martes, 14 de octubre de 2014

AMIGOS, CONOCIDOS Y DEMÁS


                                   AMIGOS, CONOCIDOS Y DEMÁS



Si tuviera que contar los amigos que tengo… creo sinceramente que los podría contar con los dedos de una mano. Es difícil hacer una definición del significado de la amistad, creo que debe ser, porque como en el término de la palabra “amor”, hemos llegado a abaratar estos términos de tal modo, que cuando en ocasiones alguien nos defrauda o somos nosotros los que defraudamos a otro amigo, exclamamos alarmados como si estuviera un edificio en llamas y nosotros atrapados en lo alto sin salida… “¿Y tú dices que eres mi amigo…?.

Amigo no se puede nombrar a cualquiera, la amistad es cara, quizás de las cualidades de la vida que se hacen pagar más. No cualquiera puede ser nombrado amigo, debe de cumplir determinadas características, sin ellas, nosotros y no los demás, estamos autorizados a determinar si es o no, amigo nuestro.   ¡Oye! ¿Vas a venir conmigo a ver el partido de la Champions o no?, no me digas que no tío que me jodes todo el plan.
Fíjate tú, no complaces a tu amigo en esto y parece que no pero… deja de confiar más en ti, no sé, es como si cuando te vuelve a ver te dijera con la mirada…    ¡Me cago en tu sombra cabronazo, ya no te voy a dar otra oportunidad para que me dejes plantado, me he buscado a otro amigo que es cumplidor para estas cosas!

Visto así, ambos están equivocados, son amigos circunstanciales, poco cuentan en otros ámbitos que son más importantes en la vida, una enfermedad, la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido. Es ahí donde se agradece la presencia de un amigo o la ausencia de él, para esto se debe saber elegir, y eso… lleva su tiempo. La vida nos pone a prueba continuamente, pues bien, el poder llegar a ser o no amigo de alguien, es un paso adelante que damos, para poder estar en boca de los demás para lo bueno. Nadie nos pone a prueba, somos nosotros mismos los que debemos esforzarnos por llegar a tener esta suerte, tener un amigo perdurable a través de los años.

La amistad es fenomenal, dicho en el pleno sentido de la expresión. Hay amistades que son fenomenales, tengo amigos, pocos pero amigos al fin y al cabo, que pasados los años nos ponemos en contacto y es como si hiciera dos días que nos hubiéramos visto. Factores de angustia y penurias, nos han unido de modo tal, que nuestra amistad resiste a pesar de los años que transcurran. AMISTAD, hermosa palabra que destaca una de las más grandes compañeras del hombre.

Los conocidos es tema aparte, los conocidos pueden establecer lazos también perdurables pero menos comprometidos, no pesan tanto los sentimientos, pesan acciones aisladas, ayudas puntuales, simpatías, afinidades en determinados campos, pueden ser aspectos lúdico festivos, algún tipo de asociación a la que pertenecen, música o simplemente ir a cazar conejos juntos, por decir algo. Luego cada cual a su casa y dios en la de todos. Puedes vivir en un bloque de pocos pisos y te encuentras con los mismos vecinos a diario, pues vale…   ¿Qué tal?, buenos días… ¿a hacer la compra no?    Pues sí ya ves, y a toda máquina que me voy porque a las diez tengo que hacer una casa. Es limpiadora de pisos, salgo de casa y cada vez que la veo, no es que me compadezca, a lo mejor ella se compadece de mí, no lo sé, pero es una conocida, sé que se llama Rosita y que tiene un culo de muerte.

Esta persona es una conocida, simplemente eso, no quiero decir que sea de inferior categoría que un amigo, solo que hay diferencias de sentimientos, si se cae por la escalera y yo estoy allí, la auxiliaré en lo que pueda, llamaré a una ambulancia, lo que haga falta, pero después de eso, todo pasará como una ráfaga de viento. También son importantes los conocidos, precisamente porque te conocen y tú a ellos, eso hace que cuando uno está solo se sienta acompañado, no te encuentras como un náufrago en una isla, hasta cierto punto estás protegido, tranquilo, además la vecina y su marido me lo han dejado saber…   Si te hace falta algo lo que sea, dínoslo que en la casa siempre hay alguien.  ¡Coño, que bien oye!, que te digan eso, que se ofrezcan sabiendo que estás jodido, es de agradecer un montón.

Los demás son los demás, tampoco digo que no importen, pero… ¿ves?, ya es diferente. Los demás, unas veces te tocan los huevos otras pasan de ti y aún otras, desaparecen de tu vista y uno lo agradece. Que uno quiere estar solo algunas veces, con sus rollos y sus cosas, pero como estén aburridos… comienzan a enviarte mensajes de texto y empieza el baile de bastones, que vas a hacer hoy, si irás o no al bar a hacer un café y a qué hora será, que como es que no lo llamo, que si me he perdido…
Esos son los demás, no que sobren, me refiero a que son aquellos con los que no cuentas y que cuentan contigo para cuando les interesa. Quizás esté hablando de más y yo sea uno de esos… de cualquier forma, si lo soy, agradecería que me lo hicieran saber. Los demás puede que lleguen a ser interesantes, no los conoces a penas y de pronto sentado en la terraza de un bar comienzas una conversación que luego pensándolo bien, no sabes por qué ha comenzado, ahora cuando te ven por la calle te saludan, adiós Fulanito, me pregunto cómo es que sabe mi nombre, porque no recuerdo habérselo dicho. Pero oye mira tú, guay, quién sabe si más adelante puede llegar a ser un conocido, que se han fomentado muchas amistades comenzando por eso, al contrario no, no al revés nunca. Las cosas como todo en esta vida tienen que tener su fundamento, sino, la cagas.

Creo que queda suficientemente mi criterio, sobre este tema. Seguro que muchos discrepan de esta opinión mía, hasta de las ilustraciones que comento en este escrito, pero que le vamos a hacer, las cosas son así, por eso tantos colores, para que cada cual elija el suyo.



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