¿CUANDO
COMIENZA LA JUERGA?
Bueno…
así que al final Arturo se ha decidido, ¡ya era hora hostia!, después de tantos
años de soltería ya le tocaba decidirse por alguien, que formara una familia y
esas cosas. Me alegro por él tío, mira que es buen chaval… en el curro, el
dueño lo quiere como si fuera su hijo, a honrado nadie lo gana, jamás se ha
llevado una herramienta y mira que otros, están esperando a que el jefe mire
hacia otro lado para meterse en el bolsillo una llave fija o lo que sea. Pues
Arturo jamás, la verdad sea dicha, tampoco se ha chivado cuando nos hemos
llevado cosas los otros, eso le honra, no es un chivato.
Bueno…
y ¿para cuándo es la fiesta…?
¿Te
ha invitado? No, pero yo paso de
invitaciones, es mi amigo tío ¿cómo quieres que no vaya? No si yo no digo nada, haz lo que quieras,
yo lo que te digo es que todos los que van lo hacen con invitación, te lo digo
para que luego no haya líos. ¿Qué líos
va a haber joder?, a ver, ¿cuándo y dónde se celebra el evento?
El
amigo le dice que es el jueves que viene el viernes es fiesta no tiene que
madrugar nadie, en la discoteca El Cairo a las nueve y media de la noche, han
reservado un ambiente de la sala para ellos solos, ellos y todos los invitados
claro.
Bueno
yo iré un poco más tarde, tengo un asunto que atender con una chavala con la
que estoy comenzando a salir. Vale pero
te lo advierto, se puede poner de mala leche Arturo, ya sabes cómo es de
organizado y serio para todo. Que se
joda, que me hubiera invitado, ya sé por qué ha sido, se le habrá olvidado, si
va tanta gente es normal. No sé… de
todos modos tú verás, haz lo que quieras.
Ya sé que voy a hacer, le diré que me has invitado tú. Oye vete a la mierda, a mí no me metas, si
te presentas y le dices esto, te monto un pesebre que te cagas.
Fabián
es un cara de los de tomo y lomo, muy pocas veces ha tenido en cuenta la
opinión de los demás, se lo pasa todo por la punta del cigüeñal sin
miramientos, va a la suya, total y absolutamente. Así las cosas, las últimas
palabras de su amigo han caído en saco roto, en definitiva, que no las ha
querido escuchar. Se hace realidad el dicho “No hay mayor sordo que el que no
quiere oír”.
Arturo
y su prometida ya lo tienen concretado todo respecto a la fiesta, también han
puesto determinados límites a la bebida, incluso han alquilado un minibús para
los que quieran beber y no puedan conducir de vuelta a sus casas. Todo bien
pensado, medido al milímetro, así es como le gusta a Arturo hacer las cosas,
eso es bueno para muchos, especialmente para la gente que tiene por costumbre ser
puntual, es práctico porque ayuda a planificar el resto del tiempo de una forma
más racional y equilibrada.
El
día de la fiesta quién está más nervioso es Gustavo, amigo del novio, que lo
respeta y lo tiene en gran estima, por la actitud que este tiene frente a las
situaciones del día a día. Es un buen amigo y mejor compañero, si todo llega a
buen fin, serán cuñados. Comienzan a llegar los amigos, algunos parientes de
ambas partes de los prometidos, música ambiental para comenzar, luego ya vendrá
lo más fuerte, cuando se hayan marchado la gente mayor y solo queden los
jóvenes. A eso de las diez y media, llega Fabián saludando a todo el mundo, la
mayoría no lo conoce pero él les extiende la mano cómo si los conociera de toda
la vida. ¿Qué os lo pasáis bien no?,
pues eso, para eso se ha montado esta fiesta, para pasarlo bien, bebed y
disfrutad.
