miércoles, 31 de diciembre de 2014

DEPENDE DE LA DISPOSICIÓN


                                    DEPENDE DE LA DISPOSICIÓN



No sé yo si es más fácil o difícil estar en un lugar u otro, residiendo me refiero. Creo que según mi propia experiencia, cada cual se adapta en la medida que lo desea, el propio espíritu de las personas, de las circunstancias que lo llevan a irse lejos, a la necesidad de cambiar de mentalidad respecto al entorno que le rodea.
Hay quién falla en este intento vez tras vez, otros en cambio, aciertan. Los primeros son incapaces de deshacerse de recuerdos, de vivencias que los han unido a alguien o a algo, los segundos encuentran alivio en esa decisión, no es que no tengan apego a lo que dejan detrás de ellos, es sencillamente una cuestión de plantearse determinados conceptos, que le ayudan a ver, que ahí, donde está residiendo ya no le hace falta a nadie.

Es bastante más difícil, según mi parecer, escoger el lugar donde va vivir de nuevo probablemente con nuevos vecinos, en un lugar nuevo, en un territorio que desconoce, con clima y costumbres diferentes. Le han hablado de este nuevo lugar, de esta región, de cómo son sus gentes, incluso conoce a personas, amigos y conocidos que son de allí, reflexiona, piensa y decide.
Me voy allí, debo comenzar una nueva vida, y lo voy a hacer allí, está decidido, a quién no le guste que no mire, mi vida es mía y debo de vivirla como a mí me place, sin condicionantes de nadie, sin interferencias.

Lo que cuenta para esa persona es la disposición de hacerlo, es el último paso, el definitivo para coger el portante, cerrar la puerta de determinadas sensibilidades, de determinados sentimientos que le han traicionado, nadie lo ha hecho, solo él se ha procurado el tener que hacer este cambio radical, al fin de cuentas la estupidez se paga cara, y ha sido durante bastante tiempo, un estúpido dependiente de lo que los demás han decidido por él.

¿Estás seguro de lo que vas a hacer…? mira que te vas a un lugar desconocido…
Ya lo sabe, no hace falta que nadie le diga más cosas, que le den más consejos ni siquiera sugerencias, los que le dicen eso, son frecuentemente personas que aunque lo aprecian y hasta lo quieren, jamás se han movido por otras tierras que no son más que estas en las que viven ahora, grandes ciudades, pequeños pueblos donde el ambiente turístico es el modo de vida que tienen, incluso en alguna que otra ocasión, ha hablado con alguno de ellos que le han manifestado que tiene suerte, que ellos también lo harían pero les faltan reaños para dar el paso que su amigo va a llevar a cabo plantándole cara al viento.

Sí, deja atrás muchas cosas pendientes, despedidas de amigos a los que solo va a poder saludar por el móvil o por videoconferencia, pero que se le va a hacer… su tiempo se agota, sus ansias crecen después de haber tomado la decisión, su disposición crece con el paso de los días que quedan, no puede demorarse más.
Su futuro depende de algún modo de la decisión que ha tomado, hay que tirar para adelante, no hay tiempo para una marcha atrás, el tiempo no se detiene, sí te detienes ahora no habrá retorno. La oportunidad está ahí, si tienes disposición hazlo. No es cuestión de las típicas peleas entre el ángel y el demonio que uno de ellos te dice, peca, mientras que el otro te dice lo contrario.

La disposición está alimentada por la necesidad en ocasiones, en otras por la propia cualidad o defecto según se mire, otras puede ser debido al puro placer de ir variando el escenario, nada puede imitar a la propia naturaleza, la playa nada tiene que ver con el bosque o la montaña. Así que la disposición puede estar motivada por determinadas circunstancias o variantes.
Aplaudo la mía, que vayan a paseo aquellos que piensen que estoy loco, que soy un aventurero incorregible, que soy un culo de mal asiento. Vale ya, he tomado una decisión y a quién no le guste que no mire, yo no miro a nadie que dejo atrás, o a algo que me cause dolor, lo he tenido que dejar antes de embarcar.

Cuando estás cociendo la idea, te asaltan dudas, muchas dudas, unas quieren desanimarte poniendo como pretexto, que donde vas hace mucha calor, que la humedad es alta y te joderá los huesos en dos telediarios. En cambio tú sigues con tu propia película. Otro me dice, que en todas partes hay ventajas e inconvenientes, y lo que pierdes por un lado lo ganas por otro.
Es entonces cuando pasas por los peores momentos, antes de dejar a tu gente, a la familia, a tu mujer puede que tengas que dejar, que ya es dejar…, de buen rollo, está uno en contacto diario con ella, eso es guay. Con los amigos pasa lo mismo, les dices adiós con anticipación pero sabes que los pierdes, es inevitable.

Esa es realmente la razón para cuando marchas ya no los quieras tener presentes, es sencillamente imposible. ¿Me voy a poner a llorar…? pues no, la verdad, ya has decidido, has tomado una decisión y estás dispuesto a pagar las consecuencias de ésta.
Sí que es verdad que los consejos puedan estar bien dirigidos, con buena intención, pero claro, es que ellos no la toman, la tomas tú, ¡que puñetas! Si con los consejos pudieras tener una vista panorámica a tiempo real, pudieras hacer un viaje virtual al lugar donde piensas ir, pues vale. Pero como no es así… pues te jodes y te vas a verlo con ojos propios, ¿Qué te gusta?, no vuelvas la vista atrás, has dejado bien atado todo lo pasado, el futuro es un mero chasquido de dedos, pues eso, haz unos palillos con los dedos u adelante que el mundo es tuyo.



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martes, 30 de diciembre de 2014

LA CARGA


                                                    LA CARGA




Duro peso este, se clava en las espaldas como si fuera acero afilado, es una carga incómoda y difícil, que incomoda dejando sus marcas en la carne, carne que en un día era todavía fresca y frágil, demasiado quizás para coger y levantarla del suelo, con la certeza de que podría llevarla de forma segura.

¡Con las dudas que tenía…! mejor habría sido dejarla y asegurarme de que pasado determinado tiempo podría volver a buscarla, con las espaldas más recias, mejor formadas, más dispuestas. Pero no, tenía que ser entonces, ni un minuto antes ni uno después, era entonces en ese instante o nunca.

Nunca se me ha dado bien la precipitación, ni a mí ni a nadie eso es cierto, y mira que me decían… déjalo para otro momento, que las cosas así no van a buen puerto.
Y vaya si era cierto… en ese afán me empeñé, en ese esfuerzo dejé buena parte de mi vida, solo para darme cuenta después, que esas cicatrices no cerrarían del todo el resto de mi vida.

No me lamento de lo que pudo ser y no fue, de todos es bien conocido que erramos muchísimas veces en la vida, tampoco sirven de nada los arrepentimientos, ¿para qué si no te libran de las cicatrices y las heridas que ya llevas encima? Más bien pienso, en lo que pudiera haber hecho para ser mejor persona, para dejar constancia ante todos, que soy humano, pero con un buen nombre sea este el que sea.

Es extraño aunque parezca mentira, que la disposición de alguien se guie solo por el aspecto de las personas, eso es lo que nos trae a mal traer, nos guiamos por apariencias, es como si camináramos por un lugar tortuoso y difícil, cuando mirando a nuestro lado, viéramos una buena pista, por la que se camina mejor llegando al mismo lugar, llevándonos al mismo destino.

