sábado, 25 de junio de 2016

NAVEGADORES

                                                                NAVEGADORES

Casi todos los vehículos modernos llevan una de esas máquinas que te llevan donde les señalas antes de comenzar el camino, no importa donde vayas, parece como si ellas, los navegadores llevaran el coche por ti y te condujeran sin ninguna clase de error al lugar donde tienes tú destino. A veces se equivocan y van por lugares por los que no te ahorras un duro ni en gasolina ni en nervios, es el pago por la modernidad de estos aparatos, que previamente programados disponen de tu tiempo y dinero a pesar de lo mucho que te haya costado conseguirlos. Unos, vehículos digo, los llevan incorporados, navegadores de élite, te señalan la carretera y te dice una voz en off que sale de donde quiera que sea… coja usted el primer desvío a la derecha, a quinientos metros, después de la rotonda, vuelva a la nacional trescientos cuarenta y cinco, por ejemplo.
En alguna que otra ocasión me he visto dando vueltas como un idiota, a un Carrefour y de paso tronchándome de risa, jode un montón que te pase eso pero te aguantas y sigues las indicaciones del navegador, piensas… mejor que él no lo sabrá nadie… por la pasta que me ha costado que me lo instalaran ya podría ser un poco más exacto. Pues no, parece que algunas veces, quiera tomarte el pelo, de hecho te lo toma.
Como los mapas de papel de antes no hay nada oye, sí que te podías extraviar, perderte por esos caminos de dios, pero al fin de cuentas te lo tomabas con buen humor, el mapa era de papel y tampoco se le podía exigir demasiado. En las autopistas, siempre pedía un mapa que contenía todas las entradas y salidas de los diferentes accesos a estas, si era el caso que te perdías. En ocasiones me había juntado con veinte mapas que luego regalaba a los amigos, claro, para entonces no había navegadores, lo tenías que hacer todo a golpe de remo, sin embargo, y no hablo por hablar, descubríamos unos paisajes y unos rinconcitos de lo más cucos, que no aparecen hoy día en los navegadores modernos.
Ahora que hace años que no conduzco, no tengo capacidad para ello, me dejo llevar pero siempre te queda una especie de intuición que te indica que por donde vas encontrarás un lugar especial, y al final vamos a parar donde la mayoría quiere, a un parque temático o a un aguapark donde la gente mayor como yo nos aburrimos como ostras.
Mientras todo esto pasa, tu yerno se pasa todo el viaje diciéndote… ¡Que abuelo ha visto lo que inventan hoy día para que la gente no se pierda…! Coño, yo he conducido miles de kilómetros por carretera y por caminos hasta de cabras por decir algo y nunca me he perdido. Alguna que otra vez sí es vedad, pero siempre he encontrado el camino de vuelta o de ida, depende de donde haya tenido que ir. Los navegadores no sé quién coño los ha inventado, están bien eso sí, pero si te pasa de ciento veinte te llama la atención, si llegas a una zona de niebla tres cuartos de lo mismo, ¡que pesadas son estas máquinas…! Mi yerno en ocasiones lo apaga, ya se sabe el camino y además ya conoce los tramos donde existe algún tipo de peligro.
Nada que no me gustan esos aparatos, que se los vendan a los africanos que África es muy grande y no saben por dónde navegan, con todos mis respetos para los africanos.


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