¡QUE BONITO PODER RECORRER
LA TIERRA!
-Por
eso viajo tanto alrededor del mundo… para concienciar a los responsables de
mantenimiento del planeta, de que esto no puede continuar así.
-¿Pero
tú has pensado bien lo que dices… cada vez que vas por ahí a dar conferencias,
coges trenes y aviones o barcos para desplazarte de un lugar a otro,
contribuyes a que haya más contaminación todavía.
-Ya
lo sé, pero… a ver… ¿Qué idea mejor que esta se te ocurre para llamar la
atención de ese atajo de borricos emborrachados por el petróleo y el gas
natural que esta que te estoy exponiendo? No la hay, si los que sabemos del
tema no lo denunciamos, pronto no tendremos terreno seco por el que caminar.
Para que nuestros hijos vean lo que queda de la Tierra, tendremos que hacerlos
viajar en naves más allá de la estratosfera, y esto tiene unos costes
imposibles de asumir, por el momento.
-¡Hostia
tío esto es muy fuerte…, yo creo que debe de haber algún otro método para hacer
reaccionar a este atajo de mendrugos!
-Que
no nene, que no hay ningún otro, no te das cuenta de que me he pasado media
vida estudiando el tema y todo el mundo pasa del asunto…, no les interesa, hay
demasiado en juego, y no me refiero a puestos de trabajo que sería hasta cierto
punto justificable. Son las guerras, los juegos de fronteras entre naciones lo
que hace que todo esto se vaya convirtiendo en una especie de puzle al que cada
vez le faltan más piezas.
-Un
primo mío me dijo que la clave, de esto hace ya mucho, estaba en el tráfico de
armas, ¿tú que crees al respecto?
-De
armas no amigo mío, de almas más bien, a estos perros poco les importa que la
gente se mate ya sea por motivos políticos o religiosos. La última vez que
estuve haciendo una conferencia en
Japón, ¡oye, que parecía que el mar se había encogido, fue alucinante, no me lo
podía creer pero era cierto! El mar se está comiendo a la Tierra, visto así
pues, desde el cielo, la tierra se ve deformada y nosotros somos como jorobados
que no sabemos bien por donde debemos de andar.
-¡Ha,
por eso se ven reportajes que señalan
que cada vez hay más gente viviendo en el mar, en barcazas! Aprovechan los
recursos fluviales para poder vivir y hasta trabajar para ganarse el sustento y
criar a sus hijos.
-Eso
es, veo que lo has comprendido a la perfección, pero no viven así porque ellos
quieran, son las circunstancias las que les obligan a sobrevivir en esta
situación de desesperación asumida.
-O
sea que dentro de poco, no podremos recorrer la Tierra como ahora hacemos, ¡es
una pena que hayamos tenido que llegar a estos extremos!
-Lo
peor está por llegar amigo mío, cuando la gente no tenga tierra sobre la que
caminar, tendremos que echar mano de reportajes y revistas, que nos darán una
visión increíble, de lo que hemos destruido. ¿Sabes una cosa…? Que en la medida
que pueda, quiero evitar que esto pase sin que nadie, en este caso mi propia
voz, se levante en protesta por todo lo que está pasando y que nadie quiere
mirar, como si no pasara nada.
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