¿Es la mente o el corazón el que nos conduce? La mente te dice que no te esfuerces todavía, pero el corazón te dice que sí puedes, que tienes fuerzas sobradas, que estás bastante entrenado, que por lo menos lo intentes.
Levantas la carga de un golpe frio, y te pones a caminar, al principio la alegría de saber que has podido establece una pauta, pauta que sigues con atención y con fuerza, pero la cuesta arriba te desanima, te hace dudar, te desalienta y caes por primera vez, no es la definitiva te vuelves a levantar.

Me dejo llevar por el corazón la mayoría de las veces, más que por la mente, será porque estoy como cuando era pequeño, lleno de inseguridades, de miedos y hasta a veces pánicos inexistentes. Algunos de mis allegados me preguntan que por qué no cambio de táctica, ensayar un modo nuevo de actuar, de hacer las cosas para no desperdiciar esfuerzos para que cuando decida levantar cualquier carga tenga cierto nivel de seguridad. No sé qué contestar la verdad, estoy acostumbrado a hacerlo de la manera que siempre me eduqué, o me educaron da lo mismo, hasta el punto que, ahora ya no me preocupa el cómo ni el qué tengo que levantar, para llevar sobre mis costillas.

Así te va chaval me dicen algunos, acepto su percepción de la realidad que ellos ven en mi manera de actuar, pero no la puedo compartir, no es cosa mía el desaprobar o no su manera de apreciar mi actuación en este teatro que es la vida. No examino a nadie, no los juzgo, tampoco los desprecio y muy al contrario, los aprecio, son una lección para ilimitadas formas de ver la vida y como cargar con las responsabilidades, cargas que cada uno adquiere por modus propio.

He, cuidado con esto último que acabas de decir, me apunta uno, es verdad, algunas veces las circunstancias cambiantes de la vida no las elegimos nosotros, llegan del exterior, como si fueran lanzas que apuntan a nuestro corazón, que pasan por encima de muros, desde donde no somos capaces de ver quién es el enemigo que la lanzó al azar. Supuestamente su propósito es herir a quién se tropiece con ella, sin embargo, la lanza no tiene vida propia, es un arma arrojadiza que escapa a nuestro control, en primer lugar del que la lanza, en segundo lugar, en la diana a la que va a dar por puro azar.

El hecho de vivir aquí, en el mundo ahora mismo, nos convierte en posibles víctimas de cualquier gracia o al contrario, desgracia. Esa realidad, es de por sí, una carga que hay que saber llevar con la mejor actitud posible, todo puede llevar a ser una carga que acabe con nuestras expectativas de un futuro más o menos feliz. Ahora lo sé, ahora que soy demasiado mayor para rectificar determinadas cosas, o quizás no importe rectificar, no somos más que peones en ese gran tablero de ajedrez donde lo importante es comerse a la reina para dar paso a los triunfos que nos lleven a arrinconar al rey. Nadie puede elegir que pieza ser en este juego, torre, caballo, alfil, peón, la fuerza de choque que normalmente se sacrifica para los que están detrás esperando atacar.

Puedo decir sin ambages, que soy uno de estos valerosos peones que de salida da la partida fue muerto por el contrincante, sin embargo me he propuesto seguir adelante, estoy fuera del tablero, esperando con los otros fracasados a que llegue el final de esta partida, para comenzar otra nueva, a ver si hay un poco más de suerte.

La carga, el peso, la responsabilidad, el encargo que cada cual coloca sobre sí debe de ser bien ponderado, antes de que nos hagamos daño, antes de sufrir un mal largo y que además huele a fracaso. El que quiera cargar un peso, que antes se mira ante un buen espejo, se mire y se guarde de valorarse demasiado.




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sábado, 27 de diciembre de 2014

AMAR AMANDO


                                               AMAR AMANDO



Mucho puede decir alguien que ama, si no hay de por medio amor. El amor es causa y motivo para seguir viviendo, ancla del alma que en otro se aloja, suspiro nuevo que no ahorra esfuerzos, prescindir de formas que otros adoptan para aparentar maneras de amar.

El amor, lejos de ser ciego, no ahorra ni escatima esfuerzos, en fortalecer brotes verdes, no es preciso decir muchos te quiero, solo mirar a sus ojos y verlos cada día nuevos, como nuevo es cada sol, como nueva es la pasión que todos llevamos dentro.

Para amar hay que seguir amando, y eso puede que enloquezca alguno de los que reciben este amor presto y dispuesto siempre. Amando, como regar esa querida flor que se debe mimar con esforzado talento. Decir te amo es decir nada, amar es hacerlo con sentimiento, sin esfuerzo ni sacrificio.

No amada mía no quiero hacerlo porqué sí, quiero querer, quiero amar con la prudencia del viento, ese viento que sopla tibio en invierno, y fresco en esas noches en las que acalorados nos vemos, tendidos en nuestro lecho.

Amar amando quisiera morir, no dejando de sentir que todavía amo a alguien a quién dejé de querer apartándola de mi lado. Placeres hay muchos que pudieran ilustrar lo que con pocas palabras no puedo, pero mi mente se derrumba cuando pienso en ti.

En lugar de jilguero, cuervo me he vuelto, y así no se puede amar, nadie acepta de compañero a un grajo. Puede que algún día salga de mi garganta un sonido nuevo, una voz juvenil y pura, una voz enamorada que sepa amar amando de veras.

Feliz he sido a tu lado, feliz quisiera seguir siendo, pero sin amor no, si no hay amor no hay nada, esa vida la detesto. Sufro la ausencia del amor verdadero, bien está reconocer, que no lo tengo porque lo dejé escapar, porque no supe que amar hay que hacerlo amando, y no esperar que te amen a ti.

Las palabras se las lleva el viento, del mismo modo que las vuelve a traer de nuevo, el viento es caprichoso como el amor que a veces te prueba, que te envuelve en sedas hermosas para confundirte, para hacerte despertar de nuevo, para decirte ¿Qué tal fue este breve viaje tuyo, a donde te llevó este sendero?

Amando se aprende lo bueno, amando se aprecian los colores de la vida, el sacrificio constante que requieren los momentos de gloria de un solo beso, sí, uno solo, pero intenso. Ese que te amordaza, cual si fueras el esclavo de esa boca ferviente y dispuesta, llevada por más sentimientos, que la pura pasión del momento.

Nacer, vivir y morir amando es el deber todo del hombre, para eso se nos hizo, para amar amando.




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viernes, 26 de diciembre de 2014

APOLONIO


                                                        APOLONIO



Si te llamas Apolonio, mides metro sesenta y llevas boina todo el año, ya estás fichado aunque no lleves encima documentación alguna. Si además tu padre se llama Romualdo y nació en El Tinto, una aldea de diez personas en la sierra de Las Alpujarras, no te hace falta que te identifiques a nadie ni que te dirijas a ninguna parte, quédate en el pueblo de tus padres y muérete allí de viejo, que sobran personas así por el mundo.

Pues mira tú, a pesar de esta recomendación, Apolonio se fue del pueblo contra la voluntad de los padres aunque tiene treinta y seis años,  No te vayas hijo mío… si es aquí en el pueblo y se ríen de ti… ¿no te das cuenta?  No les ha contestado, él quiere marchar del pueblo, casarse y tener familia, trabajar como todo el mundo y tener como todos tienen, una oportunidad en la vida.

Tiene en contra suyo el nombre, Apolonio no es cualquier nombre, es un nombre de esos que a muchos tira de espaldas, de risa digo. Pero es que sus padres le han puesto y con él va para adelante, sin importarle nada, demasiados años lo lleva encima para renunciar a él. ¿A dónde voy…? va, voy a sacar un billete a Valencia, y para allá que se va con la maleta de madera atada con una correa del pantalón de su padre que ya no le viene bien, ha engordado bastante desde que dejó de ser pastor de ovejas, ya se sabe que en estos oficios, o aguantas toda la vida, o te la jodes  corriendo detrás de las descarriadas.

