domingo, 19 de octubre de 2014

LLEGÓ LA HORA


                                                  LLEGÓ LA HORA



Para todo hay un tiempo bajo el sol, tiempo de esparcir y tiempo de recoger, tiempo de sembrar y tiempo de recoger la cosecha…, lo dice la Biblia, al margen de cómo se quieran aplicar estas palabras a nivel religioso, es absolutamente cierto, para todo llega la hora, amores que se desenamoran, se separan y se desconciertan.
Muchos de ellos se mantienen unidos por temor al futuro, otros por conveniencias, aun otros por no querer dar un paso, la separación, que refleje una mala imagen de determinada realidad. Ya son mayores, no quieren tener problemas o sencillamente, uno todavía ama al otro de forma total sin ver defecto alguno en su pareja.

A mí me ha llegado la hora  de la despedida, no me resigno a vivir del modo que lo he hecho en los últimos tiempos. Reconozco que siempre he sido una persona precipitada, quizás me equivoque en este caso también, lo he razonado con ella, la amo, en consecuencia no le quiero ningún mal todo lo contrario, es ella la ha escogido, recuerdo la extraña circunstancia que la llevó a decidirse y como no podía ser de otro modo escogió lo que es suyo. No hay argumento alguno para recriminarle nada, la vida nos puede más que nosotros a ella, el tiempo siempre corre a favor del viento que lo empuja.

No está muy disgustada por la decisión que tomo, no se ha opuesto, no me pone traba alguna, me dice  que haga lo que quiera, que soy dueño de mi vida. Si el caso fuera el contrario, me cosería a su cintura o un pliegue de su falda, la obligaría a que me echara de su lado, lucharía por ella con las manos desnudas, cómo Sansón contra el león, y después de vencer me mostraría como su trofeo. Sé que aunque sabe apreciarlo, no puede manifestarlo, su vida y su modo de pensar, se circunscribe a un estrecho círculo que la mantiene ocupada y que la quieren desde lo más profundo de su alma.

Así pues las cosas, no tengo más remedio, que descoserme de ella. Argumentar con lógica sobre este asunto es inconveniente, puede que sea lógico, pero ella, por más que pudiera mostrarle, sufriría más, sería una esclava entre dos mundos, uno de incomprensión, el otro de calma pura, la que ella respira cuando está junto a su embalse con los suyos, todo es tranquilidad y paz cuando está allí. ¿Por qué inquietarla con más desalientos, con inquietudes que la llevan a mal traer? A estas alturas de la vida, uno no espera comprensiones de nadie, todos nos hacemos viejos, y en consecuencia, un poco egoístas, sin quererlo, es cierto, esa es la razón por la que llega la hora de la despedida.

Al principio de nuestra separación dudaba, le dije que para mí no cambiaba nada, que la protegería, que seguiría siendo la misma para mí, pero por mucho que trate de convencerme, sé que llegará el momento, en que esta separación disolverá esta extraña mezcla de sentimientos, la distancia, el cambio de vida, su ausencia en el tiempo, el olor de su piel fresca y suave, se perderán dentro de esa compleja maquinaria de la mente. No sé qué pasará entonces, lo que quiera que suceda se lo diré, siempre le he contado mis inquietudes, mis batallas interiores que no son pocas, mis torpezas, pero igual que todo esto tuvo un comienzo, tuvo un final. Dudo que todos los de su alrededor juzgaran que era sincero, cuando le contaba estas cosas, el hecho de no contarme ella su reacción, me hizo pensar desde hace mucho, que había algo más que le impedía reaccionar para conmigo.

Creo con todo convencimiento, que lo que la ha acercado a mí aun estando separados, es que mira con buena razón otros intereses, el dinero, absurda atadura esta, frágil y engañosa, que corrompe nuestros sentimientos hasta el punto, de dar por sentado, que vale la pena conservarlo a cualquier precio. Si tengo que engañar engaño, y si tengo que mentir miento, si tengo que abrazar abrazo, y si tengo que besar beso, con más o menos agrado, con más o menos ganas, con más o menos sentimientos, porque los sentimientos como muchas otras emociones son volubles, están escondidas hasta que un día nos enternecemos y lo damos todo por la otra persona, todo menos alguna que otra cosa que no se puede dar así como así, para eso habría de haber mucho más dinero de por medio.

Por eso obligadamente llegó la hora, la fuga, la huida hacia lo desconocido, alguien estará esperando en otro puerto, a que llegue la nave de este necio, eso es seguro, sin embargo tengo asumido, que puedo terminar anclado en algún momento, en cualquier parte indeseada, creo que es fruto del optimismo que busco en otros, de encontrar un lugar donde nadie me organice nada, todo lo mío lo tengo resumido a una sola cosa, me digo a mí mismo… “Sobrevive hermano, solo eso se espera de ti, el resto está en manos de las circunstancias que no dominas, ve, anda y comienza de nuevo el camino”.

Querida mía, te pido que si algún día merezco que me llames necio, lo hagas sin miedo, solo eso necesito, que de una vez por todas me digas lo que piensas de mí, solo eso. Llevo mucho tiempo esperando a que lo hagas sin miedo.




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