lunes, 17 de agosto de 2015

A LA VEJEZ VIRUELAS

                                                          A LA VEJEZ VIRUELAS…

No sé muy bien a qué vino este comentario de José, soy mayor eso ya lo sé, hace que no monto en bicicleta del orden de veinticinco años… pero, mira tú por donde una amiga mía encontró una bicicleta tirada al lado de un contenedor de basura. Es una BTT de esas que van por todas partes, bueno, por todas partes a donde las lleves, vamos que están preparadas con ruedas un tanto peculiares para andar por carretera y caminos de tierra. Pues que quieres que te diga… faltaba limpiarla bien y cambiarle un par de cosas que eran necesarias, el cable de freno trasero, tensar un poco el freno delantero y engrasarla.
Seguramente quién era su dueño anterior no se había ocupado para nada de ella, ni se le veía la marca de la casa que la fabricó, de la mierda que llevaba encima…  Pues escúchame una cosa que te digo, le dije yo, ¿tú has tenido alguna bicicleta en tú vida? No, me contestó él, de pequeño tuve un triciclo que funcionaba a base de darle a los pedales de la rueda delantera, me estampé contra un pretil de piedra, me abrí la cabeza y mi padre ya no me dejó ir más en bici. Eso sí, cuando fui mayor un amigo me vendió una Derbi de marchas.
Pues mira tú por donde, yo no he tenido nunca un triciclo de esos, tampoco tuve jamás motocicleta, pero ahora me hace ilusión acabar de arreglar la bici esta y darme paseos por el pueblo, y por los caminos que casi no hay tránsito. Cuando quieras te invito a que vengas a verla… mejor ven dentro de tres o cuatro días, ya la tendré terminada, lista para andar con ella. ¡Hay que ver… a la vejez viruelas! ¿No te da vergüenza ir ahora por el pueblo en la bicicleta?  ¿Y eso porqué vamos a ver? Coño porque ya no tienes edad.  No te jode, no tengo edad para según qué cosas, como tú, imagino que no estarás persiguiendo faldas como cuando eras más joven, pero para lo demás…, tanto tú como yo podemos hacer con la más absoluta libertad lo que nos pase por la punta del cigüeñal, ¿no te parece?  Puede que tengas razón pero yo ahora, con la edad que tengo no me imagino pedaleando por ahí, que quieres que te diga.
¿Por qué no lo pruebas…? Seríamos un equipo de primera, no nos movemos del pueblo más que para ir a tomar un café al bar, yo no he visto muchas cosas de los alrededores de la comarca, nos cogemos un día, cargamos una mochila con cuatro cosas y nos las piramos por ahí, a improvisar, ¿Qué te parece la idea…? En el garaje de tu casa tienes dos bicis que molan un montón, imagino que son de tus nietos y no vienen nunca por aquí…  Hacemos una cosa, si me ayudas a sacarlas de los ganchos de la pared donde están colgadas, escojo una, la limpiamos y te acompaño, ¡he! Pero solo una vez ¿vale? Que sé que me van a quedar las posaderas, si hacemos kilómetros, como  el culo de un mandril cuando me baje, tenemos la carne floja a nuestra edad y los pellejos nos cuelgan por todas partes, así que imagínate los de la entrepierna.
Sin darse cuenta han pillado un camino de tierra en el que se cruzan con cantidad de gente que van de excursión, se saludan con todos. Mira, estos son los que hacen el camino de Santiago.  ¡Ya son ganas…!  ¿Lo ves? Y nosotros tan tranquilos a nuestro aire en bici, ¡me cago en la leche, es que somos los mejores…!  Oye vamos a parar en aquel bar que se ve al fondo a hacer una parada que tengo los huevos que ni me los siento ya.

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