También Apolonio corría detrás de las cabras que estas son peores, más tozudas y más listas, porque se suben donde no las alcanzas, entonces tienes que saber tirar con la honda piedras, darles un toque detrás del culo para alertarlas, que la próxima irá a la cabeza como se pongan chulas. Como con todas las cosas, los comienzos son difíciles y no anda sobrado de cuartos, de forma que los primeros días los pasa sentado en un banco, menos mal que es verano, y hasta en alguna ocasión, se arremanga el pantalón de pana y se moja los pies en la playa. Por la mañana en los chiringuitos, va pidiendo trabajo playa abajo, playa arriba, le preguntan cómo se llama,  cuando contesta que Apolonio se dan la vuelta, se ríen, y no le contestan.

Ha caminado hasta la playa de La Malvarosa, allí la cosa cambia, los restaurantes son de más copete, allí la gente va más arreglada, sale un hombre de un local con una paella enorme, sobre un soporte de mimbre, la deja en una mesa lateral al lado de unos señores y se pone a servirles. Cuando termina y va darse la vuelta toda prisa se encuentra con Apolonio, casi lo derriba de la marcha que lleva el gigantón sudoroso.  Hola señor busco trabajo…  En mala hora has llegado hijo, teniendo la misma edad le llama hijo ¿por qué será? Mi nombre es Apolonio, lo dice para descartar a la gente que se ríe de su nombre,  ¡Coño, como mi padre, ven conmigo chico! Papá mira otro Apolonio como tú, ¿Qué te parece? Pues mira que ese nombre es bien raro, a lo mejor somos familia, ¿de dónde vienes? De un pueblo muy pequeño que se llama El Tinto, no sé si lo conoce, está en mitad de Las Alpujarras.

Ya ves, de la charreta a empleado, para que veas como andan las cosas por el mundo. ¿Qué sabes hacer Apolonio? Un poco de todo, quiero decir que en el pueblo, además de ordeñar vacas y pastorear cabras, reparaba tejados, y también serví durante tres años en la casa de un marqués, arreglaba cosas, regaba las plantas, la señora se servía de mí para sus vicios, esas cosas…  ¿Cómo cómo…? Si señor Apolonio ya sabe, cuando va bien armado, pues las mujeres enloquecen un poco y esa señora tenía mucho vicio, el marido ausente toda la semana y servidor a tiro de ella las horas que le convenía… no se lo diga a nadie por favor, pero aunque soy pequeño la tengo muy grande y se conoce que eso, a según qué mujeres les gusta.

Apolonio se echó a reír, y Apolonio le acompañó en la risa, los dos Apolonios se reían como posesos y nadie entendía el porqué de aquella escena casi dantesca. El dueño del restaurante de casi dos metros riendo a mandíbula batiente con un hombre menudo de metro sesenta y veinticinco de pata postiza.

¿Qué si se quedó a trabajar allí?, vaya que sí, y muy bien que lo hacía, servir la comida, fregar platos, limpiar el comedor y la terraza exterior… luego, cuando terminaba la jornada, trabajaba en otras cosas en las que se hizo muy popular al cabo de pocos días. Llamó a sus padres un día, les contó lo del trabajo, que servía en un restaurante de primera en la playa de Valencia, su padre le preguntó cómo se llamaba el restaurante. Se llama casa Apolonio padre… ¿En tan poco tiempo has hecho fortuna, que suerte hijo, ahora voy a contarles a los vecinos del pueblo, adiós hijo.  Que no papá… ya no había tiempo, en El Tinto todo el mundo por decir algo, se enteró de que Apolonio tenía un restaurante en la playa de Valencia.



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ROBINSON CRUSOE


                                               ROBINSON CRUSOE




Mira que las pasó putas el pobre… primero naufragó y casi se queda ahogado dentro del barco, después sin casi saber cómo llega a una isla remota que no sabía muy bien si estaba habitada o no, después busca comida y agua potable para sobrevivir, comiendo cocos a diestro y siniestro y casi sin poder ni cagar de la paja que se hizo dentro del estómago. No me digas que no hay para maldecir el día de tu nacimiento, la novia esperando en el continente.   ¿A que no se presenta a la boda este cabronazo, a que se ha cagado en los pantalones?

De eso nada guapa, ¡eso hubiese querido él, tener diarrea! Con tanto bicho salvaje que había allí en la isla, tuvo que hacerse una casa en lo alto de un árbol, para eso tuvo que escoger uno bueno, que no estuviera podrido y pudiera defender su casa de ataques inesperados.
He, que no es cualquier cosa eso ¿vale?, que hay que tener perspicacia y saber lo que se hace, no sirve cualquiera para poner en práctica todas estas ideas en orden, por algo esta novela de Daniel Defoe, está en parte rememorando acontecimientos reales sucedidos a un marinero ingles Silkrit, que parece estuvo en circunstancias parecidas en una isla desierta viviendo durante determinado tiempo.

Y la de otros muchos, que como el pobre Crusoe las pasan mal entre cartones cada día de su jodida vida, sin poner fin a su tragedia, cada minuto de cada día. Me hace gracias cuando veo a gente por la calle decir en voz baja, desgraciados… podrían irse a otra parte ¿no se dan cuenta que molestan en mitad de la calle? Pues llévatelos a tu casa pedazo de mamón, dale de comer y aféitalo, córtale el pelo y dale de comer, ¡aunque solo sea un día!, verás cómo te lo agradecerá. ¡Que hubiera tenido una oportunidad así Robinson Crusoe…! pero no, él, cómo otros muchos de los que andan por la calle, fue a encontrarse con un negro perseguido, más pesado que el jueves, y lo acogió.

Primero tuvo que conocerlo y ambos se pusieron a prueba, pero luego como hermanos, inseparables, hasta les hicieron la guerra juntos a los caníbales aquellos que hacían sacrificios humanos en el interior de la selva. Hoy eso no pasa, los negros no se atreven a dormir entre cartones con los blancos, a menudo son el blanco de la ira de otros blancos que los queman vivos o los forran a palos. ¿Y nosotros qué?, pues estamos deseando que se vuelvan a su tierra, en lugar de quedarse colgados de los espinos que les pone la policía para que no pasen. Eso es lo mismo que si alguien ve pasar con un barco a Robinson Crusoe y al negrito pesado, y cuando se acercan a la costa dicen ¡he media vuelta de timón que es un negro, sin mirar que va  acompañado de un blanco barbudo y con el pelo echo un asco.




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PIRINEOS


                                                    PIRINEOS



Una hermosa cordillera, donde desde hace relativamente poco tiempo, me he enterado que vive una familia, mi primera familia, la primera mujer con la que me casé, y dos de mis hijos. Mi hija mediana reside en tierras andaluzas, es hermosa y siempre se ha caracterizado por su franqueza, sea ésta justificada o no.
Mis otros dos hijos, la mayor y el pequeño, viven cerca de su madre, supongo que después de mi partida de casa, escogieron quedarse con ella por motivos desconocidos todavía para mí.

El caso es, que ahora nos separa una frontera natural, las grandes montañas que en su momento, por lo menos en parte, recorrimos en tiempo de vacaciones, unas veces los atravesamos juntos, otras, nos quedábamos a las puertas de los hermosos picos que salpican su recorrido. Juntos los observamos desde la parte oriental y desde la parte occidental, unas veces desde Francia, otras desde España nos recreamos con sus singulares vistas, y pasmosos paisajes que ofrecen siempre estáticos a todo aquel que sabe apreciar la naturaleza.

