CALLE ABAJO
Había
pensado que la gente solo actuaba por determinados motivos hasta ahora. Acontecimientos
recientes me han demostrado, que calle abajo, existen otros muchos locales, en
los que no solo se trapichea, se negocia, se engaña y se hacen cosas movidos
por determinados intereses casi siempre poco claros. Pues pensando en esto, he
descubierto a una familia que batalla conmigo, lucha a mi lado, se interesa por
mis asuntos sin pretensión alguna, sea esta de tipo económico o emocional.
Lo
cierto es que me he derramado en ellos, eso no significa que sean de mi
familia, que los haya puesto en mi testamento ni nada parecido, solo es una
cuestión de confianza incuestionable. Siempre me ha dicho la gente que me
conoce, que soy demasiado confiado que siempre me dan las hostias por el mismo
carrillo. Creo firmemente, que este no es el caso, Mercedes se preocupa por mí
como si de un hijo se tratara, lo que a mí se me olvida preguntar, ella se
ocupa de aclarar, no es una labor fácil cuando es el caso que su salud está en
mal estado.
Lo
mismo es cierto en cuanto a sus dos hijos, Eva y Jose, son como mis hermanos,
me quieren, lo siento en mi interior. Es cuando estás en situaciones
desventajosas cuando se deja ver a la gente valiosa. Nunca imaginé que calle
abajo, encontrara un lugar que lograra ser una isla para los problemas, un
lugar donde la diversión y el paso del tiempo, fueran la marca identificadora
para beneficio de unos cuantos, entre ellos yo. Estoy pasando una mala época,
queda mucho por hacer, pero tengo la certeza de que ellos se ocuparán de aliviar
mis inquietudes.
Por
esa razón… cuando os encontréis calle abajo con determinados negocios, tiendas
o locales con los cristales pintados, no deis nada por sentado, siempre,
siempre, habrá detrás de una de esas puertas, una de las que valga la pena
abrir y entrar, para ver quién puede haber detrás de ella y sacar los
beneficios mutuos de la compañía de la buena gente.
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