LOS DOCUMENTOS
¿Sabes
cuantos documentos he firmado en toda mi vida?, no yo no lo sé, por eso lo
pregunto. Puede parecer una tontería, pero si vas a contar… bueno, en mi caso
no podría contarlos. Desde matrículas a escuelas, contratos de trabajo,
contratos de alquileres de pisos, compras de coches, casi todos de segunda mano
menos uno que lo compré nuevo, pero que deu ni do, la de papeles que me
hicieron firmar, en el concesionario y luego el banco, el corredor de bolsa,
¡de locura!
Cuando
me casé, ¡que hermosa esposa tuve entonces y cuanto papel llenamos con firmas!,
renunciar a la iglesia católica, manifestar al alcalde de barrio nuestra
conformidad de casarnos por lo civil, bueno, bueno, aquello fue un no parar. El
registro de familia, libro de familia, recibido, firme aquí por favor. Y desde
ahí para adelante, cuando llegaron los hijos, firmar y firmar más papeles, ni
recuerdo para qué eran, bueno algunos sí, para matricularlos en el colegio. Más
contratos de mudanzas de casas, cambios de trabajo por circunstancias
obligadas, visitas a ayuntamientos para cambio de papeles, empadronamiento y
tal… oye que sin quererte dar cuenta, quemas unos cuantos bolígrafos a lo largo
de la vida no creas.
Creo
que hay gente que no se vuelve a casar y que deja las cosas como están, con tal
de no llenar papeles oye. ¿Tú sabes lo que es un divorcio…? no quieras saberlo,
y como sea contencioso… ya muérete, te puedes pasar años firmando documentos
hasta que sacas algo en claro, si lo sacas. Yo no, yo me volví a casar, mes
paparasa, otra vez por el juzgado, eso de casarnos por la iglesia católica apostólica
y romana como que tiene mucho fasto, no estaba hecho para nosotros. No estaba
determinado el primer divorcio, bueno el divorcio en sí si estaba listo, pero
las pelas no, de manera que más juicios y más documentos.
Un
día en aquellas fechas, la abogada nuestra nos dijo… Me falta un documento de tal fecha que tiene
un número de registro tal en la parte superior de la página y que dice que
entró en tal sala del juzgado en tal fecha. ¡Entonces me di cuenta de lo mucho
que había firmado, te cagas si llegas a ver los papeles en los que estaba
estampada mi firma! Dos o tres carpetas de cartoncillo estaban llenas a rebosar
de papeles, todo del mismo divorcio, me cogió un escalofrío que me trajo en
consecuencia una diarrea de cuidado todo un día. Se conoce que el esfínter no
pudo digerir tanta lectura de repaso buscando el documento, y me cagué.
Entre
tanto, se me olvida que he tenido que firmar documentos en el banco al cambiar
de ayuntamiento, médico, conceder poderes y quitarlos luego, ¡para que te voy a
aburrir si es que es de pena…!
Aun
así, mira oye, aquí estoy en una nueva ciudad, he firmado más documentos claro,
contrato de alquiler, contrato de agua y luz, me he separado de mi segunda
esposa de palabra, menos mal, lo digo porque nos hemos ahorrado los dos más
firmas de papeles, y ahora… pues eso, esperando que no tenga que firmar nada en
una buena temporada, os doy mi palabra que de tantas firmas que he hecho, se me
está olvidando como firmo.
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