AMARILLO DE LUJO
El
más hermoso color que jamás haya existido, color desdibujado con las sobras de
un verde mar, y mezclado con marrones, color de la tierra, esa que siempre
extrañamos a pesar de vivir en ella. Merecemos estar aquí pero ¿cómo?, como
simples espectadores del declive de los dioses.
Hoy
al salir el sol, lo mismo que ayer, me ha visitado la tristeza, la añoranza de
estar acompañado por la divina soledad. Hemos desayunado juntos y luego, la
tierra me ha paseado junto a ese precioso color amarillo, mucho más de lo
merecido me da ese precioso color, alegra el corazón mejor que el mejor de los
vinos. Color de esperanza, de ilusión, aquella que sentí la primera vez que
fuimos cogidos de la mano, paseando y buscando, queriendo o sin querer, ese
secreto rincón donde pudiéramos acecharnos el uno al otro. Ardiendo por todos
los poros de la piel, nuestros cuerpos buscaron ansiosamente, los secretos que
cada cual guarda, sin quererlos descubrir del todo.
Nos
equivocamos, pasamos por alto el color amarillo, ese que nos dice, que un
secreto es un secreto, diferente de una confidencia, lo que hace que los
secretos sean sagrados para todos los que los tengan. Fuimos tontos al ceder a
nuestros impulsos, necios al pensar que teníamos el control de nuestros propios
actos. ¿Por eso va a dejar de ser mi color preferido el amarillo? no.
La
culpa no la tienen los colores, las flores o las gentes que están en nuestro
entorno, la culpa es solo nuestra, no el amarillo. Seguirá siendo mi color
preferido, mi color de lujo, no porque sea el color del oro, lo es, porque me
sigue dando la esperanza de creer en los demás. Sin esperanza alguna ¿qué sería
de mí, de ti, de él, de todos aquellos a quienes en el fondo amamos? Aburrida
vida sería esta, trabajo, comida, dormir, esparcimiento y… ¿Qué más, nada? No podemos burlarnos de la vida, tampoco de
los demás, ni siquiera de nosotros podemos hacerlo, sin pagar las
consecuencias.
Causa
y efecto, la ley de Murphy, si la tostada cae al suelo por la parte donde está
untada la mantequilla, dará con esa cara en el suelo. ¡Si al menos pensáramos
en las consecuencias de nuestros actos antes de actuar…! pero nos empecinamos y
nos convencemos, de que somos libres, sin darnos cuenta, que somos esclavos de
nuestras propias inquietudes, de nuestras maquinaciones. Nos constituimos en
dioses, somos libres y poderosos, ¡hay de quién esté convencido de esto!, mal
va. Desprecia los colores, su vida es gris y vacía, la ilusión no lo aborda, no
se sorprende por lo que a su alrededor sucede, y eso es malo, muy malo para el
corazón, lo endurece como una espada templada por el agua, que una vez
terminada, solo sirve para herir, para matar sentimientos y emociones.
Por
el contrario, el ver las cosas en color, da profundidad a todo lo que nos
rodea, lo dimensiona más y mejor, perfila nuestros objetivos y propósitos en la
vida, nos vivifica, resucita cualidades que están escondidas, que nadie nos
ayudó a redescubrir, quizás porque no les interesaba, así que solo hemos desarrollado
defectos, con un evidente resultado negativo, en nosotros primero, y después en
los demás.
Si
tú color es el azul, haz que resplandezca siempre, que sea tú color de lujo, lo
mismo da si es el rojo o el negro, eso es lo de menos, pero que sea cual sea,
siempre sea tú color de lujo.
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