SIEMPRE ES FIESTA
Puede
que no lo parezca, pero siempre hay un motivo para estar de fiesta. La opinión
varía en función de lo que cada cual estime que es una fiesta, y de si el día
que se escoge para celebrar dicha fiesta, es festivo o no. Normalmente los
fines de semana son fiesta, por lo menos antes, salvo algunas excepciones lo
eran, pero eso ha cambiado, recuerdo con alegría los sábados, los tres hermanos
íbamos a la parada del tranvía para recibir a mí padre que volvía del trabajo,
tenía fiesta hasta el lunes de madrugada ahora hay mucha, pero que mucha gente
que los fines de semana no representan fiesta para ellos. Gentes que hacen
turnos en fábricas, personas que trabajan en el mundo de la restauración, y
así, encontraríamos a muchas otras personas que, en muchos casos, no desean que
sea fiesta. Viven de la fiesta, y trabajan duro para poder ganar unos euros
extras que llevar a sus casas. Disfrutan con su trabajo, les gusta el trato de
la gente hasta a algunos les apasiona lo que hacen.
Los
jubiletas son los que mejor se adaptan a esta circunstancia, si les acompaña la
salud claro, pasean con sus nietos, les hacen compañía hasta para hacer las
compras a los grandes almacenes, los alzan del suelo y los sientan en los
carritos de la compra, mientras, hablan con ellos y les hacen algún que otro
regalito, que los críos agradecen y los incentiva a volver con los abuelos a
comprar. Siempre hay motivos para estar de fiesta, el asunto estriba en la
actitud de los mayores, esa circunstancia no se repetirá eternamente. Estas
ocasiones hay que aprovecharlas, ya llegará el tiempo en el que ya no podrán
llevar a los nietos ni de paseo ni de compras, esa es una de las razones por la
cual estos momentos, hay que verlos como auténticas fiestas. Incluso sé de
matrimonios, que al llevar a cabo estas saludables costumbres, se unen más, se
quieren más y mejor, despiertan sus instintos de compenetración y tiernos
cariños. Otros, ven las fiestas de diferente formas, tengo algunos amigos, que
están deseando que llegue el fin de semana para escapar previo planes hechos,
con queridos o queridas y encerrarse en alguna habitación de hotel. No salen ni
tan siquiera para ver el sol de la mañana. Muchos están casados y tienen sendas
familias a las que atender, confían en las esposas o los padres para que les
solucionen la papeleta, pocas veces, se exponen a dar la cara por la familia,
aunque los quieren de verdad, a su modo y manera claro. Interrogados por otros
compañeros o amigos sobre este asunto, contestan…” la familia es lo primero, no
sé que haría sin ellos, no concibo la felicidad sin la paz del hogar, la
compañía de mi esposa y de mis hijos”
También
para estos, cada momento de sus vidas está lleno de fiestas, la expectativa de
ver de nuevo a sus amantes, coger el coche y mentir a sus cónyuges, inventándose
trabajos extras, que les van a ser remunerados, que les van a ayudar a escalar posiciones
en la empresa, son elementos creíbles para que puedan pasar unos día de fiesta
inolvidables, junto a la persona que es objeto de sus deseos.
La
realidad es, que para aquellos que siempre es fiesta, es para aquellos que con
diligencia, organizan sus vidas esperando que el resto de los que les rodean,
los vean como personas confiables. Esas personas y no otras son las que merecen
nuestro aplauso y sincero homenaje.
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