NAVEGADORES
Casi todos los vehículos modernos
llevan una de esas máquinas que te llevan donde les señalas antes de comenzar
el camino, no importa donde vayas, parece como si ellas, los navegadores
llevaran el coche por ti y te condujeran sin ninguna clase de error al lugar
donde tienes tú destino. A veces se equivocan y van por lugares por los que no
te ahorras un duro ni en gasolina ni en nervios, es el pago por la modernidad
de estos aparatos, que previamente programados disponen de tu tiempo y dinero a
pesar de lo mucho que te haya costado conseguirlos. Unos, vehículos digo, los
llevan incorporados, navegadores de élite, te señalan la carretera y te dice
una voz en off que sale de donde quiera que sea… coja usted el primer desvío a
la derecha, a quinientos metros, después de la rotonda, vuelva a la nacional
trescientos cuarenta y cinco, por ejemplo.
En alguna que otra ocasión me he
visto dando vueltas como un idiota, a un Carrefour y de paso tronchándome de
risa, jode un montón que te pase eso pero te aguantas y sigues las indicaciones
del navegador, piensas… mejor que él no lo sabrá nadie… por la pasta que me ha
costado que me lo instalaran ya podría ser un poco más exacto. Pues no, parece
que algunas veces, quiera tomarte el pelo, de hecho te lo toma.
Como los mapas de papel de antes
no hay nada oye, sí que te podías extraviar, perderte por esos caminos de dios,
pero al fin de cuentas te lo tomabas con buen humor, el mapa era de papel y
tampoco se le podía exigir demasiado. En las autopistas, siempre pedía un mapa
que contenía todas las entradas y salidas de los diferentes accesos a estas, si
era el caso que te perdías. En ocasiones me había juntado con veinte mapas que
luego regalaba a los amigos, claro, para entonces no había navegadores, lo
tenías que hacer todo a golpe de remo, sin embargo, y no hablo por hablar,
descubríamos unos paisajes y unos rinconcitos de lo más cucos, que no aparecen
hoy día en los navegadores modernos.
Ahora que hace años que no
conduzco, no tengo capacidad para ello, me dejo llevar pero siempre te queda
una especie de intuición que te indica que por donde vas encontrarás un lugar
especial, y al final vamos a parar donde la mayoría quiere, a un parque
temático o a un aguapark donde la gente mayor como yo nos aburrimos como
ostras.
Mientras todo esto pasa, tu yerno
se pasa todo el viaje diciéndote… ¡Que abuelo ha visto lo que inventan hoy día
para que la gente no se pierda…! Coño, yo he conducido miles de kilómetros por
carretera y por caminos hasta de cabras por decir algo y nunca me he perdido.
Alguna que otra vez sí es vedad, pero siempre he encontrado el camino de vuelta
o de ida, depende de donde haya tenido que ir. Los navegadores no sé quién coño
los ha inventado, están bien eso sí, pero si te pasa de ciento veinte te llama
la atención, si llegas a una zona de niebla tres cuartos de lo mismo, ¡que
pesadas son estas máquinas…! Mi yerno en ocasiones lo apaga, ya se sabe el
camino y además ya conoce los tramos donde existe algún tipo de peligro.
Nada que no me gustan esos
aparatos, que se los vendan a los africanos que África es muy grande y no saben
por dónde navegan, con todos mis respetos para los africanos.
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