Arturo
lo ve, Fabián no pasa desapercibido allá donde va, todo el mundo se vuelve al
ver a ese tío tan enrollado y dicharachero. El prometido se dirige a él, no se
le ve cara de enfado, solo serio. Oye
¿tú que haces aquí…? que yo sepa nadie te ha invitado. No me jodas que ibas a celebrar esta fiesta
sin mí, ¿por qué no me has invitado mamón?
Carlota,
ex de Fabián, llega adonde su novio y se sorprende al verlo. ¿Lo has invitado
tú Arturo? No, en absoluto, se ha
presentado por la cara, como siempre hace ¿Qué no le conoces cómo es? Vaya vaya, así que te conformas con
segundas partes de tarta, si he estado saliendo con ella dos años y es una pija
de mierda, ¡a… que no lo sabías, es cierto…!
Gustavo lo coge del brazo con fuerza y se lo lleva hacia afuera de la
entrada, les dice a los porteros que no lo pierdan de vista, que es un menda follonero. No lo dejéis pasar por nada del mundo, no
importa lo que diga ni lo que haga ¿de acuerdo…? ¿Pues sabes una cosa mamón… que la música de
esta noche, la que se va a tocar ahí dentro, la he escogido yo, que te enteres?
Cuando
Gustavo entra de nuevo a la sala de la disco, ve a su hermana discutiendo con
Arturo, se acerca y su hermana le hace una
indicación para que se aleje. En un rincón de la barra, mordiéndose las
uñas y sorbiendo un gin tonic Gustavo observa desde lejos lo que pasa con la
pareja, parece que las cosas no andan demasiado bien, la discusión va creciendo
de intensidad. Carlota arranca del respaldo de su silla un chal azul, y
arrastrándolo por el suelo, sale de la disco en dirección a la calle. Arturo
está cabizbajo, no se mueve de sitio, apoya la espalda contra una columna que
hay tras él, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.
Ahora
sí, su futuro cuñado se acerca a él y le pregunta que es lo que ha pasado. ¡Joder tío… nunca me había dicho que había
salido con ese hijo puta, me siento traicionado…! Hombre… pero pasó hace mucho, si te he de
ser sincero, ni siquiera yo lo sabía. ¡Fíjate
que consuelo me das al decirme esto!
La
fiesta ha continuado sin ellos, los amigos al escuchar el cambio de ritmos de
un pincha discos que está en una gabina acristalada, se vuelven un poco locos,
todo el mundo va más o menos colocado, el que no con alcohol, con coca, hay
quién va empastillado, y otros de todo un poco, son los más necios, que ni
siquiera saben ya con quién han venido, con quién van a marchar de allí, ni
adonde irán a parar.
El
bueno de Arturo, con un disgusto de cojones sale al parking y respira hondo, se
carga de energías renovadas, da una vuelta casi completa al local, en un
lateral, junto a una de las puertas de emergencia, ve dos sombras junto a un
coche. Se frena en seco en la misma esquina desde donde los observa, Fabián y
Carlota están hablando, él con las piernas abiertas y ella encajada en él
llorando.
¿Te
das cuenta preciosa de lo que ibas a hacer…? me hubieras obligado a tomar
cartas en el asunto cómo fuera, no te puedes prometer a nadie que yo no te diga.
Ella asiente con la cabeza, se disculpa, lo abraza y le besa en el cuello
pidiéndole perdón.
Arturo
ha salido de su rincón cual si se tratara de un boxeador a punto de rematar el
combate y con un tubo de vaya desechado en el suelo, le aplasta la cabeza, una,
dos, tres… Arturo no sabe ya lo que hace, golpea sin parar con una furia
desmedida sobre el cuerpo ya inerte de Fabián, Carlota se ha quedado sin voz de
tanto gritar, la gente llena el parking, ella está llena de sangre,
salpicaduras que han salido desde el primer golpe que le atizó Arturo. Este, dentro
de un furgón de la Guardia Civil va camino de algún lugar, solo nota los baches
de la carretera, está calmado, tranquilo, dos policías lo acompañan uno a cada
lado de él en el asiento trasero. De pronto se le oye decir… íbamos a casarnos esta primavera próxima
¿saben?.
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