lunes, 25 de abril de 2016

LA GRANJA

                                                                     LA GRANJA

No es difícil de imaginar cuando hablamos de granja a qué nos queremos referir. Un lugar más o menos grande, donde conviven juntos varios tipos de animales, hay quién no quiere mezclar determinadas especies de ellos, por ejemplo, deja que pavos y gallinas picoteen juntos dentro del cercado, incluso algunos crían patos y así, todos en armonía desarrollan sus labores de crecimiento y desarrollo hasta que llega su hora. La hora del sacrificio, son criados para alimentar a otros, en este caso concreto, los humanos.
Pero en una granja que se precie, hay un sinfín de otros animales que normalmente no forman parte de la granja propiamente dicha. Topos, animales migratorios que cambian de territorio en función de sus lugares de cría, charcas próximas donde ranas y sapos buscan oportunidades para procrear, no son parte de la granja, pero dependen indirectamente de ella. Una granja bien atendida, es un pequeño paraíso, donde los propietarios deben saber combinar todos los sabores y olores de los animales que allí habitan.
Nos hemos olvidado de mencionar a los grandes protagonistas de la granja, caballos y mulos, elementos que en un tiempo fueron imprescindibles para las tareas de estos enclaves. Preguntados los mayores de cómo fue que comenzó la actividad de la granja, seguramente contestarán que al principio tenían un pequeño asno que cargaba con la mayoría de las labores, que no paraba el pobre animal, no tenía descanso hasta que murió de agotamiento justo en el instante en el que pudieron comprar una mula de buen porte y mejor fuerza, que podía con todo y sin rechistar.
¿Y  cómo es abuela que ahora vivimos en este piso en lugar de haber conservado la granja, donde fueron a parar los animales que teníais allí? La abuela baja la cabeza y calla sonriendo a su nieta… hay muchas circunstancias que cambian en la vida y que obligan a uno a hacer cosas de las que luego se arrepiente. Yo no cambiaría por nada del mundo la vida que llevábamos entonces con la de ahora, no tiene comparación alguna.
Algún día te contaré con pelos y señales que es lo que hizo que cambiáramos tan radicalmente de vida.


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