martes, 23 de diciembre de 2014

LA SEDA DE TU PIEL


                                              LA SEDA DE TU PIEL



Recuerdo con nostalgia la seda de esa piel tuya preciosa, cara y perfecta, hermosa por su color y textura, extraña por su color siempre cambiante, según la luz que la alumbra.
Siempre me asombré ante su extraño tono, ni demasiado blanca ni demasiada morena, un tono suave entre el siena y el color crudo, que se le confiere a las dulces telas de las más preciadas telas de oriente.

He buscado al artífice que dicen que la hizo, la hiló y la tintó, no lo he hallado, ha sido en vano que he caminado medio mundo, para determinar de dónde procedía esta inigualable piel tuya, ha sido una aventura desafortunada.

Una vez alguien me dijo que podía descubrirme los secretos que encerraba el secreto de tu piel, lo creí y hasta pagué un precio muy alto, solo para descubrir más tarde, que se trataba de un burdo engaño. Me lo merecí por creer a pie juntillas, algo tan improbable, y así me encuentro ahora, recurriendo a presuntos sabios, que me cuenten lo que quieran, porque mi meta es descubrir ese misterioso secreto de tu piel, mi encanto.

Recuerdo el roce de tu piel con la mía, el profundo escalofrío que me recorría todo el cuerpo cuando me acercaba a ti, y ahora… ya ves, casi desesperado ansiando volver a tocarte para no olvidar que tu piel es seda de algún país de oriente lejano. Recuerdo el perfume que ésta deja al sudar entre las sábanas, me desaliento al pensar que probablemente no podré acariciar esa dulce envoltura nunca más.

Despierta el día y con el destello del primer rayo de sol, el brillo de tu piel se enciende, como la seda que cubre el cuerpo de una diosa, el cielo se asombra, se avergüenza de verte, eres más, más que todos los tonos que pudiera reflejar en los millares de tonos, el de la tormenta al llegar a los campos baldíos, a tierras áridas, las nieves que descienden sobre las cumbres eternas. Sí, el cielo se asombra del tono de seda que tu piel deja ver entre nubes vaporosas.

Te admiro y deseo iniciar ese viaje espacial junto a ti, sentir tu respirar junto a mi oído, esos extravagantes arqueos que tu cuerpo dibuja entre las sombras y las luces que aparecen ante mí, fruto de la seda de esa piel tuya que te ilumina, cual si de un retazo de seda secada al sol y ya teñida de purpúreo color, ondeara al viento.

Perfectamente teñida, hermosamente escogida, toda tú eres seda, separada de los mejores capullos, que delicadas manos han escogido para tirar suavemente de su hilo, con atención primorosa, han de hacer una piel única, inigualable, que cause sensación a todo aquel que la admire, es así como te deben ver, vestida de sol y de luna a la vez, sin vestido alguno, solo con tu piel desnuda alcanzarán a entender cómo se hace un cuerpo único, incomparable, deliciosamente trabajado por unas manos que solo hicieron una prenda, única, la tuya.



                                                        --------------------





No hay comentarios:

Publicar un comentario