SABES SER LIBRE, AUTÉNTICA.
Saber hablar de política, opinar sobre deportes, tener charlas sobre personas del sexo opuesto o del propio, eso, muchos de nosotros lo sabemos hacer. Es fácil, hasta excitante diría yo, pero saber hacer todo eso y más en completa libertad… eso, es más difícil.
Conozco a una mujer así, Elisabet es su nombre, y como su nombre indica, es una persona de fuerte personalidad con tendencias a ayudar a los demás. Es altruista, no está preocupada excesivamente por el dinero, frágil emocionalmente, hipersensible.
Es fácil adivinar, que cuando la conocí me cautivó; siempre callada, una mujer que transmitía fortaleza, pero que por falta de confianza con ella no podía llegar a conocerla bien, aunque estaba entusiasmado con la idea. De pronto, un día, la saludé, salió a la terraza de su casa, fueron diez o doce palabras las que intercambié con ella. Su hermano me la presentó, a partir de entonces, se fue haciendo en mi mente una figura más concreta de ella.
Desde entonces, ¡se la quiere tanto en casa…!, mi mujer me dice a menudo, que le pese a quién le pese es definitivamente alguien con quién vale la pena tratar. Le cuesta aceptar la postura de ciertas personas que parece que quieran destruir esa amistad, cuando es el caso de que sin ella, o personas como ella, el mundo sería un lodazal.
Eli, es una amiga fiel, alguien con quien compartir sentimientos que a menudo no compartirías con nadie más.
Es pausada y altruista, aunque, cuando alguien quiere pisotear sus libertades, se revela como una auténtica guerrera. Eso es saber der libre, ausente de parcialidades entre quienes saben apreciarla como es, sin más.
Ella es así, esforzada y trabajadora, sin importarle cuánto va a sacar de ese esfuerzo. El porqué es fácil, le gustan los valores humanos y lucha por defenderlos. Vive en remansos de paz, se adhiere a los que la participan de las cosas buenas, y si es el caso que alguien le reclama trabajo en cualquier proyecto, allá que va con todo el ímpetu que sus fuerzas le permiten.
Quiero tener su amistad, de hecho sé que la tengo, pero quiero conservarla, si no me apegara a personas como ella, mi propia vida sería un fracaso, sería como negar que después de la primavera llega el verano. Tengo muchos años, quizás demasiados para hablar en estos términos de una persona de veintitantos, pero si no lo hiciera… negaría que soy sensible, que soy humano, algo que entre otros, ella me ha ayudado a apreciar con mayor sensatez.
¡Eli!, sigue siendo como eres, y a ser posible, refina más estas cualidades, te hacen única, deseable, te respeto y te quiero, porque ser libre pero sabiendo porqué lo eres no está al alcance de cualquier persona.
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