Ahora, mediante ciertas circunstancias, estamos en contacto de nuevo. Me alegra poder decir, que los problemas y los posibles odios que pudieron generar nuestra separación, han quedado relegados al pasado, de otro modo, hubiera sido difícil que volviéramos a mantener contacto, telefónico claro está, a veces con muy mala señal, los Pirineos lo impiden.

Casi a diario, mantenemos pequeñas conversaciones que nos llevan poco a poco, a recordar andanzas de nuestra vida en común, veintisiete años no son pocos para todo lo vivido, ni demasiados para olvidar algunos pasajes de nuestra historia, que fue amable con nuestras vidas. Es fácil para los que no han vivido estas circunstancias, recordar lo malo de acontecimientos que trajeron consigo consecuencias de aquella separación, de un divorcio que se hubiera podido evitar de un modo u otro. ¿Falta de madurez, de comprensión quizás…? puede haber sido parte de ambas cosas a la vez, en mi corazón no cabe el rencor, mi mente no asimila pérdida de mis hijos, que tanto gozo me dieron y que tanto recibieron de sus padres.

Ahora veo los Pirineos con diferente ojo, con ojo malvado, como un muro natural que nos separa y que en consecuencia, me mantiene en vilo. Unos quisieran que algunos montes pasaran de los ocho mil para poder escalarlos más altos, coleccionarlos en su afán de conquistar montañas. En cambio a mí me gustaría que los Pirineos se aplanaran, se fueran desvaneciendo, aunque se convirtieran en dunas desérticas, en páramos desolados con tal de tenerlos más cerca. No volvería segundas partes, eso no, no se me ocurriría, sé demasiado de mí, y ellos también, de lo mucho que me aleja de ellos.

Pero al que fuera tu primer amor, a tus hijos no les puede olvidar, si sus caras, se han desvanecido con el tiempo, los años pulen las rocas, el viento, la lluvia… en el caso de rostros que no contemplas, a menudo aunque sea el de tus hijos, se te olvidan pero no su existencia, el hecho de que están vivos alegra el corazón de cualquier padre que pueda asimilar el significado de serlo, puede que sea tarde, cierto, que le haya correspondido a ella el llevar consigo ese pesado peso durante años y años, y sin embargo en la lejanía de nuestro ser, siempre los he llevado conmigo. He pensado mucho en todo este asunto, deduzco por ello que son felices a su manera, que ahora sería un estorbo en ese camino que llevan, que la convivencia traería exigencias de ambas partes, tantas que nos separaría de nuevo.

Como lo hacen ahora los Pirineos, esas benditas montañas, regalo del cielo, son lo que me salvan de salir corriendo hacia ve tú a saber dónde, quizás saldría corriendo hacia ellos, aun a sabiendas de que al llegar allí, no me abrirían la puerta de sus compasiones.




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LA ANTESALA


                                                 LA ANTESALA



El lugar donde se repasa a las personas que van a formar parte de esa celebración tan esperada y llena de júbilo, el país por fin va a entrar en una nueva era. Las armas quedan fuera, hasta entonces, americanos, alemanes, rusos, franceses, belgas, canadienses y un largo etcétera de otras naciones se han visto las caras en las trincheras, hombro a hombro, marchan todos juntos y en paz camino de la paz.

No es una paz auténtica, es solo táctica, artificial, de postura de foto para el resto del mundo, todos los implicados en la guerra, las gentes que han perdido maridos e hijos, hermanos y parientes, necesitan escuchar de voz de sus dirigentes, que la guerra ha terminado. Ahora queda lo peor, recuperar el tiempo perdido aunque esto es fácil de decir para los promotores de este cataclismo, de este cisma mundial que ha traído tanta desgracia y destrucción.

Los generales, mariscales de campo, oficiales todos ellos de los diferentes ejércitos, hacen recuento de víctimas, aunque lo cierto es, que jamás se sabrá la cifra exacta de muertes a los civiles muertos nadie los cuenta como víctimas de la guerra, a ellos solo los lloran sus familiares. Con el paso de los años, es posible que se encuentren fosas comunes donde se encuentren restos humanos, si a los gobiernos implicados en la guerra les conviene, reconocerán a estos como soldados invisibles de una guerra que jamás debió de suceder.

Ahora lo importante es, que todas esas naciones se junten para discutir cómo se divide este territorio conquistado por unos y otros, arrebatado a los malos, en unos casos devolver el territorio a los propietarios, en otros, hacerles concesiones a cambio de determinados favores que se espera que tengan por haberlos protegido durante la guerra. Entra en marcha la política, ahora los soldados son lo de menos, ellos ya hicieron su parte, ahora es la hora de los diplomáticos, los que deben de abrir sus tiendas con diferentes ofertas a aquellos que quieran aceptar sus condiciones. Es la antesala de la muerte o la vida de las naciones, dependiendo de la voluntad que estos tengan para llegar a acuerdos razonables.

Te doy de vuelta tu soberanía, a cambio de que nos concedas instalar unos cuantos campos de aviación permanentemente para nuestro uso en caso de que vuelva a estallar otra guerra, os garantizamos que serán usados en el nombre de la paz.
La oferta es bien recibida en el caso de algunos que están desprotegidos, que se han quedado sin ejército, sin armas con las que luchar, por no tener no tienen ni hombres entre su población, su desarrollo será fatigoso, harto difícil, recuperar el ritmo de la posguerra los tendrá en manos durante años a merced de los buitres que sacarán provecho de esta sucia guerra que alguien aprobó sin pensar demasiado en las consecuencias.

Otras naciones sin embargo aprobarán cualquier decisión o imposición que se les imponga, se han quedado sin nada, literalmente dependen de alguno de los vencedores para poder comer, para que sus hijos no mueran de hambre, para que crezcan hasta que se casen y después de tener hijos, nazca una nueva generación de hombres capaces de relanzar el país a una dinámica de normalidad. Ellos saben que eso será poco menos que imposible, pero es lo que hay, se deben aceptar las condiciones le pese a quién le pese.

En la antesala se discuten todos los asuntos, los pros y los contras, las ventajas y desventajas, cómo se van a desarrollar las condiciones de paz, y  en qué modo deben de ir pagando de acuerdo a los compromisos adquiridos con los aliados, las naciones que más tienen que perder si faltan a los acuerdos. Lo cierto es que en la antesala reina la desconfianza, es por eso que ya algunos tienen apuntando determinadas armas hacia aquellos que traicionen esos acuerdos. Ha comenzado la guerra fría, una guerra que no es fácilmente visible al ojo de la gente corriente, pero que mantiene ocupados a buena parte de militares y estrategas, que se reúnen continuamente, para hacer valer los derechos que han adquirido a lo largo de las conversaciones en la antesala, con el resto de aliados de papel.

Sonrisas de oreja a oreja cuando se reúnen entre las grandes potencias, intercambios de todo tipo, petróleo, cereales, gas natural, de todo con el fin de hacer ver, que la paz está cada vez más, y mejor establecida. Se disfrazan con las mismas caretas que cuando se hicieron la foto de familia, después de vencer contra las fuerzas opositoras a la paz. ¿A quién bendijo dios cuando la guerra estaba en su parte más encarnizada, cuando los soldados volaban por los aires a golpe de granada, a asalto de bayoneta?
Todos ellos o la mayoría pidieron a sus obispos que los bendijeran en aquella triste ocasión, y los purpurados con sus hisopos cargados de agua bendita bendecían las armas con el ejército bien formado.

¿Estaría dios indeciso de a quién bendecir en aquel momento, o se decidió por algún ejército en concreto para que ganaran la guerra? Él sabía que iban a morir millones de personas en aquella guerra… ¿Dónde había más malos, en el frente oriental o en el occidental? ¿Decidió a quién ayudar, o fueron los hombres los que se quisieron a sí mismos convencer de que era a ellos a quienes dios bendecía, llamándose a engaño?

