PARAGUAS
Siempre
que llueve y entras en una tienda o un bar, casi lo primero que se deja ver es
un paragüero. Es de recibo que sea así, depende de donde entre uno lo
pondríamos todo perdido, al ser impermeables y repeler el agua uno no se moja,
esa es la parte positiva del paraguas. La parte negativa es, que puede que
cojas el paraguas al salir de casa porque llueve lógicamente, y cuando llevas
diez minutos caminando, deje de llover.
Vaya
lastre es entonces el paraguas, lo cierras mojado y tienes que cargar toda la
mañana a cuestas con un aparato que no hace otra cosa más que estorbarte. Hay quién
lleva paraguas plegables, pero aun así, hasta que no se seca razonablemente no
lo puedes guardar en lugar alguno, además de eso, los paraguas plegables suelen
ser endebles, débiles, me atrevería a decir que en ocasiones obsoletos, justo
te protegen del agua y punto. Que no venga una de esas ráfagas de aire
traicioneras y tengas que soltarlo o meterlo en una papelera porque se ha
quedado destrozado y las varillas no tapan la lluvia.
Luego
ocurre otra cosa curiosa con los paraguas, ¡cuantos se levantan de la mesa de
un bar o salen de una tienda y se olvidan el paraguas…! Tengo amigas en un
comercio donde venden un poco de todo, digamos que es como un bazar, pues bien,
el día después de llover y levantarse el día siguiente con un sol radiante,
tienen el paragüero lleno de paraguas que la gente ha olvidado. Lo más
divertido de todo es que la mayoría de clientes no viene a recoger el paraguas,
dentro del almacén tienen un estante para las cosas que olvida la gente,
¿sabéis lo que tienen a montones…? paraguas, de colores sólidos, de cuadros, a
rayas, de todo tipo y de todos los modelos imaginables.
Ves,
los ingleses no pierden tan fácilmente su paraguas, ¿por qué? Forma parte de sus
vidas, lo manejan a manera de bastón los más mayores, y luego como en todas
partes, están los que los llevan plegado o hasta anclado con unas cinchas en
sus maletines. Reconozco que en lo que a mí se refiere, soy rústico a tope, en
una tienda de ropa y complementos de un amigo, restauré parte del vestuario, en
la puerta de la tienda tenía una percha de madera con varios paraguas, oye que
me fijé y había uno más largo y ancho que los otros que parecían mondadientes.
Oye Eduardo, esté paraguas cuánto cuesta, miró en una lista de precios y como le
hago bastante gasto me puso un precio simbólico. Si te gusta y te lo llevas,
piensa que es un paraguas con mástil de madera, y con doble varilla interior
para que los vientos recios no lo vuelvan del revés.
Desde
entonces, como ya soy un poco mayor y uno no puede fiarse siempre de sus
piernas y de su cabeza, es mi paraguas bastón. Que duro es el cabrón, te apoyas
en él y nada oye resiste lo que le echen. Mi consejo es que a la mínima de
cambio climatológico cojamos el paraguas y lo llevemos en la mano como si de un
hermano se tratara.
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