VACACIONES DE LOS NIÑOS, LA LECHE
Para la mayoría de los niños las vacaciones son la leche; horarios
machacados a pesar de las imposiciones de los padres, planes secretos que
alcanzan lo imposible, padres desbordados por este acontecimiento anual…, en
fin, todo dispuesto para que en el mejor de los casos, todo salga a pedir de
boca. Si está todo planificado, los padres lo tienen todo bajo control, da lo
mismo, las cosas saldrán como salgan, en el mejor de los casos mal si no se
cuidan los detalles.
Iremos al parque temático, ya veréis lo bien que lo pasaremos… ¡chachi
piruli! ¿Y podremos subir al monstruo de las bolas que luego va a parar a la
piscina…? Pues claro hijo, podréis subir donde vosotros queráis. Pues va a ser
que aunque los planes estén bien organizados, el dinero bien distribuido para los gastos, todo preparado, desde
maletas y equipaje, hasta mapas y cuentas hechas al milímetro, siempre, siempre
falla algo. Las vacaciones de los niños son su espacio, su globo aerostático
para huir de las rutinas diarias, y creedme, siempre tienen sus fantasías que
guardan precisamente para estas fechas. Parece que no pero en unas vacaciones…
hay un montón de cosas que no se pueden organizar, que surgen como por encanto.
“Mira tú por donde, en mitad de las vacaciones, viene Leonor y nos dice
que estaba en estado. ¡Cómo nos pasamos en el pueblo de mis padres tres meses…llegó
un momento que no lo pudo esconder! ¡Si hubieras visto la cara macilenta que se
le puso a la pobre…! Claro, ve y díselo tú a papá que yo no me atrevo, pero
para ponerse debajo de Salva el hijo del panadero sí que se atrevió la muy
zorra. A veces, a los hijos les darías de hostias hasta hartarte, pero la
verdad es que tampoco se gana nada con eso, es preferible dialogar, conversar y
llegar a un buen entendimiento. Ahora bien, cuando ya la cosa comienza con un
bombo por delante, el asunto se complica, y como coincida con la temporada de
vacaciones… todavía más.
Si un acontecimiento como el que acabamos de mencionar pasa en época de
mitad de curso, mira oye, tira que te va, pero como todo este pastel se sepa
cuando se inician las vacaciones… ya no es lo mismo, ¡coño que hay otros
miembros en la familia que merecen la consideración de las vacaciones! Ahora viene
Leonor, y jode el invento, ¡toma ya! Las vacaciones se llevan a cabo esto está
claro, ¡con todo pagado, con la reserva hecha del apartamento, con el crédito
pedido para tal fin… las vacaciones tiran adelante, pero no veas que viaje…
reproches, insultos, que si no van a poder mirar a la cara a otra familia de
amigos que los acompañan, en fin, esas cosas que enrarecen el disfrute completo,
de lo que debieran haber sido estas vacaciones.
A Arnau todo esto se la trae floja, él tiene planes, planes de niño no
de persona mayor, tiene solo doce años, pero piensa que todo este embrollo no
va con él, piensa sacarle todo el jugo posible a los meses que le quedan por
delante sin coger un libro, disfrutar de la piscina y del resto de instalaciones,
que están esperándole con los brazos abiertos.
En definitiva, que este año las vacaciones se han torcido un poco,
entre la niña que las ha pasado mal con el embarazo, la preocupación de la
madre por todo el tema, las anginas que cogió el niño y que el presupuesto no
ha llegado, han tenido que tirar de tarjeta VISA a la fuerza, estas vacaciones
han sido una mierda. Disfrutar sí que las han disfrutado, a su manera, pero a
costa de muchos sacrificios que les costará remontar hasta pasadas las
navidades que ya están a la vuelta de la esquina.
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