La antesala de los malditos, eso es lo que llegó a ser para los que no tuvieron la oportunidad de estar presentes en aquella comida de falsa hermandad. Eso es exactamente lo que sucede hoy día, jefes de estado, presidentes, secretarios generales de grandes representaciones mundiales, se alían para seducir y mentir en el nombre de la paz de la humanidad. No les importan las consecuencias de lo que acuerdan sean cuales sean los resultados, forman parte voluntaria de un elenco de artistas que cambiando la tramoya del escenario, actúan para que el mundo vea, que aparentemente, su labor es altruista y beneficiosa, que sin ellos el mundo estaría perdido más allá de lo imaginable.

Y nosotros, perdidos en un océano de confusión, nos dedicamos por eso a devorarnos los unos a los otros. ¡La antesala…! la antesala de los horrores nos acompañará mientras no sepamos decir basta ya.


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jueves, 25 de diciembre de 2014

EL FIN DEL MUNDO



                                               EL FIN DEL MUNDO





Profetas, acontecimientos, fechas, científicos que contrastan sucesos en relación a todas estas cosas, mucha literatura se ha escrito referente al fin del mundo.
Para mí, el fin del mundo está sucediendo en cada momento de nuestra vida, cuando llegó el tsunami a Japón en dos mil once, cuando otro llegó a  las costas de Indonesia, cuando terribles volcanes han sumido en la muerte a miles de inocentes bajo millones de metros cúbicos de barro… para ellos llegó el fin del mundo.

¿Cómo evitar que el fin del mundo nos alcance?, de ninguna manera, la Tierra es un planeta que va a toda velocidad alrededor del sol, quién a su vez rueda alrededor de otros muchos otros astros, la humanidad entera estamos a merced de los elementos. La mayoría llama a esto tener fe, lo que se traduce en que si pasa algo, no perdamos la esperanza, la esperanza ¿en qué? O mejor dicho ¿en quién?

Los ausentes dioses que vagan como espíritus por el espacio, nos advierten sobre qué es lo que pasará, sin embargo para los que han depositado fe en ellos, necesitan respuestas, manifestaciones visibles de que velan por la humanidad, a pesar de no poder evitar esos cataclismos desgraciados que truncan la vida de la gente, y los sume en la más profunda de las dudas acerca de la existencia de los dioses. ¿Qué es el fin del mundo?, está sucediendo de manera anónima, cómo si lo viviéramos a cámara lenta, viendo sucesos que mitigan nuestras conciencias, mientras… construimos, consumimos, nos aterrorizamos que algo de lo que vemos por televisión llegue a pasarnos a nosotros.

Va, yo lo tengo asumido… la vida es así, que le vamos a hacer, no podemos evitar lo que pueda pasar en el futuro. Es verdad, nadie puede predecir u optar por alguna solución propia, ni siquiera los dioses que parecen todos ellos sordos a las demandas de paz y tranquilidad, de aquellos que están siendo castigados por hambrunas o guerras no deseadas, absurdas. Nos procreamos, criamos hijos sin propósitos concretos, la vida, pensamos en medio de tanto miedo, debe continuar. Pero el corazón aun en estas felices circunstancias sigue lleno de temores ineludibles, de miedos que nos mantienen atenazados, atados de pies y manos convirtiéndonos en simples esclavos de un futuro incierto.




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martes, 23 de diciembre de 2014

EN CUANTO A EL...


                                         EN CUANTO A ÉL…



Es un tipo pasable, con esto se puede interpretar que es normal y un tanto vulgar, muy vulgar sería la expresión. Claro que eso no significa nada de por sí, ¿a cuantas personas vemos por la calle o nos tropezamos con ellas, a las que consideramos vulgares? Ellos piensan lo mismo de nosotros y eso no debería inquietarnos, vive muchísima gente sobre el planeta, somos personas sordas y mudas ante los problemas que asolan a la humanidad.

Muchos de ellos no quieren pasar desapercibidos, se mueren de hambre o de sed, están inquietos por la guerra o por la destrucción del planeta. En cuanto a él… todos los desastres los ve de una forma relativa, todo significa algo pero en cambio nada significa nada, es el proceso de la vida solo eso. Para él, una persona sin manifestaciones externas de inquietud alguna por las cosas que suceden todo tiene un significado y eso lo ha convertido en un cínico.

No sé si lo ve de ese modo, tampoco tengo forma de preguntarle, soy yo mismo, como un grajo de una naranja llena de pequeños componentes que forman un todo unido. Ese es él, una persona que aparentemente es insensible pero que a la vez todo le resulta tremendamente interesante, cualquier cosa que sucede a su alrededor, cualquier comentario que puede resultarle interesante desde el punto de vista de su aplicación práctica, es recogido como si fuera una hoja lanzada al viento por el viento otoñal, alarga su brazo y la recoge puede serle de utilidad en el futuro más o menos inmediato.

Si preguntas a alguien sobre él, te dirá que es un hombre taciturno y hasta invisible, sale poco y charla menos, no por antipatía, todo lo contrario, se teme a sí mismo, cuando se pone a hablar con alguien trata de desgranar hasta la última palabra que le da tiempo a escuchar de aquella persona. Opiniones, eso es lo único que pueden dar aquellos que lo conocen y los que ignoran que existe, es buena persona pero no lo suficiente para muchos que sin duda exigirían que puede ser mejor, el perfeccionismo, materia de estudio ideológico de miles de pensadores y filósofos.

Él es como es, errante y difícil, fácil de tratar y complicado de interpretar, pero no es un ser extraño, tampoco es predecible, nadie lo es de manera que se apunta a esa gran pila de seres que son y existen, sin saber por qué, y para qué. Materialismo puro, pensamiento ocasional, determinación causada por determinados sucesos, traumas lo llaman algunos, otros casualidad, pero lo cierto es que todo, forma parte de un plan indeterminado.

La gente que cree en un dios todopoderoso, presente en todos los actos que los humanos llevamos a cabo, pendiente de nuestras vidas, omnisapiente, que puede ignorar aquello que quiera. Bien, la idea es que es un poco increíble, poco humanista y muy egoísta si eso es realmente así, ¿Qué es lo que hace que esté pendiente de nada sentado en su santo trono sin ningún propósito preciso? Ese es dios, el que dicen que  es amor legítimo, puro y sabio.

Él no cree en estas imprecisiones que lo único que hacen es extender el error y la confusión, alimentar las mentes de los dubitativos que se acogen a cualquier cosa con tal de hacer que nosotros débiles espíritus humanos, nos llenemos de desconcierto y de amargura, desengañándonos de todo aquello que huela a falsas esperanzas, en cuanto a él… sencillamente no es nada ni nadie, solo camina, solo camina. No satisface las curiosidades de aquellos que no quieren satisfacer las suyas, ¿egoísmo, vanidad, desilusión…? quién sabe, lo único que es absolutamente cierto, es que nadie de los humanos que existen hoy sobre la faz de la tierra. Podemos sacar conclusiones, pensar en circunstancias que adornan nuestro paso por este mundo, pero no es así, todo es fácil o difícil en función de lo deseemos hacer con nuestra mente y dirigir por tanto nuestro corazón.

