viernes, 29 de junio de 2012

AMABLE Y PODEROSA.


                                            AMABLE Y PODEROSA.


Desde siempre, hasta cuando era pequeña tenía metas presentes, quería ser esposa y buena madre.
Muchos pudieran pensar que ese es un deseo normal; no es así siempre. Pero Emilia tenía metas, algunas desplegadas delante de todos “Me gustaría ser enfermera, y si no, ser maestra de escuela…”, ¡tantos deseos insensatos tenemos cuando somos inmaduros…!. Pero claro, a diferencia de otras mujeres, en griego, su nombre significa “bondad, amable”, y esa corona la adorna, rezuma por entre sus poros estas cualidades propias de su nombre.
Emilia, mientras otras buscan belleza física, ella se viste de hermosura, hermosura propia de diosas que son inalcanzables para simples humanos. No le hacen falta aloes ni pinturas, que ensalcen lo que de por sí lleva como seña de identidad.
¡Pobres fatuas figuras las que se quieran comparar con ella…!, ¿adónde van a acudir para que se las compare con ella, que tribunal, que jueces creen que les van a dar el visto bueno a su lado?.
Me enorgullezco de ella, la tengo como amiga en este santo templo, que mide las cualidades de las gentes, no su apariencia.
Preguntad si no a los que están a su lado, nadie, ninguno de ellos, os dirán de sus defectos, todos conocen los argumentos con los que va por la vida, esposo, hijos, nietos… todos están de acuerdo.
A nadie deja indiferente, la bondad, la amabilidad, que es al fin y al cabo su nombre, es como un estandarte, una bandera distintiva que por donde pasa triunfa. De lejos se ven sus colores, los tambores que tocan los suyos advierten, que con ella llega la paz, la concordia y el buen hacer que van ligados a su nombre, Emilia. “Aimilios”, amable, la gran trabajadora. “Aemilius” en latín,  -la que se esfuerza en su trabajo, la que hace de lo viejo cosas nuevas, la que se enfrenta sin miedo a los grandes retos.-
Germá meu, puedes estar contento de tener este baluarte, de tener esa plaza fuerte que siempre te ha defendido ante todos y todo.
Si de mí dependiera, estaría desenterrando más cualidades de ella, tú compañera, pero esa es la porción que a ti te toca. En mi caso solo puedo decir de ella, que sus cualidades son grandes como su risa.
No me corresponde a mí, este antiguo amigo, ensalzarla más. Solo invitaros a que la conozcáis, si después de lo dicho pensáis que os engaño, o que he exagerado la nota respecto a ella, pedirme responsabilidades a mí, que la conozco de veras.


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