NO ESTOY
-Siempre
igual este Ramón, tiene unos huevos que se los pisa. ¿Te das cuenta…? dice que
no está y contesta él mismo desde dentro del piso.
-A
lo mejor es que no quiere ser molestado.
-Que
se joda, a mí viene a tocarme los huevos cada vez que quiere y no le cierro la
puerta.
Desde
el interior se escucha… -Tienes razón pero es que yo, todavía no te la he abierto,
de modo que no te la cierro; no te la abro, que es diferente.
-¿Y
por qué no?
-Porque
ahora no quiero, estoy ocupado y no puedo recibir a nadie.
-¿Con
quién estás…?
-Con
tu abuela.
-Eres
un fantasma y un mal amigo.
-Si
soy un fantasma no me oirías y si soy mal amigo ¿a qué vienes…?
-Será
porque tengo algo que decirte, y además es importante. Abre y te lo digo.
-Que
no estoy te he dicho, cojones. Si tienes algo que decirme dímelo y veré si
merece la pena que te abra la puerta.
-Traigo
a un amigo que te quiere proponer un negocio de puta madre.
-No
gracias, no estoy para negocios y mucho menos para socios. Ya he tenido uno y
con la experiencia que he tenido con él me basta y me sobra.
-¿No
hablarás de nuestro negocio…?
-¡Mira
oye, resulta que el colega nos ha salido adivino! Ves a cagar anda.
-Mira
que eres rencoroso Ramón, la gente cambia hombre…
-Ya,
que me vas a contar a mí… el problema es que en tu caso, cambias siempre a peor.
-Ya
te lo decía yo -comenta con el amigo con
quién ha venido a visitarlo-, este es duro de pelar.
-Pues
nos vamos y buscamos a otro.
-No,
ni hablar de esto hasta que Ramón escuche lo que tengo que decirle.
-Oye
Ramón ¿estás ahí todavía?
No
se escucha ruido alguno. Esperan un poco más, pulsando el timbre de vez en
cuando.
-No
sé si te has dado cuenta pero soy tu amigo Sandro, el que te sacó de más de un
apuro en su tiempo. No me gusta recordártelo pero en cierto modo me debes la
vida tío.
-Ya
te la pagué cuando te quedaste con el millón que dejaste a deberme. ¡Anda ya chantajista
de mierda!
-¿Y
cuándo te presenté a Aurora que, qué me dices de eso?
-A
sí, es verdad… quieres decir la que después de dos semanas de comenzar a salir
conmigo, te la llevaste a tú casa borracha y te la cepillaste. Si ya me
acuerdo, ya.
-¡Vaya
memoria tienes…!
-Más
que tú, que la tienes de pez. Oye en serio, no estoy para nada ni para nadie,
ven dentro de veinte o treinta años a verme, entonces ya veremos.
-No
lo dirás en serio…
-Si
vieras como me estoy riendo…, más serio no puedo estar.
-Vale
siendo así que te vaya bonito, que no te quiero ningún mal, amigo mío.
-Amigo
de conveniencias ¿vale?, así por encima cuento que hace cosa de cinco años que
no sé nada de ti. Y ahora llega Sandro a proponerme un negocio de los buenos,
con un colega que no conozco… seguro que piensas que soy idiota, pues mira no,
ya he espabilado un poco. Hasta nunca amigo.
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