viernes, 28 de agosto de 2015

ME GUSTA BEETHOVEN

                                                        ME GUSTA BEETHOVEN

Nacido en Bonn en 1770 y muerto en Viena en el año 1827, fue uno de los músicos que marcaron la diferenciación entre el clasicismo hasta el romanticismo musical. Por eso me gusta Beethoven, porque fue un innovador en el tema de la música, de su tiempo claro está. Mucha de la música  que compuso este genio, lo mismo que Mozart, fue la precursora de lo que hoy escuchamos. Bueno… dirán muchos, si no tiene que ver nada lo que estos dinosaurios hicieron con la música que se parezca en lo más mínimo con la que se escucha hoy, la gente en aquellos tiempos no podían bailar en los conciertos, no podían ni toser sin ser recriminados por el que estaba al lado.
Es verdad, la razón es, que aquella gente sabía apreciar las obras de aquellos compositores, en muchos casos precoces, Mozart dirigió su primer concierto a los siete años… ¿no es para quitarse el sombrero? Ojo que no estamos hablando de un tío de pelo en pecho, siete años, haber compuesto su propia obra y dirigirla no es cosa de broma. También me gusta Goya por ejemplo, o Van Gogh, que Francisco de goya y Lucientes, aunque parezca un contrasentido, pintó muchos de sus cuadros, con un sombrero lleno de palmatorias alrededor del ala.
¿Y Dalí? No es broma pero aparte de lo excéntrico que era, no se puede negar que era un gran dibujante, mira al precio que se venden sus obras en las grandes galerías de todo el mundo. Los japoneses van locos detrás de sus cuadros, y muchos otros que tienen grandes colecciones privadas que pujan de incógnito en las subastas. Millones de dólares pagan por Gala asomada a una ventana, se supone que era ella porque era su musa.
Al principio he titulado me gusta Beethoven por poner un ejemplo, porque lo mismo que otros han copiado su música hasta niveles insospechados, y hasta han hecho mix de algunas de sus obras, otros han hecho lo propio con los grandes pintores, en una palabra, la cosa  del arte bien sea de la música o de la pintura o la escultura, ha degenerado. Todo lo que se puede hacer ahora, ¡que somos los más avanzados de los últimos dos siglos…! es imitar y muy mal, todo lo que esos precursores mencionados antes, en sus diferentes facetas hicieron a la perfección, relativa eso sí, pero perfección al fin de cuentas.
De poco vale que unos cuantos espabilados se busquen la vida haciendo música con sintetizadores y máquinas raras aunque innovadoras, solo para atraer a gente que a menudo va de pastillas hasta las cejas, y que llevan en el cuerpo más alcohol que sangre, los ritmos a toda leche con el uso de un montón de decibelios, los vuelven locos, se vuelven garrulos perdidos y hasta algunos se suicidan sin saber por qué lo han hecho, ¡Ho que bonito… puedo volar como los pajaritos! Al cabo de unos segundos se oye un ruido en la calle… ¡Chafff!
Talento chicos, mucho talento hay de tener, para saber qué es lo que toma uno y quiénes son esos presuntos amigos que te invitan a tomar algo que no conoces. Mira como engañaron los americanos a Julius Robert Oppenheimer y a otros cuantos tontos del culo, científicos de renombre eso sí, para que llevaran a cabo el proyecto de la construcción de la primera bomba atómica, y con ella, derrotar a los japoneses durante la segunda guerra mundial, no se conformaron con una, les endiñaron dos para que se enteraran quién mandaba en el mundo occidental. Desde entonces son los árbitros de todo lo que pasa en el mundo.
Por eso me gusta Beethoven, se lo curró de lo lindo para poder ofrecernos algo que se escapa a menudo de la imaginación de aquellos que ven en la música house, o en el rock, lo mejor de lo mejor. Pensad insensatos que todos estos estilos de música pasarán como una mera nube de verano, lo auténtico siempre quedará, llegó hace siglos para quedarse.


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