Va y habla con sus allegados, trata de concluir, de deducir el por qué determinadas cosas, pasan como pasan pero nadie le da una reflexión plausible, se conoce que a nadie le interesa más que lo más inmediato, en conjunto así deberían ser las cosas en cambio no lo son. Es relativamente fácil intentar ser feliz y siempre en un buen estado de lucidez y en consecuencia de salud, pero no es más que una utopía, algo que se desvanece entre nuestros dedos, como aquel que desea retener agua en la cuenca de la mano. Nada podemos hacer que cambie las cosas, entonces… ¿por qué nos esforzamos por cambiar, por qué querer ir más allá de lo que podemos efectuar de manera normal?

Es así, humano pero sin destino aparente, sin finales apocalípticos, pensador y crítico con sus propias ideas, equivocado y feliz hasta el punto que uno pudiera desear, más allá de lo que uno mismo pudiera imaginar.




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CUANDO NO ESTÉS JUNTO A MÍ.


                                  CUANDO NO ESTÉS JUNTO A MÍ




¡Cuánto lamentaremos habernos despedido del modo que lo hicimos…! Sin un te quiero, sin un adiós, sin un beso… Sin mirar atrás, para ver con tristezas y alegrías, todo aquello que juntos logramos, sin unas sencillas palabras de gracias, sin un porqué, más que el que los dos intuimos, que era el motivo por el cual ambos nos abandonamos a un futuro sin retorno.

Cuando no estemos juntos lo lamentaremos, no es importante saber quién de los dos lo lamentará más, eso es lo de menos, pero lamentarlo ya es de por sí difícil, complicado, siembra el alma de serias dudas del porqué. De las razones si las hay para habernos dejado, de abandonarnos cada cual en una cera diferente de la misma calle. Sin tenerte a mi lado, todavía soy feliz, te llevo en mi recuerdo, estás anclada en mi alma, cual si fueras el último aliento de mi vida.

Estamos tan lejos uno del otro y a la vez tan cerca… que oigo tu respirar, tu aliento, a veces me despierta el timbre de tu voz, parece como si el corazón quisiera escapar de mi pecho y correr por si solo a tu lado de nuevo, y mira que he tratado de sembrar tormentas en nuestra vida en común, pues ni aun así he podido establecer el porqué de pronto, estamos el uno aquí, y tú al otro lado de la calle. Podríamos comprometernos más los dos, dijimos aquel día, ¿recuerdas?, y lo hicimos con el beneplácito de ambos, me embargó la ternura de vernos como dos jóvenes aprobados por sus familias, que se casaban para no separarse en la vida.

Y mira, aquí estamos caminando en paralelo, por la misma calle, por la misma vía, deseándonos lo mejor, pero desde la lejanía, olvido muchos detalles de nuestra vida en común, no porque fueran malos, el tiempo decide que recordar y que no, solo es eso. No es tiempo de recriminarse nada el uno al otro, ya no, ya no hay tiempo. Creo que es hora de adioses, de palabras telefónicas que ni siquiera a veces deseo, ¡me recuerdan muchas cosas que pasamos juntos y ahora… no estando junto a mí, de poco serviría decirnos nada, hemos quemado nuestras naves, nada debería ser lo suficientemente importante, como para hacer que el recuerdo nos envolviera de nuevo.

Cuando no estés junto a mí, recuerda, mi alama vuela con la tuya o por lo menos muy cerca de ti, formamos parte de la misma manada, cruzamos fronteras por encima de cien países para buscar el calor que desde dónde venimos nos faltaba, emigramos juntos continuamente, paramos a descansar en los mismos abrevaderos, pero aun así estamos lejos el uno del otro, no te acerques por favor, me heriría mucho saberte cerca y no poder tocarte siquiera, rozarte con la punta de mi ala viajera, sería un suplicio que me pondría a merced de cualquier depredador astuto.

Vamos alcemos el vuelo de nuevo, todo el mundo se marcha ya, no nos quedemos atrás, no estamos juntos pero sin embargo andamos el mismo camino por los cielos. No debemos olvidar que seguimos el mismo objetivo, vivir del modo que tú has elegido, no soy nadie ni nada, para entender que los vínculos los entiende cada cual a su modo, no puedo reprocharte nada, salvo el silencio que te inundó cuando las crías decidieron salir del huevo, entiendo que son tuyas y que te debes a ellas, pero no olvides eso, echo de menos una palabra lógica, una frase que me explicara el por qué sucedía todo aquello.

Nadie tiene el derecho de abandonar un nido porque sí, ni echar de él a quién ha contribuido a hacerlo, cuando no estés junto a mí, ahora todavía no es tiempo para que te des cuenta de ello, tiene que pasar más tiempo, llegar a ser un estorbo para algunos, para que veas con absoluta claridad que el darme puerta no fue lo acertado, más bien fue una injusticia.

Cuando pases tiempo lejos de mí, te darás cuenta que tenías que haber pensado con más madurez la decisión que tomaste, para eso todavía falta tiempo, quizás ver lo que sucede a tu alrededor, ver la experiencia de otros, que dicen que separándose, se han liberado de castigos extremos. Pasado el tiempo verás, que la pena te embargará, que lo que creías que iba a ser no es como tú lo planeabas, ¿adónde acudirás entonces ex amor mío?

¿A cuántas puertas habrás de llamar, para mendigar un poco de cariño?, el mío no lo has querido bien, solo puedo volar contigo, en la misma partida, al mismo lugar, pero lejos el uno del otro. Con el mayor de mis aprecios he de decirte que no puedo hacer más por ti que lo que tú hiciste por mí en su día.



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LA SEDA DE TU PIEL


                                              LA SEDA DE TU PIEL



Recuerdo con nostalgia la seda de esa piel tuya preciosa, cara y perfecta, hermosa por su color y textura, extraña por su color siempre cambiante, según la luz que la alumbra.
Siempre me asombré ante su extraño tono, ni demasiado blanca ni demasiada morena, un tono suave entre el siena y el color crudo, que se le confiere a las dulces telas de las más preciadas telas de oriente.

He buscado al artífice que dicen que la hizo, la hiló y la tintó, no lo he hallado, ha sido en vano que he caminado medio mundo, para determinar de dónde procedía esta inigualable piel tuya, ha sido una aventura desafortunada.

Una vez alguien me dijo que podía descubrirme los secretos que encerraba el secreto de tu piel, lo creí y hasta pagué un precio muy alto, solo para descubrir más tarde, que se trataba de un burdo engaño. Me lo merecí por creer a pie juntillas, algo tan improbable, y así me encuentro ahora, recurriendo a presuntos sabios, que me cuenten lo que quieran, porque mi meta es descubrir ese misterioso secreto de tu piel, mi encanto.

Recuerdo el roce de tu piel con la mía, el profundo escalofrío que me recorría todo el cuerpo cuando me acercaba a ti, y ahora… ya ves, casi desesperado ansiando volver a tocarte para no olvidar que tu piel es seda de algún país de oriente lejano. Recuerdo el perfume que ésta deja al sudar entre las sábanas, me desaliento al pensar que probablemente no podré acariciar esa dulce envoltura nunca más.

Despierta el día y con el destello del primer rayo de sol, el brillo de tu piel se enciende, como la seda que cubre el cuerpo de una diosa, el cielo se asombra, se avergüenza de verte, eres más, más que todos los tonos que pudiera reflejar en los millares de tonos, el de la tormenta al llegar a los campos baldíos, a tierras áridas, las nieves que descienden sobre las cumbres eternas. Sí, el cielo se asombra del tono de seda que tu piel deja ver entre nubes vaporosas.

Te admiro y deseo iniciar ese viaje espacial junto a ti, sentir tu respirar junto a mi oído, esos extravagantes arqueos que tu cuerpo dibuja entre las sombras y las luces que aparecen ante mí, fruto de la seda de esa piel tuya que te ilumina, cual si de un retazo de seda secada al sol y ya teñida de purpúreo color, ondeara al viento.

