martes, 23 de diciembre de 2014

EN CUANTO A EL...


                                         EN CUANTO A ÉL…



Es un tipo pasable, con esto se puede interpretar que es normal y un tanto vulgar, muy vulgar sería la expresión. Claro que eso no significa nada de por sí, ¿a cuantas personas vemos por la calle o nos tropezamos con ellas, a las que consideramos vulgares? Ellos piensan lo mismo de nosotros y eso no debería inquietarnos, vive muchísima gente sobre el planeta, somos personas sordas y mudas ante los problemas que asolan a la humanidad.

Muchos de ellos no quieren pasar desapercibidos, se mueren de hambre o de sed, están inquietos por la guerra o por la destrucción del planeta. En cuanto a él… todos los desastres los ve de una forma relativa, todo significa algo pero en cambio nada significa nada, es el proceso de la vida solo eso. Para él, una persona sin manifestaciones externas de inquietud alguna por las cosas que suceden todo tiene un significado y eso lo ha convertido en un cínico.

No sé si lo ve de ese modo, tampoco tengo forma de preguntarle, soy yo mismo, como un grajo de una naranja llena de pequeños componentes que forman un todo unido. Ese es él, una persona que aparentemente es insensible pero que a la vez todo le resulta tremendamente interesante, cualquier cosa que sucede a su alrededor, cualquier comentario que puede resultarle interesante desde el punto de vista de su aplicación práctica, es recogido como si fuera una hoja lanzada al viento por el viento otoñal, alarga su brazo y la recoge puede serle de utilidad en el futuro más o menos inmediato.

Si preguntas a alguien sobre él, te dirá que es un hombre taciturno y hasta invisible, sale poco y charla menos, no por antipatía, todo lo contrario, se teme a sí mismo, cuando se pone a hablar con alguien trata de desgranar hasta la última palabra que le da tiempo a escuchar de aquella persona. Opiniones, eso es lo único que pueden dar aquellos que lo conocen y los que ignoran que existe, es buena persona pero no lo suficiente para muchos que sin duda exigirían que puede ser mejor, el perfeccionismo, materia de estudio ideológico de miles de pensadores y filósofos.

Él es como es, errante y difícil, fácil de tratar y complicado de interpretar, pero no es un ser extraño, tampoco es predecible, nadie lo es de manera que se apunta a esa gran pila de seres que son y existen, sin saber por qué, y para qué. Materialismo puro, pensamiento ocasional, determinación causada por determinados sucesos, traumas lo llaman algunos, otros casualidad, pero lo cierto es que todo, forma parte de un plan indeterminado.

La gente que cree en un dios todopoderoso, presente en todos los actos que los humanos llevamos a cabo, pendiente de nuestras vidas, omnisapiente, que puede ignorar aquello que quiera. Bien, la idea es que es un poco increíble, poco humanista y muy egoísta si eso es realmente así, ¿Qué es lo que hace que esté pendiente de nada sentado en su santo trono sin ningún propósito preciso? Ese es dios, el que dicen que  es amor legítimo, puro y sabio.

Él no cree en estas imprecisiones que lo único que hacen es extender el error y la confusión, alimentar las mentes de los dubitativos que se acogen a cualquier cosa con tal de hacer que nosotros débiles espíritus humanos, nos llenemos de desconcierto y de amargura, desengañándonos de todo aquello que huela a falsas esperanzas, en cuanto a él… sencillamente no es nada ni nadie, solo camina, solo camina. No satisface las curiosidades de aquellos que no quieren satisfacer las suyas, ¿egoísmo, vanidad, desilusión…? quién sabe, lo único que es absolutamente cierto, es que nadie de los humanos que existen hoy sobre la faz de la tierra. Podemos sacar conclusiones, pensar en circunstancias que adornan nuestro paso por este mundo, pero no es así, todo es fácil o difícil en función de lo deseemos hacer con nuestra mente y dirigir por tanto nuestro corazón.

Va y habla con sus allegados, trata de concluir, de deducir el por qué determinadas cosas, pasan como pasan pero nadie le da una reflexión plausible, se conoce que a nadie le interesa más que lo más inmediato, en conjunto así deberían ser las cosas en cambio no lo son. Es relativamente fácil intentar ser feliz y siempre en un buen estado de lucidez y en consecuencia de salud, pero no es más que una utopía, algo que se desvanece entre nuestros dedos, como aquel que desea retener agua en la cuenca de la mano. Nada podemos hacer que cambie las cosas, entonces… ¿por qué nos esforzamos por cambiar, por qué querer ir más allá de lo que podemos efectuar de manera normal?

Es así, humano pero sin destino aparente, sin finales apocalípticos, pensador y crítico con sus propias ideas, equivocado y feliz hasta el punto que uno pudiera desear, más allá de lo que uno mismo pudiera imaginar.




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