SIMPLEMENTE PILAR.

    

                                SENCILLAMENTE PILAR.

¡Cuánta humanidad la tuya…!  Eres como tú mismo nombre indica,  “soporte del edificio”, para otros serías como la piedra angular de una casa, que se guía por esa esquina, que sabiamente dispuesta en su lugar, permite que se edifique encima.

Amante de la armonía y de las formas, en este caso, de las formas humanas, del buen hacer y mejor servir, tú nombre lo exige así, emotiva, amable y condescendiente, aunque otros vean en esas cualidades, un simple gesto forzado.

Tú eres así, no cabe la menor duda, la minuciosidad de tus actos puede que sean mal interpretados, sin embargo, y en eso te encomio, a que no cambies nunca. Forma parte de tú identidad, de tú vestido, de tú clase. Aportas ideas a las vidas de los demás, sí, aunque te veas frustrada a veces porque echas la vista atrás, y te faltan los soportes que para ti lo han sido todo en la vida.

No es así del todo, amiga mía, la vida a menudo se improvisa, se vislumbran caminos desconocidos que hay que recorrer, si no fuera así, el tedio y las rutinas nos harían esclavos de nosotros mismos, y tú Pilar no eres así.

Somos puros experimentos del mundo en el que vivimos, debemos acostumbrarnos pues a estar dispuestos a ello, puede que no lo queramos así, que nos neguemos a ello, pero por mucho que nos resistamos estamos en este ojo de huracán que furioso nos envuelve y nos traslada a lugares nuevos.

Tienes a tú favor varios elementos, de hecho son cualidades que probablemente todavía no has explotado, que son como un tesoro escondido que hay que desenterrar, la eficiencia de tu sabiduría, la originalidad de pensamiento, y lo práctica que eres para llevar a cabo cualquier meta que te propongas.

Eres simplemente Pilar, nada más ni nada menos.

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