domingo, 10 de abril de 2016

HERMANOS MÍOS

                                                              HERMANOS MÍOS

Hace algunos años atrás tenía un montón de hermanos, fueron siempre hermanos de transición, cuando se apartaban de las ideas que confirmaban nuestras creencias religiosas, dejaban de serlo. Lo que os decía… hermanos de transición, y digo bien porque yo llegué a experimentarlo en mis propias carnes, he sido muchos años, un hermano de transición. Sí, es cierto que yo lo elegí así, pero es que cuando dejas de creer, o cuando depositas la fe en las cosas tangibles, a menudo te equivocas, probablemente eso fue lo que me pasó a mí.
Tengo sin embargo hermanos carnales, que jamás me han vuelto la espalda. Hermanos míos, no sé por cuanto tiempo tendré ocasión de agradeceros lo que a diario hacéis por mí, bueno… es cierto que estamos alejados los unos de los otros, pero a pesar, de este pequeño inconveniente kilométrico pienso en vosotros,  en vuestra prole, rememoro en mi espíritu en la medida que alcanza mi mente, los muchos momentos que pasamos juntos cuando éramos pequeños, ¡cómo unen a las personas estos momentos…, y más a los hermanos! digo momentos, porque comparados con lo que es la vida, son pequeños parpadeos del cerebro, flases que adornan esta fase de la vida feliz y desenfadada que disfrutamos entonces.
Muchos hermanos están divididos, no por kilómetros, sino también por diferencias de otro tipo, por pareceres o por diferencias de opinión, por favor… no hay necesidad de llegar a eso, un hermano es un hermano, lo será siempre, lo llevaremos en nuestro corazón el resto de nuestra vida. Mis queridos hermanos han sido y son, gente compasiva y ante todo, hermanos en el pleno sentido de la  expresión. Es por eso que los quiero, no los quiero alejar de mi vida, ellos me han demostrado que siempre estoy cerca de su mente, eso de por sí, es fantástico.
Posiblemente uno de ellos sea un roble, es posible que yo sea un arbusto oloroso o hasta curativo, en cualquier caso cada cual tiene sus motivos para ser como es y lo que es. Vaya para vosotros hermanos, este sencillo homenaje, que no pretende alagar a nadie, solo reconocer que a cada cual le ha tocado vivir una vida y la maneja a su manera. Si se sienten débiles por la razón que sea, ahí me tendrán, si necesito su fuerza acudiré a ellos, corre por mis venas la misma sangre que la suya.
Hermanos míos, me quedan muchísimas cosas que deciros que no he tenido oportunidad de contaros, pero todas ellas están relacionadas entre sí, os quiero con todo mi corazón. Sé que puede sonar a tópico, son solo palabras pueden pensar algunos, pero no lo puedo expresar de otra forma, sois muy importantes para mí, en ausencia de otra familia, cuando el círculo de la vida se va reduciendo cada vez a menos personas, el poder contar con vuestra presencia, aumenta la ilusión que siento, y llorar de emoción por tener la suerte de estar comunicados cual las chispas que hacen que se mantenga una candela encendida.
Gracias por ser lo que sois para mí.

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