FUERZA Y PASIÓN
Dicen poco de
ella, es relativamente nueva en este pueblo, hace unos pocos años que vive aquí. Al principio se hacía
acompañar por sus dos hijos, chico y chica, los dos jóvenes sanos y fuertes, traídos
a hombros de ella, con el afán de recomenzar, una nueva vida, juntos, lejos de
problemas y de historias que les hicieran daño.
Por lo que yo
sé, de ellos, pocas madres estarían dispuestas a reconquistar nuevos lugares
con esta intención buena. La gente nos conformamos con cualquier cosa,
aguantamos lo que sea con tal de no armar jaleos, siempre hay quién dice que
desearían para sí, la vida que tú llevas. Aunque lo cierto es, que no saben de
la misa la mitad, cuando se cierra la puerta de la casa y todo lo positivo
queda en la calle, las compras, la manera de vestir que tienes… todo pura apariencia,
los perfumes que compras y un largo etcétera de cosas que no se pueden explicar
a cualquiera.
Para llevar
esta clase de vida, hace falta fuerza y pasión extremas, no es para débiles e
indecisos llegar a tener familia, ella es como una fuente de virtudes mezcladas
con algunos defectos, de otro modo no sería humana sino diosa, y los dioses, tienen
sus plazas tomadas.
Cabe decir llegados
a este punto, que la vida se lleva con más o menos ligereza, dependiendo de la
fuerza y el tesón, que cada cual le imprima a su responsabilidad. Pero lo más
importante es, el amor, el cariño que desarrolles hacia estas almas vivas que
de ella dependen, y vaya si lo hace bien. Ha puesto si vida a disposición de
estos hijos suyos, sin pensar en los embargos de sentimientos que continuamente
la llevan a desesperar.
Calla y sigue
luchando, enferma, estas cuestiones te hacen palidecer de angustia y hasta te
consumen poco a poco, así es la vida cuando se tienen hijos, reconoce sus errores,
pero sigue luchando con la misma pasión, la misma entrega de siempre, ¿Qué no
va a hacer por sus hijos, a pesar de ver que sus vidas, las alteran de manera
formidable? Si fuera gallina clueca, los abrazaría con fuerza contra su
maltrecho cuerpo por siempre, el caso es que no son polluelos, son personas que
crecen y deciden, que creen en sus propias fuerzas. Eso le pesa, ¡tantos
esfuerzos para que se quieran, tanta prudencia para no herir sus sentimientos…!
Le llegan
noticias sorprendentes, un accidente, una pelea a muerte a causa de no sabe
qué, un divorcio, una pena inmensa invade este débil corazón que se va
consumiendo poco a poco, está enferma, de tanta fuerza que ha querido imprimir
al empuje de la familia, ahora termina por ese la familia, ya no son una sola,
hay más personas envueltas en este quehacer diario. Cierto es que la quieren,
cierto es que los ama como cuando colgaban de sus pechos al criarlos con su
leche materna, pero ya todo ha cambiado, no quieren depender de ella para según
qué cosas, quieren otros labios que les besen, sentir el calor de otros brazos,
que los lleven a muertes de las que siempre se resucita.
En cuanto a
ella, sigue apasionado con ellos, los abrazaría si se dejaran, los apretaría
contra su pecho si quisieran, aunque solo fuera una sola vez más, ¡le
encantaría oír de sus labios que la quieren! Es una quimera, un sueño que difícilmente
puede tornarse en realidad, aunque jamás desespera, solo espera, esa es la
razón para que siga adelante, algún día posiblemente, se darán cuenta que aun
siendo mayores, con sus plumas remeras plenamente desarrolladas necesitan de la
pasión que siempre les dio su madre, que su padre hace tiempo, se desentendió
de ellos sin comprender muy bien la razón, para entonces ellos no entendían de
motivos ni razones, solo que se vieron metidos en un transporte que los alejó
de donde habían crecido.
Su madre los
sujeta fuertemente, con pasión de madre los ajusta al talle de su figura y los
lleva a un lugar inalcanzable para aquellos que alguna vez querían hacerles
daño, a un nido de águilas, allá en lo alto de aquel risco donde aunque pasen
un poco de frio y penurias, nunca serán alcanzados por los desastres, que
puedan acabar con sus vidas.
Ella los
sustenta, ella les da vida, ella los conforta cuando hace frio. No tiene a
nadie más, y eso, en una madre pesa, nadie a quién contar inquietudes, acontecimientos
felices, compartir el calor de un hombre que solo la sepa escuchar, solo
necesita eso. Su vida anterior para nada cuenta, sinsabores de una vida llena
de profundas heridas que ni siquiera sabe cómo vendar, quizá algún día, llegue
alguien con buen propósito, que la excarcele de esta vida sin propósito, que le
ayude a ver cuál es la salida, la solución a tanta pena.
Mientras
llega este momento ansiado, su fuerza y su pasión está centrada en sus hijos,
en su futuro, en sus circunstancias, en hacerles ver con tiento, que no caigan
en ese desplome que ella tuvo un día.
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