te
ocurriera contar esto, lo desmentiría
además de dejar de ser amigas para siempre, que tú ya sabes que te puedo abrir
muchas puertas. También puedo cerrarte otras ¡vaya que sí! Bueno, tú ya lo
sabes. Por eso no debes de preocuparte, soy una tumba, y sabes que no tengo
mejor amiga que tú.
¡Que pelotilleros somos la gente
cuando se trata de sacar provecho de alguna ventaja por mínima que sea…! ¡Que
rastreros podemos llegar a ser con el fin de podernos introducir en cualquier
estrato de la sociedad aunque solo sea sacar un empleo de mileurista de manera
eventual! Guardamos secretos, somos confidentes, vendemos nuestra alma al
diablo y todo ¿porqué…?
Porque el hombre, él ser humano,
sin cuentos, deja de ser humano. Los cuentos han formado siempre parte de la
historia natural de civilizaciones, se han exagerado batallas, se han ganado países
y se han conquistado fronteras gracias a los cuentos. No se lo contéis a nadie
por favor, pero sé de buena tinta y hasta tengo filmaciones de un ministro que
en cuanto llega a su casa lo primero que hace después de sacarse la corbata, es
ponerse a jugar con los Playmobils de sus hijos, ya está bien, aplaudo estas
ideas, pero no me jodas, de ahí a creerse que va a ganar alguna guerra…
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