lunes, 11 de junio de 2012

TE REGALO CUANTO TENGO Y LO QUE SOY.

                
                TE REGALO TODO CUANTO TENGO Y TODO LO QUE SOY.


¡Qué interesante oferta!, pero ¿qué tienes, y que eres?.
Nos excedemos cuando utilizamos este adjetivo o sustantivo, dependiendo de donde lo encajamos en la conversación como algo que comprende a todo el grupo de personas o cosas que queremos implicar. No podemos si no más, que saber seleccionar en que y de qué manera utilizamos este vocablo.
Todo cuanto tengo, puede tener pues limitaciones que la otra persona no conozca, todo lo que somos, también puede esconder determinadas cualidades o defectos, que son desconocidas para el que hace el ofrecimiento.
Yo se lo doy todo a mí mujer, pero ¿qué es ese todo, que comprende?. Si somos sinceros, ni nosotros mismos sabemos que es lo que estamos diciendo, porque sencillamente, desconocemos los límites de lo que tenemos.
“Daría la vida por ella (el). Todo cuanto tengo se lo regalo en muestra de mi cariño.” Muy bonito, muy romántico, hasta se puede decir, ¡qué sincero!, pero en este caso, le invitamos a que coja de nosotros todo lo que quiera, sin pensar siquiera en las consecuencias.
Puede que nuestro cariño quede en un segundo plano, y ahora solo piense en lo que se le ofrece materialmente. Se hace evidente pues, que hay que ser comedido a la hora de ofrecer ese todo, pueden interpretarlo como el uso y abuso de nuestro ofrecimiento.
Mario.- Todo lo que tengo te lo regalo, eres lo mejor de mi vida, has llegado a ella como llovida del cielo. A estas alturas de la vida, era impensable para mí, que encontrara una persona como tú, te ofrezco de todo corazón mi vida entera.
Palabras mayores estas, hechas con buena intención sin duda, pero es que cuando regalas a alguien todo lo que tienes, al mismo tiempo te pones en sus manos, tú vida entonces puede ser una bendición o un infierno. Si llega ese momento, te encuentras ante la obligación –posiblemente- de tener que dar prioridad al antónimo del todo, “nada”.
Puede que esto llegue de forma automática, sin darse uno cuenta que ahora, está negándole todo a esta persona, hasta el más profundo de sus sentimientos, llegando entonces a ser considerado un tirano, alguien que habiéndose comprometido a hacerlo todo por la otra persona y dárselo todo, se encuentra privado de esta ventaja y pasar a no tener nada.
Darlo todo por alguien es importantísimo, aunque nunca es necesario que lo sepa. Negarle todo es cruel, una manifestación del egoísmo innato que todos llevamos dentro, ¿cuál es pues el punto intermedio, ese que hace que nuestra bien amada (o), se sienta junto a nosotros  alguien necesario, importante en nuestras vidas?. Creo que la ausencia de palabras, y la demostración mediante hechos, nos comprometen del mismo modo.
No se debe juzgar, a aquellos que manifiestan que están dispuestos a darlo todo por la otra persona, eso no sería correcto. Sin embargo, sin hablar, haciendo, es el mejor camino para que se nos pueda calibrar como personas de la más alta moral.


                                                   -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario