ESCAPANDO DEL
DESTINO
-Me
gusta la alternativa que me presentas, es original, brillante, definitivo y a
la vez, beneficioso para todo aquel que abrace la idea. Entra en el detalle de
este plan, quiero escucharlo con atención, esto significa que en el momento que
te lo indique, tendrás que parar y volver a repetirme aquello que me sea difícil
de entender.
-No
hay problema señor, tiene usted todo el derecho, con tal de que pueda comprender
exactamente, el plan que he elaborado con el fin de que sus súbditos, disfruten
de su capacidad de decidir que clase de vida quieren disfrutar, y en
consecuencia de que forma quieren morir.
-Coño
esto suena un poco duro ¿no te parece?
-¡En
absoluto señor, todo el mundo nace, crece, se reproduce y luego,
inevitablemente, muere!
-Ya,
pero joder… es que el tema debe de ser complicado para que trates de simplificarlo
de ese modo. Venga cuenta, estoy impaciente por saber de que se trata ese plan.
-Debo
advertirle, que dentro de este destino nuevo que preparamos para estas personas,
hay algunas cosas que pueden chocarle pero… que en definitiva, dejan a la gente
satisfecha y su gobierno se ahorrará muchísimos millones.
-A
mí no me choca nada ya en este mundo, lo he visto todo y he tratado con todo
tipo de personas, incluidos algunos exterminadores sin escrúpulos que han
reducido su población de maneras prácticas.
-Mire,
hay que comenzar por quitar los límites de velocidad en las carreteras, al fin
y al cabo las personas se los saltan igual. En las autopistas se pueden hacer
los primeros ensayos de cómo funciona este sistema, al cabo de una semana verá
usted que las estadísticas de muertos suben como la espuma. La segunda cosa es,
eliminar el tipo de sanidad pública que tenemos, eso es carísimo para las arcas
del estado, se puede arreglar por medio de sustituir los tratamientos por
esperas, esperas que se sean eternas hasta que la gente, de por sí, se mueran,
o por la enfermedad o por la desesperación de quejas que no llegan a ningún
puerto. ¿Qué de momento como lo ve…?
-Siga,
siga usted que tiene toda mi atención.
-Bueno,
tengo un listado de cosas que no quiero comentarle todavía, por si estos
argumentos fallan. Lo que sugiero en el próximo dossier son asuntos que ya se
han experimentado con cierto nivel de éxito, el problema es, que tendríamos que
repetir fases de la historia moderna que nos enseñan de que manera se puede
matar en masa, como en los tiempos del nacionalsocialismo. Pero de momento lo
dejamos de lado, tampoco hay que ser extremistas.
-Es
usted un genio, jamás se me hubiera ocurrido poner en práctica estas cosas a no
ser que usted me refrescara la memoria de la manera que lo está haciendo.
-He
estudiado mucho el tema, de hecho tengo una cátedra, ¿sabía usted que ya hay
unos cuantos países me han comprado la idea y que está trayendo buenos
resultados? Claro, estas ideas las tengo patentadas sabe usted.
-Lo
imagino, gente estudiosa como usted tiene que tener todos los hilos bien atados.
-Veo
que nos vamos a entender perfectamente, en honor a la verdad tampoco puede
decirse que haya estadistas que piensen en métodos como los que estamos
discutiendo para abaratar gastos y hacer que las arcas públicas. A fin y al
cabo de eso es de lo que se trata ¿no le parece…?
-Cierto,
estamos ahogados por las deudas, tenemos que tomar medidas prácticas ya mismo.
Las suyas me parecen muy bien, digamos que son ideas quirúrgicas para nivelar
las balanzas de nuestro pueblo. Lo que interesa es tener a los ricos en la
parte más alta de la pirámide, ellos son los que nos sacan las peras del horno.
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