Perfectamente teñida, hermosamente escogida, toda tú eres seda, separada de los mejores capullos, que delicadas manos han escogido para tirar suavemente de su hilo, con atención primorosa, han de hacer una piel única, inigualable, que cause sensación a todo aquel que la admire, es así como te deben ver, vestida de sol y de luna a la vez, sin vestido alguno, solo con tu piel desnuda alcanzarán a entender cómo se hace un cuerpo único, incomparable, deliciosamente trabajado por unas manos que solo hicieron una prenda, única, la tuya.



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sábado, 20 de diciembre de 2014

LA RUEDA


                                                     LA RUEDA



No se da cuenta, es algo innata a ella, ¡ha sufrido tanto y tanto a través de los años!, los días a menudo se le hacen eternos, no se acaban nunca y los ocupa haciendo aquello que mejor hace, limpiar sin descanso. Se ocupa en pensar en el pasado y en el futuro de manera que pierde la perspectiva del presente, no vive, se gasta y no sin sentido.
Su punto de vista es, que su familia le ha hecho sufrir mucho, eso lo piensa de forma involuntaria, no está en el ánimo de ellos hacerlo, el hecho es que ella sufre por sufrir, es demasiado maternal para ver que todos necesitan su espacio en el mundo, que cada cual decide, que una persona formada, llega a ser un individuo en sí mismo, al margen de errores que pueda cometer, de aciertos que también puedan ser criticados.

Es como una rueda que rueda en el aire, sin llevar peso alguno en el carro, que rueda porque sí, el único peso es aquel que ella misma se impone a fuerza de pensar y cavilar, de enredar lo desenredado y desenredar lo que todavía se tiene que hilar. Fabrica y trabaja antes incluso de establecerse los cimientos de la fábrica, ella ya está esperando comenzar a trabajar con sus herramientas dispuestas en la otra parte de la cinta que delimita el lugar donde se va a construir el negocio, sin siquiera saber de qué se trata.

Es que yo veo las cosas con perspectiva, dice de ella misma, se empecina en pelear en guerras ajenas, le sobra voluntad y arrojo, le falta algo que desde cualquier punto de vista lógico es esencial, vivir su vida al margen de como la quieran vivir los demás, por mucho que le duela que la vivieran como ella desearía. Querría que fueran bonsáis gigantes, que se dejaran alambrar en determinadas ramas para darles la forma ideal que ella pretende que tengan aun a riesgo de no dar fruto. No se le pueden imputar malos motivos, son ellos, no son cualquiera, los parió y es consciente de sus fallos sin márgenes de error posibles. Es habitual en los padres, pensar que sus hijos pueden o no hacer determinadas cosas, pero eso no es más que una historia en la imaginación de cada uno de ellos.

Sucede que a medida que la rueda gira y gira en el aire, ella pondera las situaciones a su manera de ver los asuntos, sin saber cuál es a menudo el trasfondo de algunas situaciones, que ponen a sus vástagos en el vértice de algunos acontecimientos difíciles. ¿Falta de formación, de dedicación por parte de ella que se ha pasado toda la vida trabajando y sufriendo por ellos? Quizás lo mejor hubiera sido que no hubiera trabajado tanto, cierto, pero de otro modo ¿cómo habrían salido de las arenas movedizas que los tenían atenazados entonces?

Preguntas sin respuesta que siempre tienen los padres, que se mantienen como si fuera un secreto difícil de desvelar, ni aun ellos mismos saben a ciencia cierta porqué han sucedido determinadas cosas, el tiempo pasa deprisa y crecen sin darse uno cuenta, quisiera que volvieran a ser pequeños, pero… ¿en qué cambiaría esto las cosas?. Sustancialmente en nada, en el modo de enfocar los temas diarios, es posible, pero poco más se podría haber hecho. Cada cual, incluso la madre nace y se forma con diferencias sustanciales a las demás madres, su carácter y personalidad son huellas digitales poco estandarizadas, marcadas cada cual por la época y la formación a menudo.

La rueda comienza a perder radios, se descompone porque se encuentra poco útil, de modo que desaparece del centro de la rueda el buje que sirve para que tenga utilidad, solo un duro aro de acero sujeta la circunferencia que le da forma a la rueda, pero en si misma ya no es demasiada práctica, ¿qué se puede hacer con un aro que solo puede rodar camino abajo, o ser usado como juguete por los niños? Es penoso ver que una rueda que ha podido ser tan sumamente útil, solo se ha mantenido como un mero recambio desde que se ideó, hasta que murió sin ser valorada por casi nadie.

¡Cuántos problemas hubiera podido solucionar si se la hubiera usado con más asiduidad…! Se la habría considerado quizás como la definitiva rueda, la legítima, la auténtica, la perfecta rueda para que bien construida tirara del carro de manera perfecta.



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RECIÉN LLEGADO


                                          RECIÉN LLEGADO


Nadie sabe con certeza de donde viene, solo saben los que lo conocen que llega de tierras mediterráneas, de ambientes playeros y calurosos, tampoco saben los que lo conocen, el por qué se ha marchado tan lejos de todo y de todos, lo intuyen pero no pueden asegurar que haya habido nada preconcebido en su actuación, ha sido algo improvisado.

Lo que para cualquier miembro de su familia establecida en determinado lugar, se les hace poco menos que inimaginable que decida casi de la noche a la mañana irse sin más. Tiene sus razones, pero para muchos son pobres, argumentan que tiene la vida resuelta y que con el paso del tiempo hubiera podido meditar mejor y con más cautela, el lugar exacto donde a los demás les hubiera parecido lógico que fuera a parar.

¡Que diferentes se ven las cosas cuando no se comprenden las intenciones de los que tenemos al lado nuestro, aquellos con los que convivimos, se nos hace difícil ver los motivos que llevan a que sin afán ninguno, este recién emigrado sea un recién llegado al lugar donde ha decidido vivir de forma indefinida!.

De cualquier modo, se comprende, que al no llevar lastre alguno en su ligero equipaje, su viaje tiene poco de importante, diferente sería si el caso fuera que tras de sí tuviera que arrastrar hijos o esposa, familia que se interpusiera en su decisión. No es su caso, es un aventurero un tanto incomprendido y hostil para unos cuantos, para otros es un loco de atar, que ni siquiera sabe el por qué tomó la decisión esa noche, en la que el resto, la dedicaban al sueño reparador del día de mañana. Para los vecinos del lugar adonde llegaba fue uno de esos forasteros que poco o nada saben del clima de la región, como si para poder vivir en determinado lugar, fuera determinante ser oriundo de un territorio.

Él ha llegado para quedarse, establece vínculos rápidamente con cualquier lugar, el clima es lo de menos, la gente que lo recibe, lo que más. Ha encontrado cariño y respeto dentro de los ámbitos que más le interesan, puede que para muchos sea un egoísta, sin embargo… ¿no es lo que busca cualquiera que se precie como persona? Poco le importan los inoportunos comentarios de algunos, de eso no se vive, de esa palabrería no se consuela uno, no se llena el estómago con alabanzas baratas o que se hagan por quedar bien. El recién llegado, que es de otro lado el recién partido, no sabe de lenguas, no se identifica con nadie y sin embargo, es feliz con todo el mundo.

De todos modos, lo mejor según el ve las cosas, es ser prudente, comedido y hasta cierto punto dependiente del resto de los vecinos, son los que en un futuro inmediato, van a llevarle de la mano, para enseñarle a ver que donde acaba de llegar es un lugar distinto de lo que pensaba. Es una tierra dura donde el arado cuesta de enterrar para mover la tierra, y sus gentes son lo mismo que esa tierra en la que han nacido, austeros, duros y dicho sea de paso y con razón arrogantes.

