jueves, 14 de enero de 2016

NO QUIERAS HACER LO QUE QUIERAS, QUIERE LO QUE HACES

                           NO QUIERAS HACER LO QUE QUIERAS, QUIERE LO QUE HACES

Esa es una de las fórmulas para ser feliz, hacer lo que los demás quieren que hagas, nos produce cierto grado de aceptación a los demás, nos acerca a las cosas que hacen, somos admitidos en la pandilla. El único problema es que cuando dejamos de lado a esa pandilla, por el simple hecho de que no nos gusta lo que hacen, comenzamos a tener complicaciones. Esas actitudes nos hacen ser seres despreciables en algunos casos, hasta el punto de que, especialmente a los jóvenes, les trae no pocas complicaciones, dicho de una forma más sencilla, no te dejan salir de este círculo, porque  sabes demasiadas cosas acerca de sus actividades y puedes resultar ser un impedimento a sus propósitos futuros.
A medida que pasa el tiempo, los jóvenes crecen, su carácter se endurece, sus personalidades se fundamentan y sus acciones los llevan al fracaso. He conocido a personas jóvenes que han comenzado así, han imitado los gestos de sus compañeros, termina por gustarles, no pueden prescindir de este título que ellos mismos se han autoimpuesto, han terminado haciendo gamberradas que los ha llevado a reformatorios, lejos de sus familias, continuamente entrando y saliendo de comisarias. Eso es lo que puede llegar a pasar, cuando alguien hace lo que no quiere hacer en el fondo, dejar de ser feliz.
Por el contrario, cuando alguien hace lo quiere, se deleita en las cosas más sencillas o complicadas, tiene propósitos claros y los persigue con insistencia, comienza a experimentar la auténtica felicidad, está concentrado en que los engranajes de su meta encajen de modo que no se puedan gripar jamás, ¿por qué? Porque a medida que pasa el tiempo, va siendo cada vez más feliz, y cuando eres feliz, eres a la vez una persona más auténtica, segura y buen maestro (a) a pesar de la juventud que te caracterice.
En este caso concreto, tengo el placer de haber tenido familia mía, que se han emancipado de grupos que en el fondo, no buscaban la felicidad, solo pasar la vida en buenos institutos y universidades, para terminar después de años, tirándolo todo por la borda. Ya o es solo el dinero que los padres hayan invertido, o cualquier otro familiar, es solo, adonde ha ido a parar la felicidad del individuo. Claro eso es en cierta forma lo que dijo Charle Maurice Talleyrand Pericor  “Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible”.
La felicidad es siempre relativa, algunos se contentan con un simple trabajo y unas rutinas, que en ningún caso se quiera decir aquí que eso sea malo, pero la felicidad puede ser mayor y más perdurable, si uno sabe elegir, complementándose con el consejo y la ayuda de sus mayores, cualquiera puede querer lo que hace, sea lo que sea.


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