HAYA DONDE QUIERA
QUE ESTÉS, SABES QUE LOS HE QUERIDO
Juntos
desde muy jóvenes, compramos nuestra parcela, cavamos hasta sacar todas las
piedras y dejarla lista para plantarla. Entre los dos decidimos plantar varias
legumbres, verduras, alimentos para lo que planeamos establecer, una familia
feliz. Pronto, no sé si demasiado, decidimos tener descendencia, los planes
iban viento en popa, en pocos años nos encontramos alegrando la casa a tres
hijos que no servían de acicate para mantener aquello que con tantas ansias no
habíamos esforzado por tener.
Solo
un problema entre los muchos que pueden surgir en una familia equilibrada, hizo
que los cimientos de nuestra estructura, comenzara a tambalearse, tu amor de
madre se sobrepuso a todo cuanto te rodeaba, nuestros hijos fueron en tu vida
lo más grande, también lo fueron para mí pero es posible que no supieran
apreciar mi cariño lo mismo que el tuyo, todo lo pasabas por alto, cualquier
cosa que hacían mal lo encubrías, en este sentido no estuve a la altura de las
circunstancias. Caí enfermo y sobre ti cayó todo el peso de la casa durante
algunos años, eso nos distanció, nos perdió, tus objetivos dejaron de ser los
míos y así, se trazó una gran sima dentro de nuestro hogar.
Nos
tuvimos que separar, ni para ti ni para mí la vida tenía el verdadero sentido del
origen que habíamos deseado. Tú te buscaste otras compañías, yo hice lo propio
por mi parte. Litigios, tribunales, pensiones compensatorias, y un largo etcétera
de circunstancias que dieron con mis huesos en una desazón constante. Fueron dieciséis
años los que nos ocupó aclarar los asuntos, mientras yo seguía amando a mis
hijos, eran el fruto del cariño y el amor que nos profesamos en un tiempo.
Bastantes
años después de todo esto, volvimos a establecer contacto, esta vez por una
enfermedad terminal que te estaba minando por dentro. Cuando os enterasteis de
que me había separado de mi segunda esposa, volvimos a encontrarnos, para mí
fue un placer volver a verte aunque estabas bastante mal, el encuentro con
nuestros hijos fue una de las cosas más grandes que me ha sucedido en la vida.
Tu vida terminó en verano de este año, pero nuestros hijos por determinadas
circunstancias, creo que injustificadas, no quisieron saber nada de mí, de
manera que los lazos se rompieron de forma definitiva.
Un
día me sorprendió la llamada de nuestra hija mediana, quería verme, más que
eso, quería que me fuera a vivir con ella al sur de España. Cuál fue mi
sorpresa que al llegar allí, de lo que me había dicho me encontré con menos de
la mitad de cosas, servicios médicos y accesos a algunos lugares que eran
imprescindibles para mí a tenor de mi enfermedad, decidí volver a la tierra que
me había acogido como hijo adoptivo. No puedo olvidarlos, son mis hijos pero no
los quiero a cualquier precio. Necesito estar bien atendido, donde resido ahora
tengo cuanto necesito, y lo que es más importante, tengo el cariño
desinteresado de una familia que me trata como si formara parte de ellos, unos
más de estas personas altruistas que no van detrás de ti por el dinero o algún
otro interés oculto.
Quiero
a mis hijos no lo dudes, allí donde quiera que estés, puedes estar tranquila
que son capaces de defender sus intereses, que no hace falta que estés presente
quemándote la vida por ellos, son responsables de sus actos, hay asuntos en los
que los padres no podemos ni debemos meternos. No pienso fiarme de lo que me
digan, tengo comprobado que van detrás de mi dinero, y aunque el dinero no es
lo principal en la vida, es la única ayuda que me queda habida cuenta que ya no
puedo trabajar.
----------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario