ES DIFÍCIL
ANDAR DERECHO
Por mucho que lo he intentado jamás he podido lograrlo, es como
desandar los pasos que uno da sobre la arena de la playa, es imposible lograr hacerlo
de forma exacta. Digo yo que debería ser igual andar hacia adelante como hacia
atrás, pues no, no puede ser. Será que tenemos algún mecanismo mal
sincronizado, alguna especie de resorte, que nos obligue a que caminemos del
modo que lo hacemos. El caso es que cuando queremos darnos cuenta que estamos
en el camino equivocado, que nos torcemos, no hay nada ni nadie que nos
corrija, es bastante jodido el querer hacer las cosas bien, y que sin saber qué
es lo que nos impide corregir ese comportamiento, metamos la pata.
Entendidos en estos temas arguyen que es cosa del libre albedrío, es
decir la libertad de elegir que hacer, cuándo y cómo. No sé chico, el caso es
que personalmente he intentado seguir sugerencias de otra gente más cuerda que
yo, o más experimentada… y resulta que el resultado casi siempre ha sido el
mismo. La última vez que alguien escuchó con atención lo que le conté que me
pasaba, concluyó que todo eso me pasaba porque soy demasiado bueno. “Tú
problema amigo mío, me decía, es que te dejas pisar por la gente, en este mundo
a según qué temas, hay que echarle morro y tú no tienes el talante necesario para
responder a determinados problemas que te puedan surgir, creo que eso es todo”
En otras palabras… que se conoce que hay gente preparada para
solucionar según qué cosas pero que yo soy una nulidad para esto. Reconozco que
en según qué aspectos, prefiero que me den dos hostias, si con esta acción
soluciono el problema, problema antes de que surja claro. Entonces según una
gran mayoría de personas, estás preparado para volver sobre tus pasos aunque
las olas de la playa hayan borrado parcialmente las huellas que dejaste atrás.
No sé oye… se me hace difícil pensar que no valgo para nada a la hora
de sin mirar, echar marcha atrás. “Ha pues yo lo hago cada día obligado por mi
trabajo y ahora resulta que no me cuesta nada andar y desandar mis pasos…” No
creo yo que esto sea tan fácil. El simple hecho de caminar lleva consigo
esfuerzo y decisión, si te falta esto, estás andando en falso. Pienso en que
quién diga que para eso le resulta fácil volver sobre sus pasos sin equivocarse
ni un pelo, es que es un poco hipócrita, está falseando sus propios principios
y entrando en una dinámica de convencimiento de que las cosas deben ser como él
las hace.
Es fácil car en el engaño de sus propios errores y dañar la vida de los
demás porque sí. ¡Joder… no se puede andar así por la vida!, y quién lo haga es
porque está perdiendo una de las cosas que caracterizan a los seres humanos y
nos distinguen de los animales irracionales, la conciencia. No quiero perder mi
conciencia, me gustaría conservarla hasta el día de mi muerte, por lo menos mis
amigos y mi familia podría decir de mí… “Ha sido una gran pérdida, era un tipo
con conciencia, algo de lo que muchos carecen”
Es por eso que, si no puedo desandar los pasos que he dado, hayan sido
estos, rectos o algo torcidos, por lo menos dedico tiempo para mirar siempre
hacia adelante y pensar que lo andado no lo puedo rectificar, pero sí que me
sirve de experiencia, para pisar con toda la planta del pie.
Quiero evitar que hallan dudas al respecto, mirar al cielo porque hay
una tormenta que se avecina, o por ver pasar un avión está bien, pero lo que de
verdad me importa, es mirar al suelo continuamente. No lo digo para copiar mis
propias pisadas, seguro que en algunas, sino en muchas, estoy equivocado, pero
no quiero tropezar y echarle la culpa al destino que me ha hecho un cretino
ciego.
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