NO QUIERAS HACER LO
QUE QUIERAS, QUIERE LO QUE HACES
Esa
es una de las fórmulas para ser feliz, hacer lo que los demás quieren que
hagas, nos produce cierto grado de aceptación a los demás, nos acerca a las
cosas que hacen, somos admitidos en la pandilla. El único problema es que
cuando dejamos de lado a esa pandilla, por el simple hecho de que no nos gusta
lo que hacen, comenzamos a tener complicaciones. Esas actitudes nos hacen ser
seres despreciables en algunos casos, hasta el punto de que, especialmente a
los jóvenes, les trae no pocas complicaciones, dicho de una forma más sencilla,
no te dejan salir de este círculo, porque sabes demasiadas cosas acerca de sus
actividades y puedes resultar ser un impedimento a sus propósitos futuros.
A
medida que pasa el tiempo, los jóvenes crecen, su carácter se endurece, sus
personalidades se fundamentan y sus acciones los llevan al fracaso. He conocido
a personas jóvenes que han comenzado así, han imitado los gestos de sus
compañeros, termina por gustarles, no pueden prescindir de este título que
ellos mismos se han autoimpuesto, han terminado haciendo gamberradas que los ha
llevado a reformatorios, lejos de sus familias, continuamente entrando y
saliendo de comisarias. Eso es lo que puede llegar a pasar, cuando alguien hace
lo que no quiere hacer en el fondo, dejar de ser feliz.
Por
el contrario, cuando alguien hace lo quiere, se deleita en las cosas más
sencillas o complicadas, tiene propósitos claros y los persigue con
insistencia, comienza a experimentar la auténtica felicidad, está concentrado
en que los engranajes de su meta encajen de modo que no se puedan gripar jamás,
¿por qué? Porque a medida que pasa el tiempo, va siendo cada vez más feliz, y
cuando eres feliz, eres a la vez una persona más auténtica, segura y buen
maestro (a) a pesar de la juventud que te caracterice.
En
este caso concreto, tengo el placer de haber tenido familia mía, que se han
emancipado de grupos que en el fondo, no buscaban la felicidad, solo pasar la
vida en buenos institutos y universidades, para terminar después de años,
tirándolo todo por la borda. Ya o es solo el dinero que los padres hayan invertido,
o cualquier otro familiar, es solo, adonde ha ido a parar la felicidad del
individuo. Claro eso es en cierta forma lo que dijo Charle Maurice Talleyrand
Pericor “Lo que no puede ser no puede
ser y además es imposible”.
La
felicidad es siempre relativa, algunos se contentan con un simple trabajo y
unas rutinas, que en ningún caso se quiera decir aquí que eso sea malo, pero la
felicidad puede ser mayor y más perdurable, si uno sabe elegir, complementándose
con el consejo y la ayuda de sus mayores, cualquiera puede querer lo que hace,
sea lo que sea.
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