AMAR AMANDO
Mucho puede
decir alguien que ama, si no hay de por medio amor. El amor es causa y motivo
para seguir viviendo, ancla del alma que en otro se aloja, suspiro nuevo que no
ahorra esfuerzos, prescindir de formas que otros adoptan para aparentar maneras
de amar.
El amor,
lejos de ser ciego, no ahorra ni escatima esfuerzos, en fortalecer brotes
verdes, no es preciso decir muchos te quiero, solo mirar a sus ojos y verlos
cada día nuevos, como nuevo es cada sol, como nueva es la pasión que todos
llevamos dentro.
Para amar hay
que seguir amando, y eso puede que enloquezca alguno de los que reciben este
amor presto y dispuesto siempre. Amando, como regar esa querida flor que se
debe mimar con esforzado talento. Decir te amo es decir nada, amar es hacerlo
con sentimiento, sin esfuerzo ni sacrificio.
No amada mía
no quiero hacerlo porqué sí, quiero querer, quiero amar con la prudencia del
viento, ese viento que sopla tibio en invierno, y fresco en esas noches en las
que acalorados nos vemos, tendidos en nuestro lecho.
Amar amando
quisiera morir, no dejando de sentir que todavía amo a alguien a quién dejé de
querer apartándola de mi lado. Placeres hay muchos que pudieran ilustrar lo que
con pocas palabras no puedo, pero mi mente se derrumba cuando pienso en ti.
En lugar de
jilguero, cuervo me he vuelto, y así no se puede amar, nadie acepta de
compañero a un grajo. Puede que algún día salga de mi garganta un sonido nuevo,
una voz juvenil y pura, una voz enamorada que sepa amar amando de veras.
Feliz he sido
a tu lado, feliz quisiera seguir siendo, pero sin amor no, si no hay amor no
hay nada, esa vida la detesto. Sufro la ausencia del amor verdadero, bien está
reconocer, que no lo tengo porque lo dejé escapar, porque no supe que amar hay
que hacerlo amando, y no esperar que te amen a ti.
Las palabras
se las lleva el viento, del mismo modo que las vuelve a traer de nuevo, el
viento es caprichoso como el amor que a veces te prueba, que te envuelve en
sedas hermosas para confundirte, para hacerte despertar de nuevo, para decirte ¿Qué
tal fue este breve viaje tuyo, a donde te llevó este sendero?
Amando se
aprende lo bueno, amando se aprecian los colores de la vida, el sacrificio
constante que requieren los momentos de gloria de un solo beso, sí, uno solo,
pero intenso. Ese que te amordaza, cual si fueras el esclavo de esa boca
ferviente y dispuesta, llevada por más sentimientos, que la pura pasión del
momento.
Nacer, vivir
y morir amando es el deber todo del hombre, para eso se nos hizo, para amar
amando.
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