¡Joder que frío hace…! se dice a sí mismo una de esas mañanas de invierno en las que el sol no se deja ver, en cambio se resiste a ver la parte sencilla de la historia, la que antes vivía en la otra punta del mapa allá en el Mediterráneo, donde los micro climas que el mismo mar traza, establece marcadas diferencias con esta tierra fértil pero ruda. También tiene desventajas la tierra de la que viene, allí el calor es intenso mientras brilla el sol, incluso cuando se ausenta, se pega a tus huesos como si formara parte de tu propio esqueleto, mueves los brazos para regar tus flores y ya estás sudando sin remedio, esto se le hizo pesado a nuestro recién llegado, no poder mover la mente, quedarse aletargada como si fuera de acero blindado, para dejar que la pesadez del ambiente pasara de largo.

Por otra parte, piensa que el frio conserva, curte y alimenta voluntades como la esperanza que él tiene de mantenerse despierto siempre que pueda, mientras las fuerzas le acompañen. Así pues, no es cuestión del lugar a donde pueda dirigirse nuestro viajante, el recién llegado puede volver a ser en cualquier momento un recién partido hacia otro lugar, camino de otras tierras, buscador de otros tesoros que adornan este gran país nuestro, luchador incansable de búsquedas baldías, de territorios aun vírgenes por explorar para la mayoría conformista. Nadie menos precia el valor de aquellos que se quedan establecidos, tienen mil cosas en las que pensar, mil cuestiones que deben ponderar, antes de emigrar como nuestro recién llegado a estas tierras.

Él en cambio, considera que al no tener a nadie de quién responsabilizarse, es una responsabilidad que ha contraído consigo mismo, investigar aquello que desconoce, la tierra, los diferentes soles que se reflejan sobre ella, el vino de las regiones, el buen yantar de sus gentes, su talento. ¿Alguien le debería juzgar por querer solo eso?



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viernes, 19 de diciembre de 2014

ERAS TÚ


                                                     Y ERAS TÚ



La que siempre se asomaba a la ventana para espaciar la mente, para llenar tus pulmones de aire fresco, la que llegada la noche, cerraba las ventanas de su alma pensando que ningún sentimiento nuevo fuera a apoderarse de tu alma.

Tú la que siempre con un orgullo un tanto fuera de lugar, aspirabas a vivir en un olvido permanente y difícil, en un paréntesis constante, siempre fuera de juego y sin embargo, metida en todos los partidos que pudieran ayudar a solucionar temas comprometidos.

Eras tú, y yo sin saberlo, la ayudadora, el apoyo de cuantos te rodean y te aplauden cuando haces o dices algo valiente. Poco a poco, paso a paso, he estado apoyándome en ti, como una carga más dentro de este cuadro de luces que se funden, y que te encaramas para cambiarlas y vuelvan a relucir nuevamente. Sabia y temerosa a la vez, siempre apareciendo en esa ventana a media luz en el interior de este alma tuya, que denuncia que necesitas saber quién y cuanto te quiere.

Felizmente humana, siembras con tu pan la ventana donde siempre te asomas, estás adornada con el trino de los pájaros de color, que desean tu importante dádiva. Cuando la noche inunda con su sábana negra la oscuridad de la luz del día, te anuncias como quien eres, un alma en reposo que no hace más que pensar en todas las penas existentes.

Eras tú y no lo sabía, hasta que aquel día de calor, aquella noche pesada e indecisa, te acercó a mis brazos para que se iluminara con tu candor, con un ansiado abrazo mutuo que rompió todas las fronteras de un corazón maltrecho.

¿Dónde has estado todo este tiempo, por cuantas penurias has pasado sin yo saberlo?

Dicen que esas almas que no cuentan nada a nadie son las legítimas herederas del amor sin fronteras, si se cumple esa profecía, no te abandonaré jamás, quiero que sigas apareciendo en mis sueños, como una ninfa dorada, una sirena que encanta con sus cantos seductores.

Eras tú, no cabe la menor duda, la que encendía mi fuego cuando me helaba de frio, la que calienta mi corazón sin palabras, solo con tu aliento desnudo y cálido como en una noche en la que el frio domina todos los ambientes de la casa.

Dame un respiro, ya sé que eres tú dulce amor mío, deja que sea yo ahora el que te conquiste.



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EL TROMPETISTA


                                               EL TROMPETISTA



Felipe es trompetista aficionado, con todo lo que ello conlleva. Durante el día trabaja en una pequeña fábrica de caramelos del barrio, a todas horas del día, se acercan niños a ver si les cae algo de los cubos de caramelos que transportan sin embalar a otros lugares donde los envuelven, generalmente esto lo hacen unas cuantas vecinas que no tienen otro remedio que trabajar en casa, unas cargadas de niños, otras porque los maridos se ha marchado a Alemania o a Suiza a trabajar, se han quedado solas y necesitan algún ingreso, hasta que les llegue el giro que les mandan los maridos a final de mes.

En el taller son cuatro gatos currando, el dueño, siempre sentado controlando la calidad de los caramelos, la hija una chica de veinte años sin futuro más que el de heredar la fábrica de caramelos, y un chico medio para allá que les ayuda a las cuestiones más elementales como cargar el triciclo y limpiar los restos de azúcar que continuamente ensucian el taller. Carmiña la hija, es una chica menuda pero muy trabajadora, se deja la piel en cada jornada, viven en el piso de arriba de la fabriquilla, un altillo hecho de madera que un carpintero del barrio les hizo hace ya unos cuantos años atrás, después de morir la mujer de Leopoldo el dueño de la fábrica.

A Felipe le vino de coña que lo emplearan allí, con el certificado de estudios primarios no quiso continuar con más números y letras. Además a su madre Teresina le hacía falta que el crío trabajara, de hecho fue ella la que le buscó el empleo, la gente del barrio decía que Leopoldo y Teresina se entendían, hacía años que ambos estaban viudos. Felipe no sabe más que hacer caramelos, remover el azúcar, combinar los colorantes, darles la textura justa, para que finalmente después de ver que la pasta está a punto de pasar a los moldes, abre una válvula de compuerta para que la espesa masa de caramelo caiga en ellos, modera el paso de la rueda reductora dependiendo de qué clase de caramelo sea y se enfríe para desmoldarlos.

A media mañana, Leopoldo les dice que paren las máquinas, que don Enrique se ha muerto. Enrique era íntimo amigo de Leopoldo, tenían unas peleas jugando al dominó de mucho cuidado, pero siempre terminaban invitándose a una barrecha y contándose chistes verdes uno al otro. Eso cada día, Felipe recordaba uno por uno los chistes que se contaban, además los contaban siempre por el mismo orden, era la leche. Fue bastante gente al entierro, Enrique había tocado en su tiempo en El Gran Teatro del Liceo, después montó una academia de música en su casa, de trompeta claro, era lo suyo.

No dejó descendencia, nadie le conocía familia alguna, salvo su trompeta que tocaba a diferentes horas, nunca intempestivas eso sí, era muy considerado. Felipe le dijo a Leopoldo que si se podía quedar con la trompeta de Enrique, este le respondió que sí que la podía coger pero que si se enteraba que le daba mal uso se la rompía en la cabeza.   Piensa que esta trompeta ha tenido mucha historia… no quiero que la maltrates ni que la des un uso indebido.   Le prometo que la trataré como si fuera un tesoro.   Más te vale, porque lo es, esta trompeta ha sonado en los mejores teatros que puedas imaginar, de modo que ya puedes empezar a mimarla, como si fuera tu mujer.