QUE DIVERTIDOS…
Un
político solitario es como un playmovil sentado o de pie, esperando no se sabe
qué, debajo de una farola. Ahora bien, si te quieres divertir de verdad, vacía
la caja de todos los que tienes, comienzas a cambiarles partes del cuerpo, el
color del cabello, les pones con falda o pantalón y comienzas a inventarte una
historieta con ellos. Por ejemplo, te imaginas que están todos en la puerta de
un parlamento, se saludan, se dan abrazos y después se van sentando en los
diferentes asientos del parlamento.
Como
la imaginación es libre, y los playmovil los hay de todos los tipos y
vestimentas, puedes poner a uno de ellos presidiendo el parlamento vestido de
Cesar, a los lados dos hombres vestidos de policías, mejor un hombre y una
mujer, por eso de la igualdad de oportunidades. En los diferentes escaños a
unos los veinte, si es que tienes muchos, vestidos de bomberos, más arriba a
unos cuantos indios, sin caballos claro, los caballos no pueden entrar en las
cortes. Más arriba a otros que son minoría, de vikingos. Ahora miras con cierta
satisfacción tu obra y te das cuenta que has hecho una oposición de lo más
variopinta, divertida, te aplaudes a ti mismo de lo bien que lo has hecho.
Pero
ahora te queda construir en la otra mitad, los que se sientan en las sillas
azules, a los que gobiernan. Nos queda la mitad del hemiciclo por rellenar, se
supone que estos, los que gobiernan son más dignos, tienen que llevar mejores
ropas, un atavío completamente diferente de los otros. Nos ponemos a pensar y
pensar hasta que se nos enciende la luz sobre la cabeza, ya está, estos serán todos
soldados de la unión, del 7º de caballería, todos ellos de azul con algún que
otro soldado renegado, que estos visten de gris y con fajín, no muchos para que
los otros no se den cuenta. Lástima que no haya ninguna mujer dando de mamar a
un niño, molaría ponerla también para diversificar el paisaje.
Pero
en conjunto aunque nos haya costado lo hemos hecho bien, ¡que gozo hacen todos
ahí sentaditos y callados! Ahora vamos a montar unas elecciones, en los
colegios electorales hay de todo, amas de casa, parados, cualquier persona que
sea mayor de edad, que no esté muy jodido de otro modo tendríamos que poner en
las mesas a enfermos con camillas y enfermeras controlando el goteo. Se acaban
las elecciones y la gente, es decir los partidos políticos, unos y otros se
atribuyen la victoria. Hablan unos con otros y otros con los de más allá, hay
que formar una mayoría que pueda gobernar el país de un modo razonablemente
bien, a ser posible. Charlas en la televisión hablan de intrusismo, de
traición, de unas exigencias de algunos partidos que no se pueden tolerar.
¡Qué
divertidos son los políticos sirviendo de juguetes a todo el mundo! Que nadie
crea que les gusta a todo el mundo verlos así, otros están en sus diferentes
sedes del partido celebrando que han ganado, ¡¡¡Una mierda para vosotros…!!! Tienen
que venir los antidisturbios y poner paz a pelotazo limpio y golpes de porra.
¿Os imagináis este escenario con todos los playmovil en el escenario? Como una
tragedia griega, estos magníficos juguetes de origen alemán, nos han servido
para poder pasar la tarde absortos en una ficción, pero que es una realidad
palpable. Oye, después de esta diversión uno ni piensa en ir a votar las
próximas elecciones, ¿para qué si uno ya sabe con anterioridad cual va a ser la
consecuencia de todo este meneo?
Y
no es que lo sepamos por habladurías de fuera, lo sabemos por nuestros
fantásticos muñequitos transformables que nos han dado una idea exacta de lo
que es la realidad.
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