lunes, 20 de octubre de 2014

SOMBRA, QUERIDA SOMBRA



                                           UNA SOMBRA PERMANENTE



Siempre mirando hacia los lados, delante te veo mientras camino, detrás de mi espalda cuando vuelvo la cabeza. Eres tú, y yo, contigo, dentro del mismo mundo incierto, dibujando con diferentes colores, las mismas siluetas las mismas caras los mismos perfiles.

Se me antoja seguirte pero no me dejas, solo dejas que esté cerca de ti solo eso, pero es poco para mí, sabes muy bien que me perteneces lo mismo que yo a ti. Voy en constante inquietud, caminando con esa sombra permanente, tú y tus risas, tú y tus penas, tú y tus enfados, tú y sus consecuencias.

Llegas y me besas, no me alivian esos besos, porque siempre los llevo conmigo, siempre, como tú sombra, me abruman y desesperan. ¿Qué podría hacer para quitarte de encima de mí, para que no sigamos reflejándonos el uno al otro?

Llevo mucho suspirando, llorando una pena indefinida pero alegre por saberte viva, te siento, luego sigues ahí a mi lado, encima, detrás de mis pasos. Se me quiebra el pensamiento cuando me encanto pensando en ti, anochece en mi corazón cuando de pronto no te siento, siempre es cuando me duermo.

Temo no despertar y verte de nuevo, sentirte, olerte, suspirar, reír. Ligera cómo una pluma caminas, por eso te veo siempre cerca de mí, es por eso que se enciende de nuevo la luz de mi alma, resucito de noche aún, y ya siento tu sombra. El amor se me ha olvidado, no así la luz del cariño entrañable que siempre he sentido por ti, besos amables, esos sí que los considero, los siento como el rocío de la madrugada de esos inviernos fríos que sacian de vida los valles.

Trato de ser sincero, te quiero, pero si sigues a mi lado o tras mí sombra caminas, corres riesgos innecesarios. El camino que comienzo puede que te parezca cruel, desalmado, innecesario, nada más lejos de eso, me voy para no tenerte delante ni detrás, más bien lejos prefiero, antes de que sienta desde cerca. esa horrible distancia que nos separa.

Una máscara de presuntas voluntades movida por una maquinaria ciega, cerrada en un caparazón transparente, se hace patente cómo y porqué se mueve. Esas sombras que me acompañaban siempre ahora son cristales que me apuñalan, atraviesan el corazón y desangran el ánimo de vivir que tengo cerca de ti.




                                                      -.-.-.-.-.-.-.-.-  

No hay comentarios:

Publicar un comentario