lunes, 4 de enero de 2016

HAYA DONDE QUIERA QUE ESTÉS, SABES QUE LOS HE QUERIDO

                           HAYA DONDE QUIERA QUE ESTÉS, SABES QUE LOS HE QUERIDO

Juntos desde muy jóvenes, compramos nuestra parcela, cavamos hasta sacar todas las piedras y dejarla lista para plantarla. Entre los dos decidimos plantar varias legumbres, verduras, alimentos para lo que planeamos establecer, una familia feliz. Pronto, no sé si demasiado, decidimos tener descendencia, los planes iban viento en popa, en pocos años nos encontramos alegrando la casa a tres hijos que no servían de acicate para mantener aquello que con tantas ansias no habíamos esforzado por tener.
Solo un problema entre los muchos que pueden surgir en una familia equilibrada, hizo que los cimientos de nuestra estructura, comenzara a tambalearse, tu amor de madre se sobrepuso a todo cuanto te rodeaba, nuestros hijos fueron en tu vida lo más grande, también lo fueron para mí pero es posible que no supieran apreciar mi cariño lo mismo que el tuyo, todo lo pasabas por alto, cualquier cosa que hacían mal lo encubrías, en este sentido no estuve a la altura de las circunstancias. Caí enfermo y sobre ti cayó todo el peso de la casa durante algunos años, eso nos distanció, nos perdió, tus objetivos dejaron de ser los míos y así, se trazó una gran sima dentro de nuestro hogar.
Nos tuvimos que separar, ni para ti ni para mí la vida tenía el verdadero sentido del origen que habíamos deseado. Tú te buscaste otras compañías, yo hice lo propio por mi parte. Litigios, tribunales, pensiones compensatorias, y un largo etcétera de circunstancias que dieron con mis huesos en una desazón constante. Fueron dieciséis años los que nos ocupó aclarar los asuntos, mientras yo seguía amando a mis hijos, eran el fruto del cariño y el amor que nos profesamos en un tiempo.
Bastantes años después de todo esto, volvimos a establecer contacto, esta vez por una enfermedad terminal que te estaba minando por dentro. Cuando os enterasteis de que me había separado de mi segunda esposa, volvimos a encontrarnos, para mí fue un placer volver a verte aunque estabas bastante mal, el encuentro con nuestros hijos fue una de las cosas más grandes que me ha sucedido en la vida. Tu vida terminó en verano de este año, pero nuestros hijos por determinadas circunstancias, creo que injustificadas, no quisieron saber nada de mí, de manera que los lazos se rompieron de forma definitiva.
Un día me sorprendió la llamada de nuestra hija mediana, quería verme, más que eso, quería que me fuera a vivir con ella al sur de España. Cuál fue mi sorpresa que al llegar allí, de lo que me había dicho me encontré con menos de la mitad de cosas, servicios médicos y accesos a algunos lugares que eran imprescindibles para mí a tenor de mi enfermedad, decidí volver a la tierra que me había acogido como hijo adoptivo. No puedo olvidarlos, son mis hijos pero no los quiero a cualquier precio. Necesito estar bien atendido, donde resido ahora tengo cuanto necesito, y lo que es más importante, tengo el cariño desinteresado de una familia que me trata como si formara parte de ellos, unos más de estas personas altruistas que no van detrás de ti por el dinero o algún otro interés oculto.
Quiero a mis hijos no lo dudes, allí donde quiera que estés, puedes estar tranquila que son capaces de defender sus intereses, que no hace falta que estés presente quemándote la vida por ellos, son responsables de sus actos, hay asuntos en los que los padres no podemos ni debemos meternos. No pienso fiarme de lo que me digan, tengo comprobado que van detrás de mi dinero, y aunque el dinero no es lo principal en la vida, es la única ayuda que me queda habida cuenta que ya no puedo trabajar.

                                                          ----------------------------

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario